Opinión

Por tu culpa, Berizzo

Hay gente dentro del celtismo, cada vez menos, que culpa a Berizzo de no conseguir ciertos “objetivos”.

Otros culpan a la directiva (quizá cada vez más, por todas las polémicas dadas últimamente) y por la planificación de la plantilla a principios de temporada.

Yo prefiero unirme a los primeros, pero lo hago de una forma un poco peculiar. La gente que está en contra del entrenador dice que si las rotaciones, que si poner a tal o a cual jugador, o que el equivocarse en un planteamiento evitó que jugáramos alguna final. Yo también te culpo, Berizzo.

Yo te culpo, porque de no ser por ti, no veríamos lágrimas de celtistas por caer tres veces en dos temporadas en una semifinal. Posiblemente tendríamos otro tipo de lamentaciones y de objetivos, pero muy difícilmente caeríamos dos veces seguidas en una semifinal copera, y todavía sería mas difícil plantar cara esa noche de mayo en unas semifinales europeas a todo un Manchester, un gigante de Europa.

Por tu culpa las lágrimas de rabia por no conseguir algo, por perder, se mezclan con un profundo orgullo, unas lágrimas diferentes a las derramadas en Granada, por poner un ejemplo, además de ser unas lágrimas de ver rota, momentáneamente, una ilusión.




Porque por tu culpa, nos ilusionamos, pensamos que soñador y sueño podrían encontrarse.

Porque por desvivirte por ver crecer a este equipo, “fracasamos” en una aventura que hace poco ni soñábamos, logrando mantener la categoría sin ningún apuro y soñando en eliminatorias, cuando antes el objetivo era mantenerse, y el jugar partidos de tal importancia como los que jugamos contigo, era un sueño. Un sueño de los de antes, de los que crees que no se cumplen, lo que pensabamos que era soñar antes de que nos enseñaras el verdadero significado de la palabra soñar, antes de saber que primero hay que soñar, y que si algo se sueña, puede suceder.

Por tu culpa sentimos este profundo orgullo por el equipo, por sus logros, por su actitud, por ese ADN que lleva tu sello.




Como mucha gente piensa, por culpa tuya podríamos estar más felices, pero difícilmente más orgullosos. Este crecimiento y todo esto, es por tu culpa. Y esperemos que por tu culpa volvamos a soñar, a ilusionarnos, a llorar por alegría de lo conseguido, y de tristeza por los “fracasos” que tenemos contigo y con tus equivocaciones.

Porque como dices, golpearemos la puerta tan fuerte que al final acabará cayendo, y si tiene que caer, que seas tu el que nos guíe hacia esa puerta.

Y si tienes que seguir equivocándote, como dicen que pudiste hacerlo hasta ahora, hazlo, todos tenemos derecho a ello, pero equivocate aquí, porque, como tú dices, para que las cosas sucedan, primero hay que soñarlas, y los celtistas ahora sueñan con que te quedes y sueñes aquí.

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Imagen destacada vía: Atlántico Diario

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