Análisis Opinión

Los gladiadores del César (Sampedro)

Está claro, aunque sea un tópico, que el fútbol da muchas vueltas y nunca se sabe donde puede colocar a cada uno; lo que hoy es blanco, mañana puede ser negro y eso es lo que esta temporada está pasando con dos de los pilares básicos para el Real Valladolid de Luis César, sus dos gladiadores Iban Salvador y Luismi Sánchez. Ambos se reivindicaron de nuevo el pasado sábado abriendo y cerrando la goleada (4-1) ante el Córdoba.

La pasada temporada, ambos jugadores aterrizaron en Pucela como parte de la profunda renovación que sufrió la plantilla que Braulio Vázquez puso a disposición de Paco Herrera, uno de los técnicos con más renombre de la categoría. La intención del Real Valladolid con estas dos incorporaciones era volver a la filosofía de fijarse en canteranos con proyección de equipos importantes y ejercer como un equipo trampolín para ellos.

Así, Luismi llegó procedente del Sevilla tras una temporada en la que formó parte de la primera plantilla de Unai Emery (con quien llegó a debutar) y ser una pieza básica en el filial sevillista en la anterior. El gaditano llegaba como ese jugador de fuerza y contención que todo centro del campo de segunda división necesita, sin embargo, lo cierto es que en ningún momento Paco Herrera supo sacar partido de este futbolista y, tras media temporada en la que solo disputó un puñado de minutos, salió cedido rumbo a Tarragona. En el Nástic, Luismi disputó 14 partidos y anotó un gol convirtiéndose en uno de los revulsivos del equipo catalán y siendo una pieza clave en la agónica permanencia conseguida por los tarraconenses la pasada campaña. Con la llegada de Miguel Ángel Gómez (conocedor de la capacidad del jugador con el que coincidió en el Sevilla) a la dirección deportiva del Real Valladolid, el mediocentro ha tenido una nueva oportunidad de demostrar su valía y lo ha hecho con creces hasta el momento. Pese a no ser titular en el debut liguero ante el Barça B, su entrada al campo en la segunda parte cambió por completo al equipo dotándolo de mayor consistencia en el centro del campo y llevó al Valladolid a controlar el partido pese a la derrota final. Desde entonces, titular indiscutible junto a Borja aportando su sacrificio, trabajo incansable y capacidad de recuperación del balón, ocupando mucho espacio en el campo. Además, en las últimas jornadas, con la confianza que da la titularidad, se está destapando como un gran organizador y un jugador capaz de ofrecer al equipo también llegada al área y último pase.

Luismi se estrenó como goleador el pasado sábado.

Muy similar es el caso del hispano-guineano Ibán Salvador. Tras llegar la pasada temporada como una de las mayores promesas del Valencia Mestalla, el de L´Hospitalet contó para Herrera en las primeras jornadas como uno de los principales revulsivos del equipo, siendo incluso titular en alguna jornada. Sin embargo, su caracter batallador, hacía que muchas veces se perdiera en peleas sin sentido contra rivales y árbitros, lo que acabó por cansar al técnico barcelonés que incluso criticó públicamente dicha actitud del jugador. Ibán terminó, como Luismi, saliendo cedido hacia el UCAM Murcia en el mercado de invierno, donde jugó un total de 15 partidos anotando un gol, que no sirvió para evitar el descenso de los murcianos. Durante la pretemporada, Luis César contó con el jugador como uno más de la plantilla pero, pese a ello, la sombra de la salida siempre planeaba sobre la cabeza del jugador catalán a quién, desde la directiva se buscaba una salida en forma de cesión o traspaso para poder afrontar la llegada de otro delantero. Sin embargo, llegó la primera jornada de liga y Luis César sorprendió a todos colocando a Ibán en el once titular, lo cual se ha repetido en las 6 jornadas posteriores, convirtiendo al hispano-guineano en el delantero titular del Valladolid junto al pichichi Mata, y lo está haciendo tanto en banda como por detrás del punta madrileño. Salvador está aportando, además de su indiscutible calidad, una gran capacidad de trabajo y sacrificio, aunque debe seguir mejorando el aspecto del carácter, ya que 4 tarjetas en 7 partidos pueden resultar excesivas para un jugador ofensivo.

Ibán Salvador se retira dell campo ovacionado.

Así pues, el fútbol como la vida, da vuelcos inesperados como en el caso de estos dos futbolistas. Lo que ocurre en este caso es, que si nos ponemos a reflexionar un poco, es difícil de entender como un técnico como Paco Herrera no supo o pudo sacar partido de dos jugadores que representan algo de lo que el Valladolid careció y mucho la temporada pasada: trabajo, sacrificio, entrega y mentalidad ganadora. En este apartado podríamos incluir también a Jaime Mata aunque su participación la temporada pasada fue mayor que la de sus dos compañeros. El tiempo dará y quitará razones pero, de momento, en la conquista de la segunda división, sus dos gladiadores dan la razón al César Sampedro.

Imágenes: www.realvalladolid.es


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