Llevo varios meses pensando, preguntándome el por qué los padres se comportan del modo en el que lo hacen durante los partidos de sus hijos, evidentemente, no todos los padres, pero sí una gran mayoría. Los padres, esas personas que repiten a sus hijos que no digan palabrotas hasta la saciedad, que cuando sus hijos hacen algo que es una falta de respeto, les mandan pedir perdón y muchos les castigan. Para esos padres les quiero decir esto:
No comprendo nada, tal vez es que soy un ignorante, no lo sé, tal vez sea que no sé nada, tal vez es que sea tonto, o que no tengo ni idea, o esas cosas peores que le decís a los árbitros desde la grada, que fácil es criticar desde la grada ¿verdad?. ¿Alguno de vosotros se ha preguntado alguna vez cómo llegan los árbitros a serlo?, apuesto a que sí, pero apuesto mi silbato a que ninguno de vosotros sabe lo que es estar arbitrando, ¿recordáis los trabajos que había que exponer en el colegio y en el instituto?.
Pues se siente esa clase de nervios, pero multiplicados; sabes que no sirve con explicar lo que has estudiado, sino que aplicarlo en situaciones que no has preparado, que son distintas entre sí, con gente que está pendiente en busca de tu mínimo error y que se va a quejar, cuanto menos, por cada uno de esos errores. No sé si esto lo sienten todos los árbitros, pero es lo que yo siento.
En estos días, cuando la gente está preocupada por si se va a juzgar a Cristiano Ronaldo, por si Sandro Rossell acaba en la cárcel o si Lionel Messi ha eludido la cárcel por haber pagado lo que se le pedía, yo estoy preocupado por las agresiones que han sufrido este año algunos árbitros.
Y es que nadie merece que se le agreda, por nada, pero… ¿por ser persona y cometer errores en su trabajo? Perdón por usar la palabra trabajo, ha sido un lapsus, repito, ¿por ser persona y cometer errores en su HOBBIE?. Porque sí, señores y señoras, para los árbitros, sobre todo los que no estamos en la élite futbolística, el arbitraje es un mero pasatiempo, algo que hacemos para disfrutar y del que cada vez se disfruta menos. Volviendo a donde estaba, nadie merece ser silbado, insultado y ni mucho menos agredido por su hobbie.
Hay que dejar a un lado la hipocresía que nos caracteriza, hacer autocrítica y valorar que estamos haciendo mal nosotros, curar nuestra ignorancia como espectadores, aprender las normas del deporte que estamos viendo, dejar que los niños disfruten del deporte tranquilos y sin tener que avergonzarse de sus padres, y sobre todo, aprender a perder, ganar y disfrutar de lo que vemos.
La solución, yo no la tengo, tal vez que los equipos den clases a los padres de los niños sobre las normas del deporte en el que sus hijos participan, no lo sé, la verdad, no tengo ni idea, yo solo soy un ignorante, un tonto.
Fuente imagen destacada: record.com.mx
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