Análisis Opinión

La presión se mide en Pascal(es)

Análisis sobre la actualidad del alemán Pascal Wehrlein, piloto titular en el equipo Sauber F1 Team, pero que aún no ha debutado en el campeonato 2017.

En física, se le llama Presión “a la reacción inmediata que ejerce un cuerpo sobre otro en relación de peso o fuerza. En el Sistema Internacional de Unidades la presión se mide en una unidad derivada que se denomina pascal”. Y no hay definición más acertada para explicar lo que está pasando con Wehrlein, el Pascal de la Fórmula 1.

De paso firme y victorioso por el Campeonato Alemán de Turismos (DTM), que incluyó el título de pilotos 2015 a bordo de un Mercedes; el joven germano arribó a la máxima con muchas expectativas, pero en menos de seis meses, todas las “fichas” puestas a su nombre se han ido cayendo como piezas de un castillo de naipes que, a ciencia cierta, no se sabe cuándo va a parar.

Pascal Wehrlein en DTM 2015 / Foto vía: www.caranddriverthef1.com

La debacle del ex hombre de Manor comenzó, paradójicamente, cuando su carrera parecía tener toda la lucidez necesaria y su nivel de manejo tocaba la puerta de mejores opciones, porque lo que el equipo inglés podía ofrecer, ya no era suficiente.

El Desplome

En julio de 2016, en su temporada debut, lograba anotarse su primer punto en F1 con el peor auto de la parrilla al salir en 10º lugar en el Gran Premio de Austria. Era la estrella del equipo y todos resaltaban sus cualidades al volante. Pero apenas un mes después de haber logrado semejante hito, las cosas dejaron de ser “color de rosa” para el protegido de Mercedes.

Pascal Wehrlein (Manor) P10 en GP Austria 2016 / Foto vía: www.motor.es

Manor anunciaba en agosto que Esteban Ocon sería compañero del original de Sigmaringen hasta final de temporada. La noticia no cayó muy bien al alemán, dado que su nuevo compañero compartía algo más que los garajes de la escudería: el patrocinio plateado. Llegó la presión.

Su rendimiento durante la segunda mitad de 2016 no fue el mejor, y si bien pudo salir airoso del mano a mano con el francés, las sensaciones que dejaba en pista su novato compañero eran un poco mejores. Peor aún, el balde de agua fría que vendría apenas estaba cayendo: Force India perdía a Hulkenberg y por el asocio con Mercedes tenía la opción de escoger entre los jóvenes de Manor. La respuesta, contundente. “Analizando la telemetría, nos quedamos con Ocon”. Desde ese momento Wehrlein no ha sido el mismo. En el paddock se habla mucho del mal trato a sus ingenieros cuando el día no va bien. Y los periodistas especializados, han hecho notar sus momentos de “niño mimado” en cada fin de semana.

Wehrlein con N. Rosberg en un test con Mercedes / Foto vía: www.dtm.com

Pero las malas noticias para el piloto del nº 94 no se detuvieron. En noviembre, Rosberg sorprendió y anunció su retiro, un lugar en el equipo principal estaba vacante y Ocon ya estaba firmado con los indios. Pascal vio de frente su paso al “estrellato”. Pero la vida no lo volvió a tratar bien, como si de un karma se tratara, y lo dejó más expuesto que antes. En diciembre, Toto Wolf, su mánager y jefe de Mercedes, lo excluyó de la pelea casi de inmediato: “No está aún preparado”. Luego Manor anunció la quiebra en enero, y antes que acabase el primer mes del año, sufrió un accidente en la Race of Champions (ROC) que le dejó secuelas en la espalda.

Caía en espiral

Sin butacas disponibles bajo motorización de la estrella de tres picos, a Pascal lo “añadieron” en Sauber. Fue un movimiento agónico con el que Mercedes “le cumplió” la promesa de seguir en F1, pero a todas luces él notó su desdicha.

Wehrlein en presentación Sauber F1 Team 2017 / Foto vía: www.grandprix247.com

Para colmo, la lesión en la espalda le arruinó el estreno con los suizos. Tuvo que llegar una semana después que el resto y se encontró con que un chico italiano, apadrinado por el suministrador de la UP, lo había hecho de maravilla. Además, se conoció que Ferrari le pidió que retirara cualquier distintivo de su “apoderado” en su vestimenta. ¿Alguien habló de presión? Pascal Wehrlein entró en una espiral de acontecimientos negativos que le están arruinando todo lo que con esfuerzo y talento se ha ganado.

¿No ha llegado y ya se va?

Fue a Melbourne con la idea de disputar el Gran Premio de Australia, fecha 1 del mundial 2017; pero tras los trabajos del viernes se bajó del auto aludiendo no sentirse preparado 100% para un fin de semana de carrera. No hubo excusa que le sacara de los titulares. La FIA le había dado el OK, él mismo había manifestado estar al cien por cien, Sauber le dio la confianza, pero a la hora de la verdad, prefirió “no arriesgar”. Su reemplazo, el italiano Antonio Giovinazzi,  volvió al auto a hacerlo fenomenal, sus ingenieros hasta dibujaron una sonrisa al ver el cambio.

Ahora el alemán anuncia que no correrá en China por no estar “preparado todavía”, Giovinazzi se volverá a subir al monoplaza y por la cercanía con la cita en Bahrein, se presume que la ausencia será doble. Una vez más, todo resta, nada suma.

Pascal Wehrlein / Foto vía: images.performgroup.com

No se sabe con certeza lo que pasa por la cabeza de Pascal Wehrlein. No podemos afirmar si realmente el problema físico persiste o si su cabeza ya no está en la Fórmula 1. No nos enteramos si pidió ir a Williams en reemplazo de Bottas (Martini quería alguien mayor a 25 años, tiene 22) y se lo negaron. No llegamos a entender su dolor al llegar “casi obligado” a Sauber. No imaginamos si por su mente pasa volver al DTM para relanzar su carrera. O si lo único que quiere es quitarse la presión de volver a empezar.

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Imagen destacada: images.performgroup.com

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