Los blanquiverdes consiguieron una victoria gracias a los goles de Guardiola y Caballero que les da la vida frente a un Tenerife que no hizo mucho por cambiar el resultado
El Córdoba CF llegaba al partido en una situación límite, tres derrotas en los primeros cuatro partidos de liga. Luis Carrión, consciente de que su puesto pendía de un hilo, apostó por un 4-4-2. Un sistema ofensivo con dos puntas con el cual pretendía buscarle las cosquillas al Tenerife desde el inicio. Por su parte, José Luis Martí alineó su clásico 4-2-3-1 el cual no le ha ido mal hasta ahora.
Ni cinco minutos habían pasado cuando Jonathan Mejía disparó hacia la portería tinerfeña creando la primera ocasión del peligro, el balón se fue desviado muy cerquita del poste tras ser despejado por un central del Tenerife. Los primeros minutos fueron dominados de forma contundente por los blanquiverdes, y este dominio fue transformado en ocasiones. Sergio Aguza realizó un potente disparo desde el exterior del área que se marchó rozando el palo derecho de la meta defendida por Dani Hernández.
Los blanquiazules fueron despertando y comenzaron a competirle a un Córdoba que hacía daño con las internadas por banda tanto de los laterales como de los extremos. Alcanzada ya la media hora de partido los locales tuvieron muy cerca el primer gol en una falta botada por Alfaro. El onubense realizó un gran disparo que obtuvo una respuesta aún mejor por parte del guardameta visitante.
El partido se fue trabando en los minutos finales de la primera mitad, con numerosas faltas con la intención de cortar la opciones de ataque del rival. Justo al borde del descanso Samuel Camille cometió un error y concedió un penalti a los andaluces. Sergi Guardiola no aprovechó el regalo y lanzó el penalti sin fe, el cual fue detenido por Dani.
Solo faltaba que entrara
Saltaron al verde los protagonistas y se repitió el mismo guión del primer tiempo, un conjunto local que ejercía una leve superioridad a través de la cual se acercaba tímidamente al área rival. Enfrente un Tenerife que las veía venir y cuya esperanza era hacer gol al contraataque. Javi Galán demostró una vez más su calidad para el uno contra uno y su desborde en banda izquierda, el canterano se proclamó el líder de los suyos sobre el terreno de juego.
Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Tras intentarlo de todas las maneras posibles, el mismo que falló un penalti se redimió con un gol típico de delantero centro. Guardiola recibió el esférico en la frontal del área y sin pensarlo lanzó un zapatazo imparable a la escuadra derecha para abrir el marcador.
Tras esto los blanquiazules se lanzaron a la desesperada volcándose sobre la portería de Pawel Kieszek (el cual volvió a ser titular tras una lesión que le ha mantenido apartado hasta hoy). Pese a la imperiosa necesidad que tenían los visitantes de hacer gol el polaco sólo tuvo que lucirse en dos ocasiones. Los blanquiverdes se mantuvieron firmes en defensa y supieron manejar la ventaja para llevarse los tres puntos. Carlos Caballero, que había ingresado poco antes al campo, condujo el balón hasta el interior del área, donde definió de forma exquisita para aumentar la distancia y certificar la victoria de los califas.
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Foto: José Luis Pedraza / SextoAnillo
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