La caída a puestos de descenso este pasado fin de semana ha activado la alerta roja en el seno del Caudal Deportivo. El conjunto de Mieres necesita vencer cuanto antes para recuperar sensaciones.
Cuatro jornadas sin vencer, trescientos setenta y cinco minutos sin marcar y pérdida de la solidez defensiva. Tres razones que han hecho que el Caudal Deportivo haya caído la pasada jornada a puestos de descenso tras diez jornadas disputadas. Una alerta roja que se dispara, pero lo hace en una situación que no es insalvable. El objetivo de la entidad no es otro que la permanencia, pero, eso sí, en la temporada del centenario se esperaba que el nivel de sufrimiento fuese notablemente inferior.
Hace ya un mes de la última victoria del Caudal por 1-2 en Las Gaunas. En esas fechas el conjunto mierense era un equipo peligroso. Mostraba una seguridad defensiva muy alta, porque los rivales no solo no le marcaban, sino que apenas le creaban ocasiones. Eso hacía ser optimista al aficionado del Caudal sobre su equipo. Pero todo empezó a torcerse pocos días después. Frente a la Real Sociedad ‘B’, se anuló al rival, pero no se generaron ocasiones. El resultado el previsible empate sin goles. Y aunque nadie lo percataba entonces, los problemas comenzaron ahí.
Los caudalistas seguían estancados en la pobre cifra de solo tres goles a favor. Unos números paupérrimos a los que no se encuentra solución por ahora. Paco Fernández lo ha intentado con cambios de sistema (pasando a jugar con tres centrales y carrileros) y de jugadores. Pero la sequía goleadora del Caudal es equiparable a la de muchos embalses del país: extrema. Sin embargo todavía quedaba algo a lo que agarrarse y es que no se encajaban goles.
Pero ese punto de apoyo pronto desapareció. Tres derrotas consecutivas frente a tres rivales cortados por el mismo patrón. Tres conjuntos con un patrón de juego claro: muy directo, vertical y con mucho juego en largo. Real Unión, Arenas Club y Gernika que le han sacado los colores al entramado defensivo del Caudal, haciendo reventar esa aura de seguridad defensiva. Tres partidos en los que, con muy poco, le anotaron al Caudal más goles que en los siete anteriores. El Caudal ha pasado de ser un equipo que no encajaba y no marcaba, a ser uno que no marca y encaja con relativa facilidad. Alarmas disparadas.
No hay que ir muy lejos para buscar la solución a este problema porque es bien sencilla. Ganar un partido. Tan pronto como el conjunto blanquinegro logre una victoria subirá el ánimo y la moral. El problema se agravaría si esa victoria tarda en llegar y el equipo se hunde más en la clasificación. Una circunstancia que, viendo el calendario, no sería nada descabellado pudiese suceder.
Un calendario que mete miedo
Para aumentar el nivel de alerta, el Caudal tendrá tres partidos en una semana de suma complejidad. Se enfrentará en esos siete días a los tres primeros clasificados: Mirandés, Sporting ‘B’ y Racing. El domingo a las 12:00 horas recibirá al CD Mirandés, líder. Tres días después visitará Mareo para medirse al filial rojiblanco y acabará la semana recibiendo de nuevo en el Hermanos Antuña al Racing. Una auténtica etapa alpina que dificulta más si cabe la situación.
Hasta el momento la confianza de los dirigentes caudalistas en Paco Fernández es inquebrantable. Sin embargo una semana de tres partidos en los que no se logre sumar y agrave la situación clasificatoria no solo agravaría la alerta. Además añadiría muchísima más presión a todos los estamentos del club. También lo haría a la, aunque escasa, siempre fiel afición caudalista, que podría empezar a buscar culpables a esa situación. O lo que es lo mismo, que los minoritarios gritos de ‘Paco vete ya’ que se oyeron en el último encuentro en casa, pasen a ser más mayoritarios.
Foto destacada – Mundo Deportivo
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