Muchísima literatura hay acerca de los elementos que conforman este Entrenamiento invisible. De manera global, podríamos resumirlo en dos aspectos fundamentales:
- Higiene y cuidado personal:
En este amplio aspecto, podemos englobar desde un aseo diario y adecuado, vigilar unos horarios y rutinas de sueño suficientes, vigilancia médica y/o del fisioterapeuta (sobre la incidencia de problemas dentales en lesiones musculares, también se puede encontrar bastante bibliografía…), alimentación suficiente y adecuada, evitar la ingesta de alcohol y/o sustancias perjudiciales y un largo sinfín de acciones que se centrarían el cuidar/preservar la integridad física del deportista y posibilitar la continuidad de su entrenamiento a salvo de lesiones y con solvencia.
- Psicológico:
Es aquí donde hay una mayor variedad de dificultades y problemáticas observadas, y además, difieren mucho en función del nivel de “profesionalización” del deportista. Habituales son los casos donde el deportista llega a niveles de sobreentrenamiento a causa de factores psicológicos.
Es en este segundo aspecto, donde voy a centrar la atención, ya que en mi experiencia como entrenador, no pocas veces he visto como situaciones de estrés/cansancio mental, asociadas a actividades ajenas a la vida deportiva de los atletas, desvirtuaban y echaban por tierra el programa de trabajo y evolución deportiva, al imposibilitar la continuidad.
Cuando hablamos de “deportistas profesionales”, nos solemos referir a deportistas de un elevado nivel, que generalmente están becados por sus respectivas federaciones (incluyendo a veces alojamiento fuera de su zona de procedencia) y que de manera complementaria, reciben/generan algún tipo de ingreso vía clubes, publicidad, competiciones con algún tipo de retribución… en este nivel de desempeño, aunque el deportista conjugue su vida deportiva con estudios o dedicación profesional, es el deporte el que se lleva la prioridad absoluta del tiempo, esfuerzo y dedicación, quedando todas las demás facetas personales, relegadas en un segundo plano.
Aquí, normalmente la situación de “bloqueo mental” suele aparecer debido a que demasiados elementos vitales, dependen de unos resultados deportivos, que pueden conseguirse o no, dependiendo de infinitos factores. Cuando “las cosas no salen” como/cuando estaban previstas, la presión y la angustia empiezan a aparecer, ya que en muchos casos se lo juegan todo en función de una marca o resultado. Aquí el trabajo de un profesional que enseñe/ayude a autogestionar este estrés, es fundamental.
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