Análisis NFC NFC Sur NFL

Atlanta Falcons-Poco ruido y muchas nueces

Turno de análisis para la NFC Sur y los Atlanta Falcons que tras superar el drama de la derrota en la Super Bowl LI volvieron a firmar una gran temporada, una vez más sin que nadie los tuviera invitados.

No debe ser fácil superar un acontecimiento como el sucedido en contra de los Falcons en la final de la NFL de 2017 ante los Patriots. La coletilla “Atlanta ganaba 28-3” es algo que les perseguirá ya eternamente.

Cualquier equipo puede caer ante eso y tardar más de un año en levantar. Sin ir más lejos, sus vecinos de Carolina, los Panthers, se tomaron todo un año sabático tras caer estrepitosamente en su final ante los Broncos.

Si tenemos en cuenta que la derrota de los Falcons fue aún más cruel, por inexplicable, todavía coge más peso ese argumento.

Y si a todo eso le sumamos la marcha del impulsor de un ataque de ensueño, su ex coordinador ofensivo Kyle Shanahan, pues tenemos el coktail perfecto de excusas para no volver a destacar durante un largo periodo.

Claro está que los Falcons acusaron todos estos aspectos negativos y fueron un lastre en su reacción. Pero para nada fueron la losa que les impidió volver a ser candidatos a todo.

Y es que el material humano del equipo seguía ahí, el bloque que brillantemente llegó a la Super Bowl LI era prácticamente el mismo, y su líder también, Matt Ryan.

Ante eso y tras una primera racha negativa de tres derrotas consecutivas ante el 90% de la AFC Este, Bills, Dolphins y Patriots, los Falcons resurgieron y tan sólo cedieron tres derrotas más en todo el año y frente a tres candidatos al título: Saints, Panthers y Vikings.

Cabe destacar que a los dos primeros, rivales de división, les devolvieron la moneda con victoria en uno de los dos partidos divisionales.

Sin duda la progresión de Atlanta fue de menos a más, parece que a medida que el fantasma de la sufrida remontada se iba diluyendo los Falcons alzaban más y más su vuelo.

El ataque de Atlanta a nivel individual es para caerte de la silla. Un equipo que cuenta en la recepción abierta con Julio Jones, ni más ni menos, y como complemento a éste a Mohamed Sanu y al incombustible Taylor Gabriel.

Jones ha sumado la friolera de 1444 yardas de recepción, promediando 88 recepciones y 3 anotaciones por partido, números asombrosos si no se tratara del mejor wide receiver de la liga junto a Antonio Brown.

En el backfield tienen a la  pareja más versátil de la liga bajo mi punto de vista, Devonta Freeman y Tevin Coleman. La fusión de ambos forma una carrera muy difícil de frenar.

Devonta Freeman y Tevin Coleman forman un backfield temible para los Falcons. Fuente: atlantafalcons.com

Freeman es un quebradero de cabezo por el medio, y en jugadas de pase corto por el centro del box. Mientras que Coleman recorre los exteriores con carreras que suelen acabar en más de 20 yardas si son exitosas.

Además el trabajo de los tight ends como Hooper que no solo tratan de ser una opción más en el pase sino que son constantes bloqueadores para abrir camino a Coleman y Freeman.

Si a todas estas bondades le sumamos el liderazgo de un hombre como Matt Ryan, tenemos un ataque de lo más temible de la liga. “Matty Ice” demuestra año tras año que es uno de los mejores quarterbacks de la NFL.

Mantiene el tipo en el pocket y casi siempre escoge la mejor de las múltiples opciones que sus chicos le prestan. Y a la hora de improvisar no duda en echar a correr con su más de 1,90 de altura y es otra opción difícil de parar.

El mariscal de los Falcons se ha consolidado como uno de los mejores de la competición. Fuente: atlantafalcons.com

Además el bueno de Ryan cuenta con una buena protección, su línea permite pocas capturas, este año le han llegado en 24 ocasiones. No es un mal número si tenemos en cuenta la mala racha que pasaron y que llegaron a la ronda divisional.

Los números de los Falcons en ataque son bastante buenos, un equipo al que le costó despertar del letargo en el que lo sumió New England pero cuando lo hizo despegó con fuerza.

Hasta promediar 22.1 puntos a favor siendo el 15º equipo de la competición con 249.4 yardas de pase por partido (8º) y 115.4 de carrera (13º).

A priori parecen unos números discretos. Sin embargo si analizamos la trayectoria del año donde los números iniciales eran tirando a muy malos se convierten en una gran reacción para llegar a ser un equipo candidato al título por segundo año consecutivo.

Otra de las claves de los Falcons es sin duda su defensa. No vamos a decir que son famosos por su férrea guardia, no es así. Los Falcons no son un cerrojo ni mucho menos. Pero me atrevería a decir que tampoco lo pretenden.

Y como esta última apreciación parece un tanto controvertida, paso a explicarme.

Atlanta es consciente de que su ataque gana partidos, y que el complemento ideal en defensa es que ésta le permita a sus compañeros estar en el terreno de juego el mayor tiempo posible.

Para esto se necesita una defensa agresiva, con un pass rush potente y que vaya a por el turn over de manera premeditada. Esta es la defensa de los Falcons. Liderada por Keanu Neal y Deion Jones, su punto fuerte es el front seven.

La defensa de Atlanta, encargada de provocar numerosas pérdidas. Fuente: atlantafalcons.com

No es una defensa constante en su juego. No es impenetrable, pero como te despistes medio segundo, te arranca el balón.

Atlanta promedió en defensa 19.7 puntos encajados lo que demuestra la última explicación, de que no son un cerrojo pero tampoco una defensa de la que te puedas descuidar.

No obstante uno de los puntos a mejorar de Atlanta y donde más daño le han hecho es en la secundaria. Los equipos no temen a pasar en largo ante los Falcons y son uno de los equipos que menos intercepciones ha promediado.

Solo los campeones de la competición, los Eagles, fueron capaces de despertar a los Falcons de un sueño que ya se le turnó en pesadilla hace un año. Pero para el que han vuelto a demostrar este curso que siguen preparados.

Atlanta se ha reafirmado esta temporada como bloque en una división en la que no podemos obviar que se encontraban los Saints y los Panthers, dos de los equipos que también eran firmes candidatos a todo.

De ahí el mérito de un bloque que presentaba heridas fuertes de las que se tuvo que curar sobre la marcha, además de reconstruir sobre la ausencia de Shanahan.

En definitiva, los Atlanta Falcons han vuelto a ser este año mucho mas nueces que ruido, pues nadie contaba con ellos hasta que se dieron cuenta de que estaban de nuevo ahí.

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(Fuente de la foto principal: atlantafalcons.com)


Adrián Gaspar

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