El delantero francés, muy cuestionado por su bajo rendimiento esta temporada, le dio los tres puntos a su equipo y acabó con una racha de cuatro partidos consecutivos sin ganar. El Celta fue bastante superior en la segunda mitad pero no pudo encontrar la recompensa del empate. El partido estuvo marcado por la ausencia de más de 8000 socios por el cierre de una de las gradas principales de Balaídos.
El comienzo del encuentro no fue demasiado intenso por parte de ninguno de los dos equipos, aunque el Celta dominaba la posesión y dispuso de alguna ocasión, por ejemplo en el minuto 17, salvada por una gran intervención de Oblak. Sin embargo, a partir del minuto 25, el Atlético trenzó un par de buenas jugadas y se fue arriba. No le hizo falta mucho para materializar alguna. En un saque de corner botado por Gabi en el 28, Gameiro empujó el balón dentro de la portería de Sergio. A partir de ahí, los colchoneros cesaron su empuje y se limitaron a frenar los ataques de un Celta que no estuvo demasiado preciso.
En la segunda mitad, el guión del partido cambió y los locales apretaron casi de principio a fin, metiendo a su rival en el área en muchos momentos. El conjunto del Cholo volvió a confiar en su guardameta, que sacó un gran remate de Aspas en 51 y vio cómo, en una falta al borde del área lanzada por el propio Aspas también en el 57, el balón se estrellaba en el larguero de su portería. No despertaba el Atlético y el Celta se encontraba más cerca del gol con el paso de los minutos.
La jugada polémica llegó en el minuto 64 cuando Gabi cortó con la mano un centro de Sisto dentro del área, pero el colegiado Munuera Montero no señaló nada en esta acción. Con la entrada al terreno de juego de Emre Mor, los celtiñas ganaron en desborde y peligro cerca de la portería rival pero no fue suficiente. Con los 11 jugadores metidos en su campo, el Atlético solo pudo gozar de una ocasión a la contra por medio de un remate de cabeza de Griezmann en el minuto 74 que a punto estuvo de sentenciar el encuentro.
Finalmente, los colchoneros se llevaron los tres puntos del Estadio de Balaídos, aunque sin merecerlo, frente a un rival más intenso al que solo le faltó el gol. El partido no deja, por tanto, contento a nadie. La imagen del Atlético sigue siendo mala y el Celta se tiene que resignar a irse de vacío.
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