Un año de luces y sombras para el equipo de la ciudad castellonense. Difícil definir 2017 de otra manera para Peñíscola. Tras tres temporadas consecutivas en playoff, la racha muy probablemente tocará a su fin. 11 puntos de desventaja con solo 13 partidos por jugar parecen demasiados por mucho que el equipo se refuerce este mercado invernal. Reformar una plantilla que quedó tocada con las remodelaciones de este verano debe ser la prioridad para un equipo que no está dando la medida que se espera tras su asociación con el Villarreal.
Peñíscola tocó techo nada más comenzar 2017. Su primera participación en la Copa fue un éxito para una ciudad que apenas llega a los 10.000 habitantes. Incluso estuvieron a punto de pasar a semifinales. Todo iba tan bien, que ni siquiera se notó el bajón de su antaño goleador estrella: Juan Carlos. De marcar 30 goles o más en las dos temporadas anteriores, en la 16/17 se quedó en 12. Su relevo lo cogió Míchel quién llegó a ser internacional gracias a sus 21 tantos. No obstante, sus terceros playoff consecutivos acabaron con una dolorosa derrota de 9-0 frente a ElPozo. Una goleada que marcó el punto de inflexión a una trayectoria ascendente que todo el fútbol sala miraba con orgullo.
Apremiados por lo que se esperaba de ellos, Peñíscola se movió mucho en el mercado. Molina llegó desde Tudela con las credenciales de haber sido el mejor portero de la competición en la temporada 14/15. Para suplir a un Juan Carlos en decadencia, vino Mauricinho desde Jaén. Se renovó la cesión de Terry, se repescó al otrora garantía como Tobe y se trajo a Bagatini de Brasil. Ninguno de ellos ha conseguido mejorar el nivel mostrado en años anteriores. De hecho, Tobe hace tiempo que hizo las maletas de vuelta a Italia. Por tanto, se esperan fichajes en invierno que enmienden los errores en la planificación.
De momento, ya se ha hecho oficial la llegada de Rabisco procedente del Joçaba de la liga brasileña. El contrato será por esta temporada y otra opcional. La tónica que seguirán el resto de fichajes en el Operación Triunfo que se convertirá la primera mitad del año 2018. Hacer tanking y planificar correctamente la siguiente temporada debe ser el objetivo, sin perder de vista las exigencias de buena imagen del “jefe”. En este caso, su principal valedor, el Villarreal.
En resumen, mucho trabajo para Albert Canillas. El que fuera mano derecha de Marc Carmona durante el ciclo triunfal del Barcelona está sobradamente preparado. Sin embargo, deberá trabajar contrarreloj para arreglar un 2017 que se torció. Todo con la presión de un contrato que finaliza a final de temporada. Los Roig no destacan por su paciencia y es imprescindible para la LNFS que Peñíscola remonte el vuelo. Perder un patrocinio tan importante sería una debacle. Sobre todo, para una pequeña gran ciudad como Peñíscola que lleva años aprendiendo a disfrutar del fútbol sala.
Foto vía: www.lnfs.es
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