El Real Madrid empata a tres con Las Palmas después de un partido frenético en el que los canarios merecieron llevarse la victoria. Los locales recortaron distancias en el 85′ y empataron en el 89′ con dos goles de Cristiano.
Después de haber salvado los muebles en el momento en el que más lo necesitaban los blancos, se volvía al Bernabéu habiendo acabado una de las semanas más ajetreadas del año. El gol de Morata había servido para algo más que para levantar de sus asientos a los aficionados, había servido para sumar tres puntos esenciales que podrían valer una Liga. Sin embargo, había que empezar de cero, que volver a despegar, esta vez ante un equipo que no cede a la más mínima.
En efecto, Las Palmas es uno de esos conjuntos que mantiene la posesión de balón como si de su respiración se tratase. Si le quitas este aspecto, el bloque puede verse sobrepasado y superado, ya que su defensa no es la más adecuada. En cualquier caso, sus futbolistas se dejan la vida en la presión para recuperar el cuero, ya que con él se convierten en mágicos, avanzan como si nada y crean ocasiones de manera sencilla. Con esta consigna bien clara, Zidane sacó a los indicados para mantener el esférico, que no llegaron a cumplir del todo con su labor.
Y es que el Madrid no fue capaz de mantener el dominio de la posesión, muy a pesar de tener en su centro del campo a tres temporalizadores como Isco, Kroos y Kovacic. Entre ellos se fueron intercambiando posiciones más adelantadas y más retrasadas. De manera genérica, el alemán repartía el juego hacia las bandas, bien pobladas por Marcelo, Carvajal, Ronaldo y Bale. Acto seguido, estos encontraban el apoyo de un malagueño o croata que les ofrecían una salida sencilla generalmente aprovechada.
Pero esto tan solo sucedía en algunos momentos, dado que durante la mayoría del tiempo el balón fue para los canarios. Los de Setién sacaron a bailar un once perfectamente diseñado para controlar en la zona 2 y 3. Jesé, en su regreso a casa, se hizo un hueco de oro en la banda izquierda, pudiendo así entrelazar con los arietes y surtir de oportunidades a Boateng, que, a causa de su imprecisión, no pudo acabar todas las jugadas propuestas.
Con este planteamiento en el que un equipo comenzó echando más garra que el otro, los vikingos se impusieron en el marcador. El 1-0 cayó de manera sencilla. Kroos, en uno de esos pases mágicos que suele dar para deleitar a los aficionados del Templo Blanco, encontró a Isco, quien definió a la perfección dejando a Javi Varas sin la opción de rechazar el disparo raso. A continuación, casi sin tiempo para respirar, Tana dejaba sin aire a Ramos y ponía a temblar la red de Keylor Navas. En tan solo un minuto había empatado Las Palmas.
Desde entonces, tan solo pudimos hablar acerca del dominio tan ordenado y tan preciso de un conjunto que no cesaba de controlar sin parar el tempo del enfrentamiento. Sin lugar a dudas, merecían mucho más que un simple empate. Las ocasiones se sucedían una tras otra, pagando en ocasiones las imperfecciones con pequeñas contras del Real Madrid que eran sencillamente anuladas en su parte final. Los merengues no estaban para nada finos, muy a pesar de tener a un Bale dinámico y a un Ronaldo muy pasador que buscaban a Álvaro para que remachase las jugadas.
Había un dueño y señor del partido, uno que pareció desvanecerse por momentos cuando Vigas sufría un choque temerario con Castellano y debía ser sustituido por el dorsal dieciséis, Aythami Artiles. Sin embargo, pudo recomponer la baja y seguir manteniendo la compostura hasta que, al término de la primera parte, los de ‘Zizou‘ trataron de dar un paso adelante y se quedaron al borde hacer el segundo de no ser porque Lemos se interpuso en el camino de Morata.
Siguiendo este mismo guión, o al menos intentándolo, se llegaría al comienzo del segundo asalto, aquel en el que el que nunca pierde los papeles, se le fueron volando. Gareth Bale no fue capaz de controlar su temperamento y, en una jugada de lo más cotidiana, soltó dos patadas a Viera en la parte de la espinillera totalmente a destiempo y, cuando el colegiado se disponía a mostrarle la cartulina amarilla, le empujó de manera exagerada y provocó la roja. Polémicas aparte, Zinedine reestructuró el bloque de manera desesperada, colocando un 4-4-1 en el que Isco se situaría un tanto más adelantado en ese centro del campo.
Entonces, cuando el desastre no podía ir a más, Ramos recibió un pelotazo en sus brazos, que, al parecer, intentaban proteger su cabeza según comentaba segundos después, y se señaló penalti. Un ‘Semipanenka‘ colocó el 1-2 pese a que Keylor desviase con el pie izquierdo el chut de Viera.
El miedo se percibía en Concha Espina, se volvía a sufrir, pero esta vez con uno menos y con la mala fortuna de tener en contra a un jugador tan sumamente enchufado como Viera. Fue entonces cuando los espacios se abrieron y los locales arriesgaron dejando huecos propios de minutos finales cuando tan solo era el 60′. Navas salió a proteger un envío de más de 50 metros que Boateng controló e hizo de él el tercer tanto. Momentos más tarde, el guardameta costarricense era silbado por su parroquia.
Comenzaba entonces la escalada al Everest por parte de los blancos. Había que intentar, por activa y por pasiva, lo que se pudiese, es decir, dejando paso al terreno de juego a tres soluciones a la desesperada como Lucas Vázquez, Benzema y James, sacrificando a Isco y a Kovacic, jugándose el todo por el todo. Entre tanto, Toni desfallecía en la medular del Bernabéu, el de Greifswald no podía casi resistir las achacadas rivales. Zidane había errado al dejarle en el césped, convirtiendo así al equipo en casi una marioneta de los de las islas, quienes no cesaban de mover y mover el cuero y desesperar a su oponente.
No debemos decir que los madridistas no dejaron de intentarlo, jamás, ni mucho menos, ya que esto no sería cierto. Lo que sí es cierto es que aquellos que poseen una hora menos que nosotros, fueron mucho más por delante en otros aspectos que no eran los referidos al horario. Varas salvó los muebles en varias ocasiones, excepto en la que no pudo, en un penalti señalado a Castellano por mano, que Ronaldo convirtió al quitar las telarañas de la escuadra.
Florentino se mesaba las barbas a cinco minutos del final, creyendo quizás que podría ver cómo su club conseguía rescatar un empate de un partido que ya había perdido desde los primeros minutos en lo que a fútbol puro y duro ser refiere, tal y como terminó sucediendo. Ronaldo volvía a rescatar al Madrid empatando de cabeza un saque de esquina botado a la perfección. El fútbol no es justo, nunca lo fue.
Morata es un verdadero nueve. Si algo ha quedado demostrado en el partido de este miércoles es que Álvaro es un nueve. No ha cesado de buscar su oportunidad de lanzar a portería, de crear ocasiones de gol, ni de finalizarlas. Le anularon dos tantos en los primeros 11 minutos de juego y en el 69 (este por fuera de juego de Cristiano), que, pese a estar bien corregidos, fueron en su origen goles. A causa de ello, si su técnico sigue en la búsqueda de un delantero puro, parece ser que debe confiar en su chico más joven y dejar a un lado la calidad de su compañero francés. La puerta está derribada, y el ariete pide paso como nunca.
Las Palmas: Un símbolo del orden y del buen juego. Setién ha formado uno de esos equipos que, si la suerte les acompañase en la misma medida en la que juegan, llegarían a dominar el fútbol español. Y es que los canarios son un símbolo del balompié actual, son pura dinamita controlada. Nada para a estos once futbolistas que doman los encuentros, miden sus acciones con escuadra y cartabón y saben mantener a raya a sus adversarios. El Real Madrid no ha sido capaz de tomarle la delantera durante buena parte del envite a un equipo completamente ordenado y con las ideas muy claras. Un 10 en organización y en juego.
Ficha Técnica:
Árbitro: Fernández Borbalán.
Estadio: Santiago Bernabéu (81.044 localidades).
Real Madrid
Entrenador: Zinedine Zidane.
Titulares: Keylor Navas, Marcelo, Sergio Ramos, Nacho, Daniel Carvajal; Mateo Kovacic, Toni Kroos, Isco Alarcón; Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Álvaro Morata.
Las Palmas
Entrenador: Quique Setién.
Titulares: Javi Varas; Castellano, Vigas, Mauricio Lemos, David Simón; Roque Mesa; Jesé Rodríguez, Viera, Vicente, Tana; Kevin Prince Boateng.
Imagen: ABC.
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Probablemente y dejando atrás fanatismos, una de las mejores crónicas que he leído. Justo lo mismo el mismo partido que vi yo Enhorabuena