Como continuación al artículo El oro de Valverde I ver aquí, analizamos la importancia de la selección española en la consecución del triunfo del ciclista murciano en Innsbruck.
- Equipo de ciclistas de la selección española.
Cuando Javier Mínguez hizo pública la lista definitiva con Alejandro Valverde, Jon Izaguirre, Enric Mas, Jesús Herrada, Mikel Nieve, David De la Cruz, Jonathan Castroviejo y Omar Fraile (sustituyendo a Mikel Landa), pocos pensaban que pudieran comportarse como la mejor selección del mundial. Era la primera cita mundialista a la que llegaba Valverde sin ningún gregario de Movistar, así que tocaba hacer piña y establecer nuevos lazos.
La empresa no iba a resultar sencilla, ya que el ciclismo es un deporte en el que se compite por marcas comerciales, y solamente en los campeonatos mundiales, europeos y en los JJ.OO. se corre por selecciones nacionales.
Además conviene recordar 3 aspectos:
- Formaban un conjunto de buenos ciclistas, pero procedían de 7 equipos diferentes, y parte de ellos habían estado peleando “a cara de perro” en la Vuelta por lograr una plaza en el podio.
- Puede resultar ingrato trabajar en un mundial de ciclismo, donde 7 corredores se desviven para que uno solo conquiste el arcoíris que lucirá la temporada siguiente en otro equipo.
- Absurdo reparto de las primas: lo conseguido en los mundiales por los metales va a parar a una bolsa que se repartirán los 5 ciclistas que corran la Olimpiada de Tokio en 2020. No había muchos incentivos para dejarse la piel por otro, más allá del compromiso personal adquirido por cada corredor.
El bloque seleccionado, estaba entre las 6 mejores equipos, pero sin potencial superior al de otras naciones como Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido, o Colombia. Además la confirmación de la baja de Landa, restaba potencial al equipo español en las duras subidas del Tirol.
Durante toda la prueba, el combinado nacional funcionó como un verdadero equipo. La táctica del seleccionador fue seguida a pie juntillas por todos los corredores. Fraile, Herrada y De la Cruz, tenían la misión de infiltrarse en todas las fugas peligrosas para evitar el desgaste de tener que tirar por detrás, cumpliendo a la perfección con su cometido. Castroviejo tiró del pelotón en los momentos clave, evitando peligrosas escaramuzas y reduciendo la diferencia de la fuga inicial.
Para las dos últimas vueltas se reservó a Mas, Nieve e Izaguirre, que tenían que estar protegiendo a Valverde ante cualquier percance. En la última vuelta fue encomiable el trabajo de Izaguirre, entrando en todas las fugas peligrosas que pudieran desestabilizar al capitán de la selección. Izaguirre y Nieve dejaron a Valverde perfectamente colocado antes de comenzar el muro final. En los últimos 5 kilómetros ya se quedó Valverde en solitario con el resto de grandes favoritos. El matador se quedaba solo en la hora de la verdad, pero sin haber tenido que malgastar energía durante toda la prueba y listo para rematar la faena como finalmente sucedió.
La explosión de alegría que se vivió entre los corredores tras cruzar la meta, prosiguió en el hotel de la selección con la celebración y el posterior baño en la piscina. Quedaba claro que aquel conjunto deslavazado de ciclistas se había convertido en un verdadero equipo unido y cohesionado.
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