S.D. Huesca y Real Valladolid C.F. volvían a verse las caras por segunda vez en este curso en El Alcoraz. Después de la victoria visitante en la Copa del Rey, esta vez los altoaragoneses supieron echar el cerrojo, y con un buen tanto de su capitán, Gonzalo Melero, se han llevado la contienda por la mínima en esta sexta jornada de la La Liga 1|2|3. Un gran resultado para celebrar los 300 partidos de la escuadra azulgrana en la categoría de plata del fútbol español.
Saltaban al terreno de juego dos equipos con hambre de balón, a los que le gusta dominar la posesión del esférico. Los locales probaban las primeras intentonas sin suerte en sus remates. Pero sería Hervías quien pusiera a prueba los reflejos del meta oscense. Remiro, con una buena estirada, salvaba a su equipo de recibir el primero después de un tiro lejano del extremo que iba directo a las mallas.
Transcurría el primer cuarto de hora con un Huesca que controlaba más la pelota, pero un Valladolid que generaba más sensación de peligro. Llegada la media hora aparecía la mejor ocasión de los aragoneses. Sastre se quedaba solo frente a Masip tras un buen pase en profundidad de Cucho Hernández, pero el arquero desbarataba la jugada con una buena parada.
Contestaban los de Pucela, y en el minuto 34, otra vez Hervías, lanzaba un libre directo que Remiro sacaba bajo palos cuando todo el mundo ya cantaba el gol. Intervenciones en ambas áreas que finalizarían con el primer tanto del encuentro. En el minuto 37 una buena jugada trenzada por banda derecha terminó con un pase atrás del ariete Rescaldani para que, en segunda línea, llegara el mediocentro Melero que, con sangre fría, dirigía un disparo raso pegado al poste donde nada podía hacer Masip.
Los vallisoletanos trataban de reaccionar mientras los azulgranas intentaban sorprender con el segundo, pero el luminoso ya no se movería más en los primeros 45 minutos de partido.
Los jugadores volvieron de vestuarios con las mismas sensaciones. Los locales disfrutaban de los primeros acercamientos en el área visitante pero sin ningua recompensa. Los pucelanos, sin prisa pero sin pausa, comenzaban a generar ocasiones de peligro.
Los entrenadores empezaron a mover fichas dando entrada a futbolistas de refresco. Sampedro apostó en ataque con Villalibre, Míchel y Toni Villa, mientras que Rubi renovaba la medular con Alexander, y finalmente con Vadillo y Luso. Previamente el delantero Mata gozaría de una buena ocasión, mandando el esférico por encima del travesaño tras un centro medido desde la banda derecha de Hervías.
El cronómetro no se detenía, y con mucha conducción y movimiento de lado a lado, el golpeo final de cara al gol no se presentaba. Los albivioletas no cesaban en su empeño de conseguir el empate, pero los oscenses reprimían sus acometidas bien plantados en el terreno de juego. Antes de llegar a la conclusión del encuentro, los vallisoletanos verían cómo se quedaban con un hombre menos por la expulsión por doble amarilla del recién incorporado Míchel. Aun así el partido llegaba a su fin con un conjunto visitante que no paraba de colgar balones al área, encerrando a su rival en su campo, pero viendo como se consumaban los minutos de juego.
Tres puntos muy importantes y necesarios que alejan a la S.D. Huesca de la zona baja, sumando ya 8 puntos y que hacen fuerte su feudo. Por contra el Real Valladolid ve frenado su ascenso pero se mantiene en la parte alta de la clasificación con los mismos 10 puntos con los que ya contaba.
Fotografías: @alcompaire
