¡Hola de nuevo lectores de Sexto Anillo! como ya sabréis las pasadas finales de la NBA se decantaron por los Warriors, con sus correspondientes rivalidades entre los dos mejores equipos de la actualidad, una de las más destacadas (si no la que más) fue la comprendida entre LeBron James y Kevin Durant que ofrecieron un increíble rendimiento en las finales y que han sido comparados en numerosas ocasiones por un turbio pasado de cambios de equipo pero, ¿realmente son comparables?.
El 9 de julio de 2010 la nba convulsionaría brutalmente durante el programa de ESPN “The decision” en el que LeBron declararía la ya famosa frase: “I’m going to take my talents to South Beach”(Voy a llevar mi talento a Florida) la cual le granjeo rápidamente el odio total y absoluto de prácticamente toda la nba (menos la parte de miami por obvias razones). La mejor liga de baloncesto del mundo no recibía un mazazo de tal calibre desde que un tal Michael Jordan dejara el baloncesto por el baseball (con su posterior retorno) allá por el siglo pasado. Las reacciones no se hicieron esperar siendo de todo tipo y forma, desde aficionados quemando sus camisetas de James, pasando por leyendas como Magic o el propio Michael que se pronunciaron en su contra hasta el propietario de los Cavs que redactó una carta abierta solo por y para expresar su odio hacia el jugador.
Y ahora me pregunto, ¿tenía motivos “El elegido” para salir del equipo de su ciudad natal en busca de éxito? La respuesta es una rotunda afirmación, y hay varios motivos, entre los que cabe destacar la falta total de calidad en la plantilla de Cleveland, como jugadores solo destacaba él que lideraba a su equipo en todas las facetas del juego, para que os hagáis a la idea del equipo, el año previo a su marcha y siendo campeones de conferencia, Lebron fue el único All Star de su equipo, pero este dato se torna más llamativo cuando descubrimos que ningún jugador de su franquicia lo acompaño al partido de las estrellas desde su llegada a la misma. ¿De verdad alguien piensa que se puede ganar un anillo, o al menos ser un serio contendiente, con un único All Star? Por si alguno está pensando afirmativamente: no, no se puede
Tambíen pesaban mucho los desastres en Playoffs: aparte de la paliza recibida por los Spurs que les barrieron 4-0 en las finales ,cabe destacar el equipo que el propio James ha designado como su bestia negra, los Boston Celtics, siendo imposible para los Cavs ganarles a pesar de los efuerzos por parte del jugador, estaba claro que faltaba otra estrella,un acompañante de calidad para que junto al 23 pudieran dominar la nba, pero nunca llegó, cabe puntualizar que siempre se ha hablado de grandes parejas de la historia (Stockton-Malone, Jordan-Pippen, Kobe-O´neal, por nombrar alguna) pero no se ha oído ningún jugador que ganara un anillo solo.
El otro día comentando este artículo con un buen amigo y gran aficionado al baloncesto, me propuso una analogía de la situación que se le daba a Lebron trasladada a la época actual, analogía que me gustaría compartir con vosotros y dirigirla especialmente para aquellos que sigan la NBA desde hace poco tiempo y solo hayan vivido la era de Golden State Warriors, pues bien, me decía este amigo que me imaginase a Stephen Curry con sus dos Mvps debajo del brazo junto con el mismo equipo con el que ganó sus anillos, exceptuando a Klay Thompson y a Draymon Green, siendo sustituidos (salvando las obvias diferencias) por Dany Green y Serge Ibaka. ¿De verdad alguien tendría el valor de decir que ese equipo ganaría un anillo? no, ¿verdad? Pues esta era la situación que se le daba a James en Cleveland y era insostenible en todo punto.
Y en medio de este convulso clima que os he tratado de describir con la mayor precisión que he podido, aparece Miami Heat de la mano de un maestro llamado Pat Riley y dirigidos por un tal Dwyne Wade, que ya sabía lo que es ganar un campeonato (en el 2007 junto a Shaquille O´neal), que llevaba siendo All Star desde que Lebron lo era (salen ambos del mismo draft) y que además había sido Mvp de las finales, ofreciéndole compartir equipo además de un inmejorable proyecto a corto plazo con refuerzos inmediatos (que no fueron otros que Bosh y Allen) y todo el protagonismo que la joven estrella de Ohio pudiera necesitar. Con estos argumentos (y una suma importante de dinero a la que James tampoco puso mala cara) convencieron al jugador para que cambiase la fea ciudad de Cleveland por las paradisíacas playas de Miami Beach y la verdad es que visto así… ¿quién le puede decir que no al bueno de Wade?
El resto es historia de la NBA, con los de Florida ganó un par de anillos y otro par de Mvps hasta que (de nuevo) San Antonio lo barrió en unas finales (aquellas en las que Kawhi Leonard se hizo conocido por su férrea defensa sobre Lebron), pero lo que importa de todo esto es demostrar que visto así, desde una perspectiva de un jugador joven que quiere (y puede) ganarlo todo, buscar un equipo mejor dado que el suyo no le daba opciones de nada no puede ser considerado traición, ¿puede que sea egoísta? sin duda alguna, pero la NBA no es una ONG ni los jugadores monjas caritativas.
Por lo tanto y ya finalizando, parece excesivo llamar a James traidor por salir de un equipo que no le dió ningún proyecto creíble y más excesivo aún parecen actos tales como quemar su camiseta o escribir una carta abierta criticando al jugador por abandonar la franquicia después de los gloriosos años que le había dado, tampoco me puedo ir sin resaltar la diferencia entre Allen Iverson y Lebron, ya que los parecidos son innegables: ambos intentaron ganarlo todo sin estar acompañados de grandes estrellas y ambos acabaron por abandonar el equipo que los drafteó solo que Iverson lo hizo en el ocaso de su carrera y el 23 en su plenitud, así que Allen fue un héroe y James un traidor pero, y esta es la parte interesante, el primero es recordado por ser unos de los mejores jugadores que nunca ganó un anillo y el segundo duerme a día de hoy con 3 anillos en los dedos.
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