La Selección Española de Balonmano femenino ha puesto fin a su periplo en Alemania tras perder contra Noruega en un encuentro en el que ni unas ni otras expusieron su mejor versión. Las Guerreras dicen adiós a un campeonato en el que se han visto muchas más luces que sombras y que supone una puerta abierta a mayores logros todos ellos, esperemos, de la mano de Carlos Viver y su cuerpo técnico.
Pero no nos vamos aquí a centrar en los resultados obtenidos en cuanto a marcadores se refiere, ni a números ni comparativas, las más de la veces, odiosas y poco constructivas. Queremos analizar el pasado, presente y futuro del conjunto español, o por lo menos, dar una humilde valoración de ello.
En primer lugar, agradecer a Carlos Viver y José Ignacio Prades el “valor” que han tenido para dar la alternativa a jugadoras con apenas bagaje internacional —alguna de ellas ni eso— y que no han desentonado en absoluto, más bien, todo lo contrario. La apuesta de renovación del seleccionador español es lo que muchos clamábamos desde hace tiempo, esa valentía que a alguno le faltó por ir a lo seguro, y que se le escapó de las manos por cierta cerrazón o aquello de “virgencita, virgencita, que me dejen como estoy”. La entrada de Almudena Rodríguez y Mireya González, no en el grupo, sino en la pista para disputar minutos, ha servido para dar al ataque español más frescura y más posibilidades en el repertorio de procedimientos tácticos, algo que en la anterior etapa carecíamos. La nueva disposición en el centro del ataque de Nerea Pena, una de las mejores jugadoras internacionales en la actualidad, ha supuesto otro cambio significativo mucho más lógico y eficaz dada su magnífica visión perimetral del juego y su lanzamiento sorpresivo, algo que jugando en el lateral derecho se reducía en demasía.
Sigue siendo evidente que España tiene cierta carencia a pesar de los esfuerzos de Sandy Barbosa o la referida Nerea Pena, pero ha aparecido Ivet Musons, una jugadora que a pesar de sus 167 centímetros, pero con una valentía excepcional, ha dado relevos interesantes a la primera línea española, con goles impropios de una jugadora de esa envergadura. España sigue, a pesar de todo, siendo un equipo que busca las penetraciones sucesivas para terminar en superioridades por los extremos, en la mayoría de las ocasiones.
La genial Carmen Martín, como es costumbre, nos ha obsequiado con un reguero de garra y calidad. La andaluza contagia al grupo, ha estrenado capitanía y tiene cuerda para rato. Hoy por hoy, sigue siendo indispensable, es una de las mejores del panorama internacional y debe ser quien siga enseñando a la joven Maitane Etxeberria los entresijos del extremo derecho. Una Maitane que, en los pocos minutos que ha jugado, ha dejado muestras de que se trata de una excelente defensora y que debe ir limando poco a poco sus acciones en ataque. No es fácil llegar a un evento tan importante como este y pedir peras al olmo. Es el futuro en el que Viver debe confiar sin cerrar otras opciones, claro está. En el otro punto están Amaia González de Garibay y Jennifer Gutiérrez. La vallisoletana no comenzó demasiado bien, pero ante Francia dejó constancia de lo que es y puede ser. Potente, rápida y valiente tiene mucho margen de progreso. Jennifer no le va a la zaga en cuanto a prestaciones, pues ha sido valiente, aunque en momentos algo precipitada, fruto de la ansiedad y de quererlo hacer lo mejor posible, perdonable a todos los efectos. El extremo izquierdo está muy bien cubierto y nos dará muchas alegrías en el futuro.
La dupla zurda del lateral derecho ha demostrado desparpajo, fuerza y trabajo, tanto ofensiva como defensivamente. Como decíamos antes, ha dotado al ataque español de nuevas posibilidades que antes no existían, y son dos jugadoras con mucho recorrido. Jugar en el extranjero les ha venido muy bien, ya que están en otra onda en cuanto a competitividad se refiere.
María Núñez, Paula García y Eli Chávez han compartido minutos en el pivote. Personalmente, he echado en falta a Judith Sans, pero el seleccionador tendrá sus motivos para prescindir de la ya jugadora del FC Midtjylland danés. No han brillado en ataque, salvo en momentos puntuales, ya que tampoco se les ha suministrado con frecuencia. Las tres son baluartes de la defensa, pero quizás la canaria está pagando las innovaciones tácticas defensivas que Viver ha introducido y que obliga a las centrales defensivas a tener más movilidad y mejorar sus desplazamientos laterales y frontales. Las salidas de las penúltimas “perjudican” tanto a Eli Chávez como a Lara González, como pudo observarse ayer ante Noruega, de ahí que María Núñez y Paula García hayan tenido muchos más minutos que Chávez.
Y nos vamos a uno de los puntos fuertes de la selección que es la portería, pero he aquí la gran pregunta ¿cuánto tiempo van a durar Silvia Navarro y Darly Zoqbi? La primera cumplirá el próximo año 39 años, y la segunda 36. Bien es cierto que la “vida laboral” de las porteras y porteros suele alargarse, pero entiendo que hay que pensar ya, de inmediato, en la búsqueda del relevo, algo que estoy seguro que está en la cabeza de Carlos Viver y sus ayudantes. La portería es hoy por hoy fundamental en un equipo de balonmano y prueba de ello lo tenemos en las grandes potencias como el caso de Noruega con Lunde y Grimsbø —incluso Silje Solberg—, y en España hay que ir preparándose para ese relevo. Han sido, son y serán hasta que el tiempo diga YA una de las mejores parejas, y la selección ha sabido sacar un rédito importantísimo, pues ambas porteras le han dado a las guerreras más de un triunfo en toda su carrera.
Nos quedan jugadoras como Silvia Arderíus, jugadora inteligente donde las haya y que sabrá coger pronto el timón de las operaciones ofensivas de la Selección, calidad no le falta y la experiencia llega con minutos en pista. Y finalmente, Lara González, esa jugadora que una lesión de rodilla la “olvidó” para lo que prometía a nivel ofensivo como una lanzadora que hubiera venido muy bien al combinado español pero que sus labores se han limitado casi exclusivamente a ser una de las defensoras en el entramado español. Como comentaba antes, y junto a Eli Chávez, las propuestas defensivas de Viver chocan un poco con ellas. Ayer fue una prueba fehaciente de que en los 1×1 de las noruegas, tanto Chávez como Lara sufrían una barbaridad. En una defensa 6:0 cerrada ambas jugadoras pueden resultar determinantes, pero si se abren las líneas, toca pasarlo mal. Lara González es joven y puede resultar todavía muy aprovechable.
¿Qué futuro nos espera? Como todo en esta vida, hay que ir pasito a pasito, y dejarse de optimismos desmesurados y manifestaciones o comentarios fuera de toda lógica como en estos pasados días han surgido de donde siempre, y hasta ahí puedo leer. No se le hace ningún bien a la selección ni a nadie, elevando a la enésima potencia las posibilidades de un equipo que está en plena fase de construcción, no se le puede comparar con equipos que son, hoy por hoy, muy superiores, y hay que tener los pies en el suelo. Nos puede, a algunos —a mi nunca—, ese patrioterismo absurdo del que se hace gala, y que lo único que hace es faltar a la realidad. Hay que ser mucho más comedido en las apreciaciones y analizar las verdaderas posibilidades sin entrar en borracheras ni éxtasis ridículos. España fue algo en su momento, pero ahora no lo es, esa es la pura y dura realidad. Pero esto es lo que ocurre en toda casa de vecino. Recordar el pasado, lo que fuimos, las victorias, las medallas, a todos nos traen recuerdos aquellas gestas, pero hasta aquí hemos llegado. Ahora toca empujar entre todos para que Carlos Viver y compañía trabajen de la mejor manera posible, que nos ilusionen, porque ahora creo que la inmensa mayoría creemos en él y sus métodos, porque le ha dado un cambio -o mejor dicho, se vislumbra- positivo al grupo, porque necesitaba savia nueva. Yo veía los tiempos muertos del anterior seleccionador y los de ahora, y hay un abismo, y eso se nota incluso en las cara de las jugadoras. Yo confío en Viver y Prades, y también en todas y cada una de las jugadoras actuales y las posibles que lleguen. Hay futuro, hay ilusión, hay nuevos métodos, hay alegría y ganas de seguir creciendo, y eso es maravilloso. El futuro de las guerreras está asegurado y en muy buenas manos. El cambio ha sido un acierto por parte de los estamentos federativos y ya se sabe que “renovarse o morir”, no mirar atrás, ser fieles con Carlos Vives y José Ignacio Prades, se lo merecen porque su apuesta, su verdad y su valentía se lo merecen.
Saben ustedes una cosa, hasta yo mismo me sorprendo de lo que acabo de escribir, pero es que ahora veo el horizonte lleno de vida, antes era todo oscuro y sin solución de continuidad. Nos esperan muchos buenos momentos, pero hay que tener tranquilidad, y algo fundamental, el pasado ya no existe, miremos al frente, y olvidemos el “yo hice, yo estuve, yo jugué contra…” , el balonmano español y sus incondicionales nos lo agradecerán.
Imagen destacada: IHF
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No puedo estar mas de acuerdo con la mayor parte de tus comentarios…aunque quiero matizar lo siguiente : No sé si hay futuro para alcanzar grandes metas, porque pese a la mejora táctica la realidad se impone : no tenemos jugadoras con el físico suficiente para plantar cara a las grandes potencias…es increíble la cantidad de “torres” repartidas por los diferentes equipos punteros. Esto nos exige un balonmano dinámico y preciso durante los sesenta minutos que es muy difícil llevar a la práctica con el número de entrenamientos con que se preparan estos eventos…pese a todo reconozco que el balonmano practicado en este mundial por nuestra selección se aproxima bastante mas a mi forma de entender el juego que aquel con el que se consiguieron éxitos internacionales…paradojas de la vida.