En la tarde de hoy se ha visto un Sevilla 3-0 Eibar de Laliga Santander que ha comenzado como si ambos equipos saliesen de una buena siesta, y eso reflejó el marcador hasta la segunda parte, dónde sí hubieron goles.
Después del parón de selecciones, el Sevilla sacó un once muy interesante con Sarabia y Ganso como interiores y dejando fuera del once a Kjaer. El Eibar se ciñó a su estilo y dejó arriba a Kike y Sergi Enrich.
El partido tenía lo que tienen los partidos vistosos antes de comenzar debido sobretodo al fútbol dinámico que otorgan los vascos y al estilo de combinación de los de Berizzo, pero, ninguno de ellos apareció o mejor dicho, ninguno se asentó en el partido. Los sevillistas no conseguían concretar jugadas, tuvieron tramos donde el mediocampo de N’Zonzi, controló el juego pero intermitentemente. En cambio los de Mendilibar no conseguían llegar al último tercio del campo con facilidad, apenas Inui tuvo una ocasión de tiro lejano que Sergio Rico paró sin mucha dificultad. Las internadas de Alejo quizás eran el punto fuerte de este Eibar poco avispado pero en el minuto 40 tras pisar mal sufrió un dolor en la rodilla que vio obligado a su entrenador a hacer el cambio por Rivera.
Y con alguna que otra simple advertencia del Sevilla nos fuimos al descanso en un partido con poco ritmo, sin un claro dominante y casi que sin fútbol.
La segunda parte para suerte del espectador comenzó con un equipo andaluz enchufadísimo que marcaba a los dos minutos del comienzo, un Ganso -que va dejando detalles o números para la estadística- marcaba solo ante Dmitrovic tras una magnífica jugada entre Escudero y Nolito que el extremo con su desborde consiguió conectar con el brasileño.
El ritmo sevillista se convirtió en un fútbol del que Berizzo debió sentirse orgulloso, los interiores pasaron a ser piezas de un once a darle clase y continuidad al fútbol ofensivo que quiere implantar el argentino a sus jugadores, Sarabia aportó la calidad que hizo al espectador no perderse la segunda mitad, y así llegó el segundo gol, juego asociativo entre los jugadores de arriba, hasta que Sarabia dió la asistencia a un Ben Yedder que remataba solo tras la veloz combinación andaluza.
El Eibar no conseguía canalizar su juego, la incomodidad que sentían en el campo era superior a los cambios tácticos que hacía Mendilibar, Bébé fue quizás el que más aportó pero no sólo con los intentos llegan los goles y es que el portugués no conectaba con la delantera. Poco peligro y pocas ocasiones para un pobre Eibar que aún le quedaba el “finiquito” final.
Ya en el ’91 con un Sevilla que no podía parar de crear huecos, cómo no, Sarabia rompió la línea defensiva de los vascos con un taconazo que Corchia, -que entró en el ’72 por unas molestias de Mercado-,recibió para colocar el balón al segundo palo a los pies de Nolito y este de primeras para meterlo entre los palos de Dmitrovic.
El Sevilla mantuvo los tres puntos en casa y el Eibar vuelve al norte quizás con menos de lo que tenían.
Fuente de imágenes: as
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