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Breaking2 , ¿marketing o atletismo?

El pasado 6 de mayo a las 5:45 de la mañana en Monza, Italia, el keniata Eliud Kipchoge, el eritreo Zersenay Tadesse y el etíope Lelisa Desisa hicieron unos valientes intentos para romper la mítica barrera del record del mundo de maratón de 2 horas. Kipchoge terminó con un tiempo de 2:00:25, 2:32 más rápido que el actual récord mundial y 2:40 mejor que su propia marca personal de 2:03:05. Tadesse atrapó un tiempo de 2:06:51, superando su marca personal por 3:50. Desisa cruzó la meta con un tiempo de 2:14:10.
Desde la lejana irrupción de los atletas africanos en el atletismo de fondo, los records de mundo en todas las disciplinas pedestres han ido cayendo como fruta madura, primero como consecuencia de su facilidad natural para este deporte, a lo que mas tarde unieron un entrenamiento y preparación similar a la de la elite de los países mas avanzados. Sin embargo de unos años a esta parte parecía que los records se ralentizaban y costaba lustros o décadas arañar un puñado de segundos al record de la mas antigua y popular carrera del mundo, la distancia de Filipedes, el mítico maratón.

 El debate giraba en torno a si se estaba alcanzando ya una barrera natural o mas bien había desinterés por parte de la elite, siempre mas interesada en los suculentos premios económicos de los mítines o maratones mas famosos, que en alcanzar la gloria del ranking. Y por supuesto nunca puede faltar en un debate sobre el atletismo el ingrediente mas amargo y dañino, el doping: había puesto la lucha anti-doping coto a la progresión de records en la mas dura distancia del mundo atlético? Al menos la coincidencia del momento es indiscutible.
Y en esto que llego Nike para lanzar el reto de los retos, posiblemente la mayor proeza deportiva de nuestros tiempos: romper la barrera de las 2 horas en la distancia de 42km y 195 metros. La labor, casi imposible para algunos, solo podía ser llevada a termino mediante un trabajo muy estudiado y planificado, contando con un equipo de expertos entrenadores, nutricionistas, psicólogos, médicos, biomecánicos y coaches. En una pista asfaltada y con un ritmo controlado mediante un coche que sirve de liebre y referencia, los 3 aventureros se lanzaron a la conquista de una gloria que se rozaron con las manos, al menos el keniano Kipchoge, al que solo 25 escasos segundos separaron del objetivo.

Un reto de esta magnitud hubiera merecido toda la atención de un deporte necesitado de popularidad, horas de televisión y expectación, mas allá de la cita olímpica cada 4 años. Pero no fue el caso y pese a lo llamativo del evento, la cita solo ha resultado en anécdota para los aficionados del atletismo, poco dados a este tipo de extravagancias y mas propensos a las tradicionales proezas contra viento y marea. No ha ayudado la explicita campaña publicitaria que esta acompañando al reto, orientada al marketing de las mas avanzadas tecnologías en calzado deportivo para corredores, ahora que el mercado de corredores populares se ha convertido en una jugosa tarta de dólares.

Pese a la poco tradicional forma de plantear la carrera y la indiscutible ayuda del coche-liebre, bajo viento y nulas pendientes, nadie puede negar el enorme merito de quedarse a 25 segundos de bajar de las 2 horas. Ni tampoco la elaborada y vistosa estrategia de marketing de la multinacional americana.

Foto destacada vía: elbocon.pe

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