Sin categoría

Donde comienzan los sueños

La afición del Sporting quiere seguir teniendo sueños de permanencia en la máxima categoría que es donde merece estar. Para ello el Sporting necesita y debe ganar al Málaga en El Molinón. Para lograrlo, los gijoneses llegan probablemente su mejor momento de la temporada.

“Donde comienzan los sueños fue donde te conocí, mis ojos desde pequeño se iluminaron por ti”. Así empieza la canción Donde comienzan los sueños del grupo musical gijonés Banda Nocturna. Un tema musical que se popularizó en 2015 cuando el Sporting peleaba por el ascenso a la Liga Santander. Una canción emotiva, apelando al sentimiento, al corazón, a la historia antigua y reciente del club. Rápidamente se convirtió en un himno como otra canción del mismo grupo titulada “Once jinetes” compuesta varios años antes.

No acostumbro a escribir en primera persona. Pero como sportinguista desde bien pequeño –bendito seas abuelo por inocularme esta enfermedad- me siento totalmente identificado con el primer verso de la canción. Esa ya tradición que supone ir cada partido como local al Molinón. Donde esa liturgia que cumples cuando te diriges al estadio te envuelve. Cuando entras y entre pasillos, vomitorios y filas de asientos te diriges a tu localidad. Algo que no cambiaría por nada en esta vida sea cual sea la categoría en la que esté mi equipo.

El año que Banda Nocturna volvió a nuestros oídos con esta canción, todo El Molinón se volcó con su equipo. Un equipo que conectó desde el primer día con la afición. Un equipo hecho a base de canteranos, jugadores rebotados de otros equipos y retales que casi nadie quería. Estaban entrenados por Abelardo. El técnico gijonés fue la alternativa más barata, y posiblemente la única, que el consejo de administración de la sociedad anónima tuvo para el puesto.

Formación en 2016 del grupo Banda Nocturna (Foto: espectaculosunion.com)
Formación en 2016 del grupo Banda Nocturna (Foto: espectaculosunion.com)

El objetivo de aquel equipo era sobrevivir. Sobrevivir en la que hoy se conoce como Liga 1|2|3 donde las deudas, especialmente con la AEAT, ahogaban a la entidad. El ente público y la LaLiga castigaron dos temporadas sin poder fichar, o hacerlo en unas condiciones totalmente leoninas, a la entidad.

El ascenso fue para la entidad como cuando un enfermo sale del coma. Una nueva vida. Los ingresos de los derechos de televisión de la máxima categoría sanearían casi en su totalidad en un máximo de dos o tres temporadas. Solo había que hacer algo medio bien en las oficinas de Mareo. Además se trajo a un director deportivo, el gijonés Nico Rodríguez. Posiblemente la primera persona que entraba a trabajar Mareo por su currículum y no por otras razones en muchos años. Parecía que las cosas se podían hacer las cosas bien. Pero solo lo parecía.

Poco duraría la estabilidad

Tras una apuradísima y sufrida permanencia el primer año volvió la zozobra. Se fueron varios jugadores queridos por la afición y llegaron hasta dieciséis jugadores. Mucha gente se desapegó por el equipo. Se había perdido la comunión entre equipo y grada. Además ni los resultados ni el juego acompañaban. Abelardo lo pagó con su salida de la entidad mientras otros siguen aferrados al cargo sin asumir la más mínima responsabilidad.

Joan Francesc Ferrer "Rubi" en un entrenamiento en El Molinón (Foto: realsporting.com)
Joan Francesc Ferrer “Rubi” en un entrenamiento en El Molinón (Foto: realsporting.com)

Dos integrantes de aquel equipo, Luis Hernández y Jony, están ahora en el Málaga. El conjunto de la Costa del Sol será el rival mañana de un Sporting que se juega la vida. Una buena parte de la afición sportinguista llora de rabia solo en pensarlo. Por culpa de una horrible gestión, dos de los baluartes de aquel equipo militan ahora en un rival directo por la permanencia. Dos jugadores que marcaron como pocos a aquel equipo.

Pero a la vez que llora de rabia la afición quiere creer en quiénes defienden la rojiblanca ahora. Durante casi toda la temporada no ha tenido muchos motivos para ello. Pero las últimas jornadas el equipo ha reaccionado. Con Joan Francesc Ferrer “Rubi” en el banquillo se empieza a visualizar un equipo que lo da todo. Tal y como hicieron los integrantes de aquel equipo que sí enganchó a la grada.

Frente al Málaga no importan las bajas. El Sporting debe estar compuesto con once jinetes que salten al Molinón a darlo todo. Más de una ciudad entera irá con ellos a la batalla. No se puede fallar si se quiere seguir teniendo sueños. Sueños de permanencia.

Por favor Sporting; venced. Venced y permitidnos soñar con seguir donde nos merecemos un año más.

Foto destacada – El Desmarque Asturias

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