Noche europea en Vigo. El Celta con más corazón que cabeza combatió como pudo un partido con una exigencia demasiado grande. Más ganas que organización para un Celta que se lleva un resultado amargo para todo el esfuerzo realizado en el campo. Se impusieron los ucranianos con su seriedad y solidez.
El Shakhtar logró llevar el partido a donde quería y no dejo que los celestes practicasen su juego. Ante un Celta volcado momentáneamente en el ataque, el Shakhtar supo aprovechar la ocasión para que Blanco convirtiese en gol una contra fácil. No podía haber mejor regalo para los ucranianos. El repliegue del Celta, el resbalón de Jonny… detalles que marcan la diferencia ante un rival con cierto calibre. Los de Vigo aunque disfrutaron de algunas llegadas al área parecía que tenían pánico escénico, sus ocasiones no las finalizaban. Fantasmas eternos del equipo olívico, centrándose a veces demasiado en el juego combinativo.
Continuaba el encuentro con un Celta más efusivo, que empezaba a jugar más en campo contrario. A pesar de un contragolpe del Shakhtar en un seis para tres demostrando de nuevo esa superioridad física, los celestes empezaron proponiendo más. Aunque siguieron sin conseguir definir de forma acertada. Sobre todo, se vio a un Guidetti como referencia en ataque mermado en su condición física y sin gol. Y un Aspas que intentó tener más presencia por el centro dejando a Wass caer más a banda no fue suficiente, logrando mejores combinaciones pero nada notorio.
Los de Donetsk se dedicaron a conservar el resultado, demostrando su buen temperamento, con ayudas en defensa, tapando muy bien las bandas y provocando faltas cuando no llegaban al balón. Faltas que el Celta no supo aprovechar, punto flaco de este equipo que debía tener bien apuntado Fonseca en su libreta. Momento en el que al árbitro se le calienta el partido, señalando acciones controvertidas en contra del Celta. Entre estas destaca un penalti que parecía claro a Guidetti no pitado después de un magnífico pase de Aspas, acción que podría haber cambiado el transcurso del partido. Desde el banquillo Berizzo echó el resto, sacó toda la artillería pesada, Rossi, Sisto y Jozabed se encontraban en el campo. El equipo empujó pero no tuvo la suficiente fuerza como para romper el muro de los ucranianos. Estos midieron los tiempos del partido a la perfección y aunque un empate no habría sido injusto demostraron ser más equipo. El Celta, que lleva jugando tres competiciones toda la temporada, está notando más que nunca el bajo nivel de versatilidad de su plantilla y sus insuficientes recursos de fondo de armario.
El Shakhtar demostró otro talante, y es que las estadísticas le acompañan, de 30 partidos disputados han conseguido 27 victorias y tan solo dos derrotas y un empate. Hoy en Balaídos se respiró esa sensación de fondo, esa falta de empaque, de madurez y de resolución. El Celta ya ha hecho bastante, se ve asfixiado, cada vez que supera un gran obstáculo llega otro, y con estos dos últimos no ha podido. Pero solo uno consigue la grandeza cuando explora sus propios límites. Eso está haciendo el Celta y parece que no tiene pensado parar. Un club que mientras coge experiencia y aprende como equipo no pierde la esperanza
Ficha Técnica:
UEFA Europa League 19:00 en Balaídos.
Celta de Vigo: S. Álvarez (G), I. Aspas, T. Bongonda (58’ P. Sisto), G. Cabral, J. Guidetti (84’ G. Rossi), P. Hernández, Jonny, H. Mallo (C), N. Radoja (74’ Jozabed), F. Roncaglia, D. Wass.
Entrenador: Eduardo Berizzo
Shakhtar Donetsk: A. Pyatov (G), Blanco, Dentinho (46’ Kovalenko), Fred, Ismaily, M. Malyshev, Marlos (93’ Azevedo), I. Ordets, Y. Rakitsky, D. Sma (C), Taison (84’ Bernad).
Entrenador: P. Fonseca
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Foto principal vía: www.mundodeportivo.com