Hoy jueves, 23 de febrero del 2017, se cumplen 104 años desde el primer partido disputado por el Real Racing Club de Santander en su historia.
Aquel partido, disputado en 1913, enfrentó al todavía nonnato Racing (aún no se había firmado el acta de fundación, que tendría que esperar hasta el 14 de junio, naciendo originariamente como Santander Racing Club) contra el Strong Sport Club, un equipo de prestigio en la época que meses después ganaría la Copa Redonet.
Unos chavales de la Plazuela de Pombo de Santander decidieron crear un equipo serio, con escudo y colores identificativos, para intentar disputar el Torneo de Inauguración que el Comité Organizador de los Campos de Sport había anunciado. La equipación elegida fue camiseta roja con mangas largas y pantalón blanco; y el escudo, un balón de fútbol alrededor del cual se distingue en la parte superior el nombre de Racing Club, y en la parte inferior el de Santander.
Por entonces, no eran conscientes de la repercusión que este hecho tendría para la historia del fútbol cántabro.
La alineación que presentó el equipo verdiblanco en el primer partido de su historia, fue la siguiente: Roncal; García, Goyena; Zubieta, Ricondo, Sierra; Venero, Zubizarreta, Sesma, Flórez-Estrada y Mateo Pérez. El Strong salió con Nowwinckel en portería; Tomás Agüero, Gómez de la Torre; Solana, A.Pascual, Cubero; José Agüero, Correa, Arrarte, Beraza y M.Pascual. El árbitro que se asignó para este encuentro fue Antonio Gorordo, y el partido se disputó en los recien estrenados Campos de Sport del Sardinero.
El partido concluyó con derrota racinguista por 1-2. El primer gol de la historia del Racing lo marcó Mariano Zubizarreta.
Desde entonces, el conjunto verdiblanco ha disputado 44 temporadas en Primera División, 34 en la Segunda División, 4 en Segunda División B, y otros 4 en Tercera División.
¿Un nuevo comienzo?
Y es que desde que el club cántabro cumpliese la centena, la tendencia del club es muy buena, pero con luces y sombras periódicas.
Cumplió la centena en 2013 encontrándose en una situación lamentable, tras un descenso a la Segunda División que le dejaba en una situación bastante comprometida, pues el club se encontraba en concurso de acreedores, con una deuda atmosférica y sin apenas posibilidades en el aspecto deportivo de recobrar la categoría, sombra. Además, los directivos del club estaban ya muy cuestionados y comenzaba a haber un gran consenso en la afición respecto a la necesidad de recuperar el control de su club, luz. De lo contrario, todo parecía ir a peor.
Los 101 años llegaron en un clima de esperanza e ilusión pese al descenso a Segunda División B de la temporada 12/13. La afición había conseguido echar a los tiranos; tras varios actos reivindicativos e históricos como el plante de Copa o el asalto al palco del Sardinero, y soñaba con la posibilidad de salvar a su club de la quiebra y de la desaparición. Con una plantilla totalmente comprometida con el equipo, y que empujaba al unísono junto a la afición para poder sacar el club adelante, finalmente conseguirían el retorno a la Segunda División española, luz. Poco duró el “todos a una” inicial, puesto que pocos meses después, varios miembros del nuevo consejo de administración, presentaron su dimisión, sombra.
Y llegaron los 102, aún en Segunda División, con una plantilla que pese a estar comprometida con el equipo, no daba la talla para la división en la que se encontraban, y que acabaría condenada al descenso de categoría, pese a los intentos de cambio de entrenador (llegó a los banquillos del Sardinero Pedro Munitis, y se marchó el ahora eterno Paco Fernández), sombra. En el aspecto económico y social, se había puesto en marcha una ampliación de capital con el lema #OportunidadRRC que buscaba sanear las arcas del club y devolver la propiedad del club a sus socios y a sus aficionados. El hastag tuvo muchísima repercusión a nivel nacional y finalmente, tras un final frenético, el club consiguió captar 1,8 millones de euros aportados por pequeños y medianos accionistas. Uno de los grande objetivos planteados tras la recuperación del club, se había cumplido satisfactoriamente: luz.
103 años, 2015. Club en manos de sus socios, aún en Segunda División B, aún en peligro de desaparición por los embargos de Hacienda… Un panorama prometedor en cuanto a lo deportivo, puesto que el club se encontraba en PlayOff, luz, pero con un grave problema económico en el caso de no ascender, sombra. Finalmente, el Racing consiguió la primera plaza del Grupo I de Segunda División B pero no consiguió el ascenso tras sendas derrotas ante el Reus y el Cádiz.
Y aquí nos encontramos, ante los 104 años de historia del club más importante del fútbol cántabro, en lo que parece, sin duda, un año sin sombras en el horizonte, el más prometedor y esperanzador para el conjunto verdiblanco. El equipo está actualmente segundo en la clasificación de Segunda División B a sólo 4 puntos de la Cultural Leonesa y a falta de 11 jornadas para el final del campeonato liguero, con la obligación moral de conseguir el ascenso a Segunda. En cuanto a lo económico, parece que el club ve la luz a final del túnel, con la llegada al club del grupo ITM, un conjunto de empresas de origen cántabro que ha decidido comprar la gestión publicitaria del club y que va a permitir, junto a un patrocinio del gobierno, que el club verdiblanco liquide su deuda con Hacienda (unos 8 millones de euros), levantando todos los embargos que ésta tenía sobre sus cuentas, y permitiendo al equipo una mayor flexibilidad económica.
Aniversario que promete, como regalo de cumpleaños, la tan esperada estabilidad social, económica y deportiva del club.
¡Hoy más que nunca, felices 104, viejo!
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