El Balonmano Cangas afrontará dos finales en casa para conseguir la permanencia en Asobal. Transcurría la vigésimoprimera jornada de Liga ASOBAL y Cangas del Morrazo se disponía a presenciar una batalla “a cara de perro” entre dos protagonistas de la zona baja de la clasificación; el Frigoríficos se enfrentaba a un Quabit Guadalajara, que buscaba frustrar las aspiraciones de los primeros de coger aire y escapar así de la zona peligrosa.
Los locales afrontaron el partido como una auténtica final y se encargaron de hacérselo saber a sus aficionados que abarrotaron las gradas del ya histórico pabellón cangués, engalanado con un lleno absoluto para arropar a su equipo en esta difícil empresa. Pero la fuerza de un pueblo no consiguió superar a un Guadalajara que fue superior y, a Cangas, ese mismo día, llegaría el pesimismo. Un 11 de marzo gris que pretendía seguir presente en la travesía de los gallegos hasta final de temporada. Pero en un lugar donde el balonmano es casi una religión, existe un componente de fe que consigue transmitir esas ganas de luchar a cada jugador y tras la dura derrota, el equipo siguió creciendo en juego y sus aficionados insuflaron el aliento que necesitarían los de Victor García “Pillo” en los momentos importantes.
Tras esta derrota llegó la victoria ante un gran Cuenca y los resultados siguieron siendo favorables, para evitar, que pese a las derrotas en Benidorm y ante el Naturhouse, el Frigoríficos pudiese seguir soñando con seguir un año más entre los grandes.
Y seis jornadas después de aquel chaparrón de pesimismo ante el Guadalajara, el pueblo de Cangas volvió a mostrar su fuerza, que con más de un centenar de gargantas asaltaron el Príncipe Felipe de un maltrecho Villa de Aranda, que les hizo salir veintiseis jornadas después de los puestos de descenso. El sol había vuelto a las Rías Baixas y la esperanza residía en un equipo que crecía partido a partido.
Ahora, la situación pinta de otra manera, con el golaveraje a favor y un calendario más favorable que sus principales competidores, el Balonmano Cangas vuelve a apelar al peregrinaje de sus fieles en las dos finales que quedan por jugar en su feudo. Iniciativas en la calle y precios populares convertirán al pueblo de Cangas en un lugar sagrado para los amantes del balonmano, con la intención de llenar nuevamente el Gatañal ante el Balonmano Sinfín y el Club Deportivo Bidasoa, cuatro puntos que pondrían pie y medio de los gallegos en la próxima edición de la Liga Asobal.
Porque la fuerza reside en el grupo, y cuando equipo y afición luchan juntos por algo no hay tempestad que no permita a un pueblo seguir soñando un año más, con seguir siendo un grande entre los grandes.
Imagen destacada: Balonmano Cangas.
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