Beatriz Nogales (Vitoria, 1983) fue una de las gimnastas españolas más destacadas a finales de los 90. Como parte del conjunto nacional, en 1998 logró proclamarse campeona del mundo de 3 cintas y 2 aros, además de lograr una plata en la general. En medio de la ovación del público español (el Mundial se celebraba en Sevilla) subió a lo más alto del podio junto a sus compañeras Sara Bayón, Marta Calamonte, Lorena Guréndez, Carolina Malchair y Paula Orive, en uno de los momentos icónicos de la rítmica española. Además, tiene en su haber un bronce europeo y más de una veintena de medallas en torneos internacionales. Su carrera culminó tras ser olímpica en Sídney 2000. Casi 20 años después de lograr el título mundial, Beatriz nos ha concedido amablemente esta entrevista en la que rememoramos su carrera:
Pregunta. Háblanos de tus inicios. ¿Cuándo y por qué decidiste empezar a practicar gimnasia rítmica?
Respuesta. A mi madre siempre le ha gustado este deporte y con seis años me apuntó a clases de gimnasia rítmica. Siempre me ha dicho que he sido una niña tímida y era una manera de relacionarme, compartir y superarme.
P. ¿Cómo te definirías como gimnasta? ¿Qué crees que te hizo destacar?
R. Fui una gimnasta muy afortunada, con excelentes entrenadoras a su lado, con una familia que me apoyaba en todo momento, con compañeras que me hacían los entrenamientos más fáciles… La suma de todo ello hacía que todo tuviera sentido. Aunque no me gusta hablar de mí, voy a responderte a la pregunta. Segura y expresiva en el tapiz, humilde, y buena compañera.
P. En julio de 1997, con solo 14 años, entraste al conjunto sénior nacional. ¿Te resultó difícil la adaptación al equipo?
R. Realmente todavía me pregunto cómo fui a Madrid sin dudar un solo momento, a pesar de que era un cambio en todos los sentidos. Una vez allí, me encontré con compañeras del club y de la selección júnior. Gimnastas que tenía como referencia y con las que compartía un mismo nexo de unión, este deporte.
P. En 1998 lograste en Sevilla proclamarte campeona del mundo en la final de 3 cintas y 2 aros con un ejercicio que aún hoy sigue maravillando, además de lograr el subcampeonato en la general el día anterior. ¿Cómo lo recuerdas?
R. El mejor campeonato de mi carrera deportiva. Y toda la culpa la tiene ese público entregado que hacía temblar la grada y que en momentos no dejaba ni escuchar la música por sus gritos y aplausos en forma de ánimo. Al igual que el cariño recibido por María, compañeras y cuerpo técnico.
P. A dos meses de los Juegos Olímpicos sufriste una lesión que casi te hizo perdértelos. Cuéntanos cómo fue.
R. Fue al recoger el aro en una colaboración. Se me rompió un hueso de la mano… ¡Increíble, sí! No quería llamar a mis padres para darles esa noticia. Lo pasé muy mal, aunque seguro que ellos peor… sabían que era mi último objetivo e ilusión antes de finalizar mi carrera deportiva. Me esforcé mucho por mantenerme física y psicológicamente a punto, no era momento de tirar la toalla. Una vez curada de la lesión entrené una semana con el equipo y confiaron en mí.
P. En los JJ.OO. de Sídney no pudisteis pasar a la final debido a algunos fallos en ambos ejercicios. ¿Cómo fue vivir esa otra cara?
R. Aceptando los errores cometidos y clasificación correspondiente. Pero siendo consciente de que había participado en unas Olimpiadas, un sueño para cualquier deportista.
P. Algunas de tus compañeras han criticado el desamparo y la falta de apoyo y orientación de la Federación en su retirada. ¿Cómo fue tu despedida del tapiz?
R. Sólo puedo estar agradecida por todo el apoyo recibido como componente del equipo nacional. En cuanto a mi retirada… es un cambio brusco, siempre digo que he tenido dos vidas. Y la transición de una a otra ha sido dura, pero no me he sentido desamparada por la Federación.
P. Durante tu etapa en la selección viajaste por medio mundo. ¿Se es consciente a esa edad de disfrutar esas experiencias o lo valoras más con el tiempo?
R. En mi caso, una vez retirada y pasados unos años valoras más todo lo vivido. ¡Era una niña! Más de una vez he soñado que me convoca de nuevo la selección española para ser componente del conjunto… ¡Se ve que me he quedado con ganas de más!
P. ¿Cómo lograste compaginar los estudios con los entrenamientos a lo largo de tu paso por la selección?
R. Los estudios ocupaban un segundo lugar. Acudíamos al colegio, aunque no en el horario habitual, y recibíamos apoyo académico en momentos puntuales. En mi caso, retomé los estudios y la carrera universitaria en profundidad una vez retirada de la gimnasia.
P. ¿Has seguido teniendo contacto con tus compañeras y con el mundo de la gimnasia rítmica?
R. Sí, aunque lamentablemente no con todas ellas. Pero todas aparecen en los recuerdos de aquella maravillosa época. Durante unos años aporté como entrenadora mi granito de arena a este deporte, pero en la actualidad me conformo con estar al corriente a través de redes y campeonatos televisados.
P. Tu excompañera Sara Bayón es la actual entrenadora del conjunto nacional, con el que ha logrado dos títulos mundiales y la plata olímpica en Río. ¿Cómo valoras su trabajo?
R. ADMIRACIÓN. En mayúscula.
P. ¿Qué cosas que aprendiste como gimnasta te han servido en tu vida posterior?
R. Principalmente valores. Disciplina, respeto, esfuerzo, trabajo en equipo, dedicación, ilusión… Una buena armadura para enfrentarte a las diferentes situaciones que nos podemos encontrar en la vida.
P. ¿Crees que las exgimnastas estáis suficientemente valoradas por la sociedad?
R. Este deporte, a nivel personal me ha dado mucho más de lo que me hubiera imaginado en un primer momento. ¡Con eso me quedo!
Tras su retirada, Beatriz estudió Trabajo Social y trabajó como dependienta y entrenando al Club Oskitxo, club en el que se inició en la rítmica. En la actualidad trabaja en Mercedes-Benz.
Autores de la foto destacada: Karol Otero, J.J. Guillén (EFE) y Julio Muñoz (EFE). Fuente de la segunda foto: El Correo. Fuente de la tercera foto: AS.
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