Análisis Opinión

Kieszek intenta tirar de un Córdoba resquebrajado

Estando a tan solo dos puntos del descenso, con una afición que ya no puede más y una directiva que sigue buscando excusas, el Córdoba CF está pasando por una de sus peores crisis futbolísticas de los últimos años. La plantilla trata de buscar soluciones a su juego pero cada fin de semana los jugadores siguen sin dar la talla, exceptuando a una persona: Pawel Kieszek.

A falta de encontrar soluciones en la defensa, Carrión sigue teniendo un guardián en la portería que está salvando de goleadas en muchas ocasiones a su equipo. El polaco está siendo fundamental a la hora de parar a los rivales cuando se acercan a su portería y es que su seguridad bajo palos está más que demostrada.

Hay que reconocer que no es Dios y le es imposible detener todo lo que llega a la meta blanquiverde, pero sus intervenciones le han posicionado como el cuarto portero que más paradas ha hecho hasta el momento en Segunda División. Aunque está algo alejado del primer guardameta, el exblanquiverde Juan Carlos (83), Kieszek ha conseguido este puesto gracias a sus 69 paradas.

Si detiene tanto Pawel, ¿por qué está el Córdoba así?

La respuesta a esta pregunta es muy sencilla: No todos los jugadores cumplen con su función. El hueco que dejaban constantemente Cisma o Samu de los Reyes por la banda izquierda hizo que Emilio Vega trajese a Bíttolo, pero parece que Carrión no está dispuesto a ponerlo todavía y, por tanto, los problemas siguen llegando por ese lado.

Además, uno de los centrales que parecía destacar al principio de la temporada está dejándose llevar y caer en los mismos errores. Bijimine ya no da la sensación de concentración y seguridad que daba junto a Deivid, y su último capítulo con su accidente de tráfico puede darle más quebraderos de cabeza con la afición. Otro de los implicados es Héctor Rodas quien, además de no estar en sintonía con su compañero, parece no llegar a estar en su mejor nivel. Las lesiones no le están dejando jugar al máximo y le impiden coger buen ritmo.

Toda esta situación en el centro de la defensa le ha llevado a Carrión, al igual que le llevó a Oltra, a depositar en José Antonio Caro la responsabilidad de liderar la defensa. Y, aunque está consiguiendo dar buenos resultados, los da individualmente ya que no consigue unificar a la defensa, dejando los huecos que tanto daño le hacen a Kieszek finalmente.

Un centro del campo que busca su método

Las incorporaciones que ha tenido Carrión en enero le han dado más posibilidades a la hora de plantear el juego. Las llegadas de Aguza y Javi Lara junto a la reincorporación de Markovic pueden ser beneficiosas a la hora de buscar la portería contraria y organizar el juego, pero para ello el equipo debe encontrar su forma de juego.

Aguza frente al CD Lugo | Imagen: Córdoba CF

Al igual que el año pasado Oltra quería un juego de toque pero al final tuvo que declinarse por el juego a la contra, Carrión debe encontrar su metodología con los jugadores que tiene. Ha probado en algunos partidos a salir al contraataque y en otros con la posesión pero no termina de cuajar un sistema de juego, por lo que aquí tienen un papel importante los mediocentros.

Esto no es solo trabajo del entrenador, sino que los jugadores que ocupan estas demarcaciones y que son, a fin de cuentas, los que ejecutan cada jugada, deben encontrar que les viene mejor y con qué se sienten más cómodos. Las jornadas van pasando poco a poco y deben dar un paso al frente si no quieren terminar jugando por la permanencia en las últimas jornadas.

Una delantera egoísta

En Lugo se vieron las consecuencias de tener una plantilla corta en la delantera y que además no piensa en las consecuencias de sus actos. El último encuentro en el Nuevo Arcángel no solo dejó patente que el equipo no sabe a qué juega, sino que también demostró que Rodri y Piovaccari no supieron pensar en qué pasaría si veían una nueva amarilla.

Rodri con su juego agresivo la vio en el minuto 72 y Carrión, en vez de pensar en el siguiente encuentro, decidió alinear minutos después al italiano, quien necesitó solamente cinco minutos para ver la tarjeta amarilla. Estas dos amonestaciones supusieron la sanción para ambos y el pasado fin de semana frente al Lugo los blanquiverdes sufrieron la falta de un 9.

Ahora ambos vuelven sin ninguna tarjeta y deberán dar un paso al frente, tanto de cara a la portería como en buscar soluciones a esta situación. Los problemas cada vez son mayores y ya no es solo competencia del entrenador buscar una salida a esta crisis que está sufriendo el cordobesismo. La visita del SD Huesca supondrá una nueva prueba en este camino que cada vez es más tortuoso y se demostrará si de verdad aún hay un equipo con el que competir en Segunda División.

Imagen destacada: La Liga

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