El galés Elfyn Evans fue el ganador de un rally de Gales en el que todo salió como M-Sport pedía. El equipo de Malcolm Wilson se hizo con un título de constructores que estaba prácticamente ganado y Sébastien Ogier consiguió su quinto título mundial después de ser tercero. Su principal rival, Thierry Neuville, lo intentó hasta el final, ganando la Power Stage y finalizando en la segunda posición, pero fue imposible para él evitar el “alirón” de una pareja (Ogier e Ingrassia) que ya es pentacampeona mundial.
El rally empezó de la peor manera posible para Neuville, que sufrió una penalización antes de salir en el primer tramo. Tramo que además ganaría Ogier, por lo que todo presagiaba que el francés iba a tener un paseo triunfal en dirección a su quinto WRC. Nada más lejos de la realidad. Ogier se dió cuenta de lo difícil que iba a ser ganar en esta prueba a partir de un segundo tramo en el que Elfyn Evans comenzó a volar. Fue imposible quitarle el liderato al galés, que impuso un ritmo insuperable durante todo el fin de semana.
En la jornada del sábado Neuville le robó el protagonismo a Evans tras culminar una remontada fantástica con la
que demostró que no se iba a dar por vencido en ningún momento. Se colocó segundo en el undécimo tramo, en el que Ogier cedía su tercera posición a Ott Tanak. Dentro de Hyundai aún había esperanza de llegar vivos a Australia.
Se llegó con esa esperanza a la última jornada, y al último tramo. Neuville tenía que conseguir todos los puntos de la Power Stage y esperar que Ogier no puntuase para mantenerse con opciones en Australia. El belga cumplió su objetivo, pero Ogier finalizó cuarto en el tramo y la emoción inundó al equipo M-Sport. Malcolm Wilson estallaba de alegría y el resto de componentes de equipo se veía caer alguna lágrima. Los de Cumbria pasaron temporadas muy duras y son los que menos recursos tienen, pero su pasión por los rallyes es algo innegable. Imposible no alegrarse por ellos.
En cuanto al resto de pilotos, rally malo para Dani Sordo que acabó décimo y estuvo muy lejos del ritmo, Paddon tampoco fue capaz de adaptarse, mientras que Mikkelsen (nuevo fichaje de Hyundai) fue quinto y demostró estar mucho más atinado que sus compañeros. Los Citroën demostraron tener mucho que mejorar en superficies resbaladizas y Latvala fue el mejor Toyota, en cuarta posición. Gran temporada del finlandés que si no llega a ser por los problemas en Polonia y Finlandia estaría en la lucha por el campeonato.
