La S.D. Huesca ha puesto el broche de oro para finalizar su participación en esta exitosa temporada 2016/17 de La Liga 1|2|3. Los jugadores de la entidad oscense, al mando de su entrenador Juan Antonio Anquela, han logrado batir registros históricos, para concluir la mejor campaña del equipo altoaragonés desde su formación.
El conjunto azulgrana comenzaba el que era su séptimo año en la categoría de plata del fútbol español con entusiasmo por conseguir la permanencia una vez más. Después de los buenos resultados con que acabaron la participación pasada, la ilusión quedaba reflejada en este equipo modesto. Pese a ser el segundo peor presupuesto de la división, la directiva aragonesa confiaba en el bloque configurado para afrontar esta nueva etapa.
Futbolistas importantes como Fran Mérida, Tyronne y Darwin Machís dejaron de formar parte de la plantilla, mientras se intentaba mantener la medular azulgrana (Carlos David, Íñigo López, Aguilera, Samu Sáiz…). Con la incorporación de nuevas caras con ganas de demostrar su valía, como Álvaro Vadillo, Borja Lázaro, Akapo, Jair, Melero, Ferreiro o Sergio Herrera entre otros, se cerraba la nueva escuadra combatiente en El Alcoraz.
La S.D. Huesca comenzaba el campeonato liguero con dos empates y una derrota, que posicionaban al club en posiciones de lucha por la permanencia. A partir de aquí los hombres de Anquela empezaron a fortificar su feudo, logrando 5 victorias en casa de 7 posibles y sacando algún punto en sus visitas a tierras rivales para alcanzar una plaza más tranquila en la clasificación. De hecho, estos buenos resultados aupaban al equipo oscense más cerca de luchar por la promoción de ascenso que del de descenso. Y así llegó al parón navideño, en una sexta posición meritoria, que era fiel reflejo del buen juego desplegado por los muchachos.
La vuelta se hizo difícil de digerir. El movimiento en el mercado de fichajes, cansancio acumulado, lesiones de jugadores clave en el equipo, fueron algunos de los posibles factores causantes de unos resultados con menor rendimiento. Aun así los azulgranas mejoraban sus números como conjunto visitante, llegando a enlazar la friolera cifra de 11 encuentros seguidos como visitante sin conocer la derrota.
La derrota como local frente a su vecino, el Real Zaragoza, fue el punto de inflexión que hizo despertar la magia oscense. Los altoaragoneses reencontraron la senda de la victoria en sus tierras y con la consiguiente lucha fuera de su estadio, lograban permanecer invictos durante 12 jornadas, volviendo a situarse entre uno de los mejores equipos de la categoría.
Números y estadísticas que iban a quedar ya grabados en los anales del club, y que hacían soñar e ilusionar a una afición que veía cada vez más cerca el anhelo de competir por subir a la Primera División por primera vez en su historia. Los últimos enfrentamientos contra adversarios directos mostraban que esta S.D. Huesca era capaz de competir con cualquiera. Los aragoneses llegaban a la recta final dependiendo de sí mismos para entrar en puestos de play-off por el ascenso. Un último partido frente al líder otorgaba la ocasión final para convertir a los jugadores azulgranas, en héroes para su ciudad. Y así fue, la plantilla logró remontar el marcador adverso, sumando una nueva victoria que daba el acceso directo a una plaza en la promoción.
La S.D. Huesca concluía su temporada como sexto clasificado, obteniendo 63 puntos gracias a 16 victorias y 15 empates conseguidos a lo largo del año. De esta forma se ganó el derecho a intentar convertirse en futuro conjunto de la máxima categoría, premio merecido a su gran rendimiento, donde debería verse las caras frente al Getafe C.F.
A aficionados, directiva e integrantes de las filas oscenses sólo quedaba poder disfrutar del ambiente y sensaciones que dejan unos play-off por el ascenso. Luchando hasta el final, mantenía la eliminatoria viva después de sobreponerse a 2 goles en contra, empatando el primero de los enfrentamientos, 2-2, en El Alcoraz. Los madrileños no dieron opción en su feudo, y con un holgado triunfo por 3-0, ponían punto y final a la trayectoria de la S.D. Huesca.
Llegado a este punto sólo caben palabras de felicitación y enhorabuena a este equipo humilde por el gran campeonato realizado. Como quedó reflejado al término del último encuentro, la ciudad entera está orgullosa de los objetivos conseguidos por sus muchachos. Ahora toca esperar, para volver una vez más, a soñar e ilusionar con metas que hace unas cuantas primaveras eran inimaginables. ¡Fieles siempre sin reblar!
Fotografía destacada: www.heraldo.es
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