El corazón del deporte

La lesión de la jornada: Dani Parejo

Bienvenidos una vez más a nuestro rincón semanal de “La lesión de la jornada“, donde analizaremos de forma detallada pero sencilla la incidencia más destacada en el fin de semana deportivo. 

Esta semana nuestro jugador a seguir ha sido el valencianista Dani Parejo, que en el transcurso del partido frente al Athletic de Bilbao sufrió unas molestias abdominales que, aunque no le impidieron terminar el partido, fueron motivo de exploración por parte de los médicos a su conclusión.

Dani Parejo en un lance del juego.

Una vez realizadas las pruebas radiológicas pertinentes la lesión se diagnosticó como una rotura de grado II en el músculo oblicuo interno abdominal de su costado izquierdo.

Mecanismo de lesión

En este caso desconocemos el mecanismo de lesión puesto que no hubo gestos que delataran el instante en el que el jugador comenzó a sentir molestias.

Pero podemos deducir que el jugador sentiría un dolor costal agudo que durante el tiempo de juego podría tolerarse pero que después “en frío” iría en aumento.

El músculo oblicuo interno abdominal es un músculo que, aunque se lesiona con poca frecuencia, tiene mucho protagonismo en la actividad deportiva en general y en el fútbol en particular, ya que su función es la de girar y flexionar el tronco.

Como se ve en la imagen, el músculo oblicuo interno une dos estructuras determinantes en la estabilidad del tronco, como son las últimas costillas por arriba y la cresta ilíaca de la pelvis por abajo.

Sabiendo todo esto es fácil pensar que el jugador caería lesionado en alguna acción que implicara un giro brusco del tronco.

Tratamiento

En un primer momento, si se tiene la certeza de que estamos ante un desgarro o rotura muscular de grado II, aplicaremos hielo local para controlar el posible sangrado e inflamación que esta provoque.

Pasadas las 48 primeras horas podremos comenzar la aplicación de terapias de calor que nutran y relajen al músculo.

El tratamiento médico inicial puede consistir en la toma de antiinflamatorios mientras que la fisioterapia deberá ser protagonista desde el “minuto uno”, tanto con la aplicación del frío y calor como con primeros ejercicios isométricos de la zona,  asistidos poco después y resistidos y de contracción excéntrica en la fase final.

Al tratarse de una lesión muscular, la terapia manual, la fibrolisis (utilización del gancho para liberar tabiques musculares y posibles adherencias), los estiramientos controlados o el kinesiotaping pueden ser técnicas muy recomendables.

Tiempo de recuperación

Recordemos que se trata de una lesión muscular de grado II, por lo que el daño tisular (del tejido) es notable.

Por lo tanto podremos estar hablando de unas 4 semanas de recuperación.

Siempre teniendo en cuenta la evolución del jugador en el día a día y las sensaciones que vaya teniendo conforme se le vaya aumentando la carga de trabajo.

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Fuente de la imagen: efe y www.alternalego.com

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