Se confirma lo que todos temíamos, el final que nadie quería para esta brillante temporada, en lo deportivo, del Celta de Vigo. Eduardo Berizzo no renovará y dejará de ser entrenador del Celta en cuanto el árbitro pite el final del último partido de Liga, en Balaídos.
Pena, rabia, tristeza, miedo, desilusión… Todos esos sentimientos acompañan al celtismo, unido más que nunca, en estos momentos. Podríamos buscar muchos culpables y estoy segura de que los encontraríamos, pero creo que Berizzo se merece mucho más que eso.
Toto, muchísimas gracias. Gracias por estas tres temporadas, a ti y a todo tu cuerpo técnico. Gracias por hacernos creer y gracias por enseñarnos a soñar. Gracias por ilusionarnos como nunca nadie nos había ilusionado. Gracias por hacernos luchar por puestos europeos, por clasificarnos para la Europa League tras diez años sin hacerlo. Gracias por llevarnos hasta dos semifinales de la Copa del Rey dos temporadas consecutivas, y por llevarnos a la primera semifinal europea de nuestra historia.
Gracias por acompañarnos en la etapa más bonita, gracias por escribir la historia de este club. Gracias por ser celtismo. Gracias por enseñarnos que las cosas hay que soñarlas primero, si queremos que sucedan. Y gracias por demostrarnos que llega un día en el que el soñador se encuentra con su sueño.
Gracias por hacer de nuestros sueños tus sueños. Nuestros sueños. Gracias por la gran temporada que nos dejaste, la mejor de nuestra historia como club. Y gracias por darlo todo por hacernos crecer, aunque no te lo hayan puesto nada fácil. Gracias, también, por golpear tan fuerte y con tantas ganas esa puerta, con nosotros. A nada estuvimos de tirarla abajo, y fue gracias a que tú nos dijiste que golpearla era lo que había que hacer.
Hoy el celtismo llora, porque tu tiempo aquí no se había acabado. Porque aún podíamos hacer cosas juntos, porque había mucho margen de mejora. Esta despedida duele, duele mucho más de lo que dolió la eliminatoria en Vitoria frente al Alavés. El celtismo está mucho más roto de lo que estaba en Old Trafford hace poco más de una semana. Sin duda, tu marcha es la peor noticia de la temporada.
No es justo, ni para ti ni para nosotros, que sea así como te vas del club al que has dado todo. No es justo que seas tú el que, a pesar de el gran año, tuvieras que luchar por quedarte. Dices que no tienes plan B, pero estoy segura de que no te faltará lugar donde te sientas valorado y querido. Donde confíen en ti y donde pongan en tus manos un gran proyecto. Tu gran proyecto.
Seguro que no tardaremos mucho en verte levantar una copa, y dolerá ver que lo haces por otro escudo, por otra afición. Y se nos encogerá el alma pensando que esos pudimos haber sido nosotros. Pero, por mucho que duela, todo el celtismo sonreirá al verte sonreír. Porque te debemos eso y mucho más. Te mereces triunfar, y triunfarás.
Ahora todo está muy reciente, y nadie puede pensar que el futuro del Celta vaya a ser bueno. Se ve oscuro, porque tú eras la luz. Nadie se imagina que alguien pueda guiarnos como tú lo hacías, y el miedo a lo que vendrá es real. Pero ojalá algún día, sea cuando sea, volvamos a acercarnos a esa puerta y a empezar a golpearla. Y quizás llegue el día en el que la tiremos, por fin. Y ese día, Toto, ese día, todo el celtismo se acordará de ti. Porque fuiste tú el que nos enseñó que era posible.
Porque sin ti nunca habríamos empezado a soñar.
Gracias, Berizzo. Gracias por tanto. Toda la suerte del mundo, siempre. Y esta, aunque sé que ya lo sabes, siempre será tu casa.
Imagen vía: atlantico.net
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