Hoy en nuestra columna semanal de «La lesión de la jornada» trataremos de analizar la lesión del jugador del Real Zaragoza Álvaro Vázquez que se produjo el pasado sábado día 13 de octubre ante el CD Numancia.
Mecanismo de lesión
Corría el minuto 60 de partido cuando el jugador salía de varios regates y realizó un golpeo con la pierna izquierda que le provocó un pinchazo en la parte posterior del muslo que le hizo detenerse y pedir asistencia.
El jugador tuvo que ser sustituido al instante ya que le era imposible continuar en esas condiciones.

El jugador fue sometido el martes pasado a una resonancia magnética que desveló la existencia de una rotura fibrilar en el muslo izquierdo del jugador, sin determinar el grado ni la localización exacta de la lesión.
Una rotura fibrilar la entendemos como una lesión muscular que afecta la continuidad de las fibras de ese músculo.
Los síntomas más característicos son el dolor agudo e intenso, incapacidad funcional y hematoma según la magnitud de la rotura.
Ésta podrá ser clasificada en 3 grados diferentes según la cantidad de fibras implicadas en la ruptura (grados I, II y III) en la que el grado III podría ser la ruptura total del músculo.
Un factor a tener muy en cuenta será la localización. No será lo mismo que la rotura se produzca en lo que denominamos vientre muscular (la parte central del mismo) que en los extremos, que denominaremos unión mio-tendinosa (músculo que se hace tendón) o en las uniones miofasciales (unión entre dos músculos o varios paquetes musculares).
Las más frecuentes suelen ser las que afectan a la unión mio-tendinosa ya que son puntos de máxima tensión y es donde el músculo acostumbra a sufrir la lesión.
Tratamiento
En el mismo instante de producirse la rotura conviene aplicar hielo local para evitar un sangrado masivo. No obstante, el sangrado aportará factores (sustancias reparadoras y nutrientes) que interesarán para la posterior reconstrucción del tejido.
Reposo activo, donde el deportista cesará su actividad durante los primeros días pero podrá realizar trabajos alternativos con una actividad muscular controlada por el fisioterapeuta.
Si el dolor, inflamación y sangrado remiten (pasadas las primeras 72 horas) podremos comenzar a aplicar calor local y profundo mediante técnicas de electroterapia, termoterapia, masaje drenante en caso de derrame o profundo en caso de sospechar la existencia de adherencias, estiramientos musculares cuando tengamos la certeza de la reconstrucción completa del tejido y finalmente un trabajo de musculación y readaptación a la práctica deportiva de forma progresiva y siempre teniendo en cuenta los plazos médicos y las sensaciones del deportista.

Plazo de recuperación
El tiempo de recuperación lo determinará principalmente el grado de lesión tisular a la que nos enfrentemos.
En el caso de Álvaro Vázquez no tenemos los datos suficientes para marcar un plazo determinado, pero suponiendo que se trata de una rotura grado I estaremos hablando de 2 a 4 semanas de baja deportiva.
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Fuente de las imágenes: eldesmarque.com