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Aula Valladolid: el partido perfecto

En el deporte, a veces suceden hechos paranormales que se escapan de la lógica del pensamiento humano, pero lo cierto es que la grandeza del deporte reside precisamente en esto, en la sucesión de estos hechos cuando nadie lo espera. ¿Es mera casualidad?, ¿estadística?; puede ser, pero lo que está claro es que cuando el trabajo es bueno y cada componente del conjunto lleva a cabo su tarea a la perfección, aumentan las probabilidades de dar la sorpresa. Sin embargo, cuando es al contrario, lo más probable es que las cosas sigan por el cauce esperado.

El Aula Valladolid logró este fin de semana la auténtica proeza de derrotar al todopoderoso Super Amara Bera Bera en Huerta del Rey ante un público que disfrutó de lo lindo y que se está empezando a acostumbrar a alegrías mayúsculas y decepciones a partes iguales. Y es que poca explicación tiene que un equipo que ha ganado en escasamente quince días a los dos conjuntos más poderosos de la Liga Loterías, haya sido una marioneta en manos de Porriño o Elche Mustang y haya empatado en el campo del colista Villaverde, por poner algunos ejemplos.

Sin ser una temporada mala, lo cierto es que el juego de las de Miguel Ángel Peñas no está siendo todo lo bueno que se esperaba este año, siempre hablando desde la comparación con años anteriores. Sin embargo, las victorias ante los grandes deben servir para que estas chicas se crean definitivamente que el trabajo y el juego en equipo (señas de identidad en los últimos años) pueden hacer que logren sobrepasar a cualquier rival; mientras que lo contrario tiene como consecuencia lo que pudimos ver ante Porriño.

Es cierto que los errores en el lanzamiento lastraron a las de Pajarillos ante Porriño o Zuazo, pero no es menos cierto que esos fallos también se sucedieron ante Bera Bera. ¿Qué cambio entonces ante las vascas?; sin duda la actitud del equipo tanto mental como táctica. Contra las de Telde y las de San Sebastián se vieron todas las virtudes de Aula. En defensa ayudas constantes, concentración, velocidad de piernas en los desplazamientos laterales, anticipación al pase del contrario y manos arriba cuando la jugada lo requería. Todo esto apoyado en una sensacional actuación de la portería que sin duda aumenta sus prestaciones con una defensa activa y concentrada. En el aspecto defensivo hay que destacar, no por haberlo hecho mejor que otras sino por acoplar todo el engranaje, a dos jugadoras: María O´Mullony y Valeska Lovera. La zamorana imprimiendo esa intensidad contagiosa que solo ella sabe aportar y la chilena haciendo una defensa excelsa sobre su extremo y acudiendo a todas las ayudas en el lateral, saliendo cuando hay que salir y guardando su espalda en el momento indicado. La importante baja de Patricia Fernández en el centro de la defensa se está notando, pero cuando cada jugadora tiene claro su rol, esta ausencia se nota menos; además conviene recordar la importancia de la actitud defensiva en un equipo que basa la mayor parte de su poderío ofensivo en el contraataque.

Hablando de la parcela ofensiva Aula consiguió anotar varios goles haciendo gala de la velocidad que caracteriza a este equipo tanto en el contragolpe como el el contragol. Sin embargo, la principal diferencia con otros encuentros fue el ataque estático. El ataque de Aula suele basarse en una dependencia casi absoluta de Silvia Arderius que raro es el día que no monopoliza prácticamente todas las acciones en la ofensiva; sus casi 9 goles por partido (más de diez en la mayoría) así lo atestiguan. Sin embargo, Aula se encontró ante Bera Bera con la lesión durante el calentamiento de la genial central madrileña que, aunque mediada la primera parte pudo participar, supuso un acicate para que el resto dieran el do de pecho.

Así con Tere Álvarez en la dirección desde el inicio, la sinfonía del Aula comenzó a sonar en perfecta armonía; sin dejarse llevar por los errores en el pase o en el lanzamiento, Aula siguió remando durante todo el partido demostrando que sí tiene armas más allá de la velocidad y la precipitación. Con Tere leyendo a la perfección los espacios, O´Mullony exigiendo el máximo a la defensa vasca, Cris Cifuentes por fin centrada en jugar al balonmano en lugar de perderse en batallas con árbitros y rivales, Valeska goleando como nunca, Nekane Terés haciendo su mejor partido desde que llegó a Valladolid abriendo espacios para sus compañeras y creándoselos para rematar ella misma y Amaia González de Garibay (algo errática desde el regreso de Suecia) destapando el tarro de las esencias desde el extremo. Para rematar la faena apareció en el tramo final la magia Silvia Arderius no solo anotando, también asistiendo y buscando las superioridades en ambos flancos del ataque; dos goles finales de Ana Viloria, repleta de confianza pusieron la guinda. En definitiva, todas las jugadoras aportando su granito de arena en pos del objetivo común.

Resumiendo; el partido perfecto para derrotar al rival perfecto. Si Aula continúa en esta línea lo pasaremos bien de aquí al final de temporada y algún rival más caerá en las garras de las pucelanas. Si por el contrario volvemos a caer en el “hacer la guerra cada una por su cuenta” los nubarrones volverán a cernirse sobre Huerta del Rey. Tampoco se debe caer en la obsesión por Europa (no olvidemos que este club cuenta con el segundo presupuesto más bajo de la categoría) y solo hay que pensar en ganar al siguiente rival y tener un objetivo claro en el que todos estamos pensando: derrotar por fin a Málaga y viajar a Porriño en abril a la disputa de la Copa de la Reina. Allí todo puede pasar.

Imágenes: Valentín González de Garibay (@vgaribay). Galería completa aquí.


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