Ayer pudimos vivir la que probablemente haya sido la acción en pista más polémica de toda la temporada. En la salida del GP de Singapur los dos Ferrari y el Red Bull de Max Verstappen colisionaban, acabando con la carrera de los tres pilotos y la de Fernando Alonso como daño colateral. Un accidente que bien podría haber acabado con las opciones de título de Sebastian Vettel para el resto de la temporada en favor de Lewis Hamilton. Pero la FIA decidía no tomar cartas en el asunto.
Los dos Ferrari y el Red Bull se aproximaban en paralelo a la curva 1 cuando Verstappen, que estaba atrapado entre los dos coches rojos, colisionó con Kimi Raikkonen a su izquierda. El finés hizo un trompo y tocó fuertemente a Vettel, para finalmente llevarse por delante a Verstappen y Alonso. Mientras tanto, Vettel mantenía a duras penas el liderato con un coche que presentaba daños sustanciales. Pero poco le duraba la alegría al alemán, que no llegaba a completar ni una sola vuelta en cabeza cuando perdió el control de su SF70H y se precipitaba contra las barreras.
Ninguno de los pilotos de Ferrari se atrevió a señalar a un culpable en las posteriores ruedas de prensa, pero si lo hizo el equipo. En la cuenta oficial de la escudería italiana colgaban un tweet en el que aseguraban que: “Verstappen arrolló a Kimi“. Mientras que Verstappen aseguraba que la culpa fue de Vettel.
Tras una investigación que se llevó a cabo tras la carrera, los comisarios de la FIA anunciaban que ninguno de los tres pilotos implicados en el incidente serían penalizados. La razón que daban es que ninguno de los tres pilotos había sido completamente o predominantemente culpable del accidente.
Para los aficionados esta colisión significó un duro golpe, ya que deja el mundial prácticamente en manos de Lewis Hamilton. El piloto inglés salía quinto y sin perspectivas de podio, cuando de repente se encontraba liderando la carrera a primeras de cambio. Aprovechó la oportunidad y se hizo con una victoria que le ha permitido poner 28 puntos de ventaja sobre Vettel en la general. Por lo tanto, muy mal le tendría que ir al británico en las próximas seis carreras para perder el que sería su cuarto título mundial.
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Fotos vía: formula1.com
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