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Grand Prix 2018: Se acabó la farsa con el resultado esperado

El Grand Prix 2018 acabó como todos sabíamos. Con Brasil campeón y con Falcao levantando un nuevo título para jolgorio de su público. Resultados esperados para un torneo hecho a medida que, sin embargo, no llegó a cumplir expectativas por mucho que insista Marquinhos Xavier.

Si bien Brasil no tuvo rival en la liguilla previa, en la final lo pasó bastante mal durante muchos minutos. Tal vez tuvo que ver la pésima organización que obligó a repetir partido por el título en menos de 24 horas. Tras arrasar 9-4 en la última jornada del grupo único, Brasil salió demasiado relajado en la final contra República Checa. Un pasotismo que los checos aprovecharon para ponerse por delante y hacer sudar a más de uno en Brusque. Dos tiempos muertos hubo en la primera parte y en ambos el seleccionador de Brasil se hartó a pedir defensa.

La reacción llegó y Brasil consiguió empatar antes del descanso aunque no consiguió sacudirse la sensación incómoda del cuerpo. Una selección muy inferior y que ni siquiera clasificó para la Euro les estaba dando guerra pese a haber sido asfaltados el día anterior. En la segunda parte, Ferrao lideró la victoria canarinha por 4-2. Un resultado final corto y muy alejado de la orgía de goles que los espectadores esperaban. Un susto merecido que taparán con el título prefabricado que hoy en día es el Grand Prix.

El otro objetivo principal del torneo no se cumplió. Falcao no consiguió alcanzar los 400 goles con su selección pese a marcar 5 en el torneo. Se quedó a tan solo tres tantos o lo que es lo mismo, a un partido contra Mozambique. Una pequeña decepción que garantiza su participación en los próximos partidos que dispute Brasil. Sin embargo, unos buenos números no esconden lo que muestran estadísticas más avanzadas. Por ejemplo, que el grueso de sus minutos eran disputados con el partido ya decidido. Contra Bélgica entró con Brasil 6-1 arriba y terminaron 8-4. Un +/- discutible censurado en todos los medios que informaron del partido.

Por otro lado, el gol que puso por delante a República Checa en la final fue con él en pista. Marquinhos Xavier tomó nota y no volvió a sacarle hasta que Ferrao salvó la papeleta. Eso sí, aprovechó el minuto final del encuentro para hacer las cabriolas que tanto entusiasman a sus admiradores. Detalles que quedan ocultos por sus 5 goles y la foto de campeón ejerciendo de líder y acunando el trofeo. Un rol que nunca desempeñó en la pista y que correspondió a los jugadores que participan en la LNFS.

Los cracks de Brasil en este Grand Prix han sido aquellos que juegan en nuestra liga. Ferrao, Pito, Daniel Japonés, Leo Santana… demostraron que los mejores siguen jugando en España. Un arma de doble filo para ellos ya que les quita la prensa que tienen otros como Rodrigo o Dieguinho. Por ejemplo, Ferrao marcó en todos los partidos del Grand Prix y nadie hablará de él al otro lado del charco. Los focos están reservados para O Rei y sus acólitos.

Veremos que ocurre con el siguiente Grand Prix. De momento, Myanmar ya ha presentado su candidatura a ser invitado recibiendo 14 goles de Irán en la primera jornada de la Copa de Asia. La CBFS terminó echando de menos a Mozambique y seguro que hila más fino en la próxima edición. Al menos, eso se intuye mientras el otrora Mundial oficioso siga siendo un torneo benéfico. Una farsa para exhibición y disfrute del “mejor de la historia”.

Imagen destacada vía: www.cbfs.com.br

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