El GP de Rusia 2017 ya es historia, y tras la carrera podemos sacar varias conclusiones sobre los pilotos de cabeza. Valtteri Bottas y Kimi Raikkonen han espabilado, mientras que Sebastian Vettel sigue mostrándose como el hombre a tener en cuenta. Mientras tanto, Lewis Hamilton ha sorprendido por su bajo rendimiento a lo largo de todo el fin de semana, después de tres carreras en las que se mostró muy sólido.
Mientras que Bottas destacó por su excelente rendimiento que le aseguró su primera victoria en Fórmula 1, su compañero en Mercedes sufrió mucho en la cuarta plaza con un coche con una aparente falta de balance y unos neumáticos que se sobrecalentaban. La situación se agrava si tenemos en cuenta que ambos coches tenían el mismo “set-up”.
En el corralito de la prensa el británico decía: “No puedo explicarlo ahora mismo, pero tendré que hacer trabajo esta semana para entender que fue lo que pasó. Tengo algunas teorías de por qué me sentí así en la carrera y la clasificación, algunas ideas, pero tendré que hacer un montón de trabajo para corroborarlo.”
Aun así, Hamilton hizo una muy buena salida, desafiando a Raikkonen en la curva 2. Pero el piloto de Mercedes frenó demasiado tarde y eso le hizo perder la posición con el finlandés. Eso lo mantuvo cuarto el resto de la carrera y unido al hecho de que necesitaba enfriar el motor, hizo que el inglés tirase la toalla demasiado pronto. Desde una fase temprana de la carrera, Hamilton ya comunicó al equipo que las posibilidades de podio se habían esfumado.
En dos semanas dará comienzo el GP de España, una oportunidad de oro para que Hamilton vuelva a mostrar su mejor versión en un circuito en el que ya tuvo la oportunidad de ganar en 2014. Y es que a estas alturas, ya nadie puede dudar de su talento.
Fotos vía: Twitter (@F1)
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