El corazón del deporte

Tratamiento de la avulsión de isquiotibiales en deportistas

La ilusión generada en la afición y la expectación que tenían los analistas del fútbol para ver jugar a Dembélé va a tener que esperar debido a la grave lesión que sufrió Ousmane el pasado 16 de septiembre en el partido del Barça frente al Getafe. El francés sufrió una avulsión de los tendones de los músculos isquiotibiales a nivel de su inserción en la pelvis. Aquí vamos a conocer en qué consiste la lesión, por qué ha tenido que operarse y cómo se realizará su rehabilitación y vuelta a los estadios de fútbol.

Son tres los músculos isquiotibiales: bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso. Se originan en el hueso isquion y se insertan en la porción proximal de peroné (bíceps) y tibia (semimembranoso y semitendinoso), recorriendo el muslo por su parte posterior (ver imagen anatómica). De esta forma, saltan dos articulaciones (cadera y rodilla), siendo vulnerables a lesiones. Son los músculos en los que con mayor frecuencia asientan las roturas fibrilares, más o menos extensas, que se tratan con fisioterapia. Sin embargo, la lesión que nos ocupa es mucho más rara, a la vez que evidentemente más grave, pudiendo limitar el rendimiento e incluso amenazar la carrera deportiva.

La avulsión de los tendones se produce tras un movimiento excéntrico que combine flexión de cadera y extensión de rodilla, probablemente en relación con una rápida aceleración. Los deportes en los que aparece con mayor frecuencia son el esquí y el esquí acuático, aunque también los podemos ver en otros como el tenis, rugby o fútbol. Hay algunos factores de riesgo con los que se relaciona la lesión: mal calentamiento, disbalance muscular (entre músculos de la misma pierna o entre piernas), fatiga o una tendinopatía previa (factor muy importante).

Es fundamental detectar pronto la lesión, ya que tratamiento tardío retrasará inevitablemente la vuelta a la competición. Tras la avulsión, el jugador presentará dolor en la parte posterior y superior del muslo, donde podremos ver inflamación y equimosis. Se puede palpar un escalón justo distal al glúteo (que puede estar oculto por hematoma en la fase aguda) e incluso el vientre muscular arrancado en la parte media del muslo. Será incapaz de correr e incluso puede tener problemas para caminar, debido al dolor y a la debilidad muscular. La sospecha debemos confirmarla con estudio de imagen (de elección, una resonancia magnética nuclear).

Cuando se produce una avulsión de los tendones isquiotibiales, el tratamiento con fisioterapia será insuficiente, y la solución será la cirugía, que se deberá hacer lo más pronto posible, en la que se reanclan los tendones al isquion con suturas. Las técnicas más modernas ofrecen una alta satisfacción subjetiva al individuo en el 85-95% de los casos y garantizan en el deportista una vuelta a la competición a un nivel similar al previo en el 80% de los casos aproximadamente.

Tras la cirugía, se insta al paciente a no apoyar la pierna (incluso a no sentarse) durante unas 2 semanas en las que tendrá que caminar con muletas. Después, podrá ir incrementando la carga progresivamente. En la primera fase de la recuperación, se puede asociar una ortesis para limitar la flexión de la cadera a un máximo de 30º o para mantener la rodilla en semiflexión. Podrá iniciar ejercicios de movilidad pasiva de cadera y rodilla a las 2-4 semanas y activa a las 4-6 semanas. En torno al mes tras la cirugía, puede comenzar a realizar ejercicios en agua, incluso nadar, y a la 6ª semana podrá hacer bicicleta. En este momento, además, deberá comenzar ejercicios isotónicos, así como fortalecimiento del core y ejercicios de cadena cerrada. La actividad isométrica se iniciará en torno a la 8-10 semana. El entrenamiento específico del deporte dependerá del que practique el individuo, pero suele comenzar en torno a la 12 semana. En torno a la semana 16 se realizarán test de fuerza e isocinéticos para comprobar la recuperación. Se estima que el jugador podrá volver a competir a partir de cuando su miembro intervenido tenga un 80% del rendimiento del miembro contralateral. Así, se estima que la vuelta a los terrenos de juego se podrá dilatar entre 4 y 5 meses.

Foto: columnadeportiva.com.

BIBLIOGRAFÍA

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