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Australian Open 2017: Roger vs. Rafa; Nadal vs. Federer

El Australian Open 2017 tendrá un final soñado.

(Getty Images/2009)

Cuando Roger Federer tomó los micrófonos el 1 de Febrero del 2009 se echó a llorar. El mundo del tenis conocía una nueva faceta del semidiós que hasta ese momento no había dado señas de ser mortal. Perdía pero su imagen aún parecía lejos del alcance de muchos. No estaba en la cima del ranking pero seguramente era cuestión de tiempo.

Rafael Nadal fue el encargado de humanizar al suizo. Ningún rival le había plantado cara como lo había hecho el español en los últimos años. Le había vencido en tierra batida, en su hierba que hasta ese entonces era intocable, y ahora lo vencía en una cancha dura. Rafa era el número uno, y nunca se le había visto tan consternado cuando tenía que estar lleno de júbilo.

El sorteo de cuadros principales del Australian Open arrojó a Roger en la mitad superior y a Nadal en la inferior. Seguramente nadie notó el gesto que el destino acababa de tener con el mundo del tenis, quizá porque ahora se creía estar en la época de Novak Djokovic y Andy Murray, el actual defensor del título y el número uno del mundo, respectivamente.

El tenis se sobresaltó cuando Djokovic cayó eliminado en segunda ronda ante el número 117 del mundo, y días más tarde tendría que asimilar que Murray perdía ante el número 50. Adiós al presente del tenis; el número 1 y 2 del mundo no competían más en Australia. Habría nuevo campeón.

Roger festeja en Australia (Clive Brunskill/Getty Images)

Roger Federer inició el Australian Open venciendo a Jurgen Melzer en primera ronda y a Noah Rubin en la segunda. Dos jugadores provenientes de la qualy que habían tenido la fortuna de enfrentar al tenista con la mayor cantidad de títulos de Grand Slam de la historia. Sin embargo, el suizo fue del cielo a la tierra. En tercera ronda enfrentó y venció al número 9 del mundo, Tomas Berdych, para después eliminar al número 5, Kei Nishikori, y situarse en cuartos de final.

El nacido en Basilea seguramente hubiera pensado en enfrentar al número uno del mundo por un pase a las semifinales. Pero su rival era un alemán, Mischa Zverev,  quien había tenido la osadía de ponerse en el camino de Andy Murray y eliminarlo con un estilo de juego que recordaba a las décadas de los 70 o los 80. Roger recordó aquellos tiempos en los que los jugadores subían a la red para intentar vencerle, y de la misma manera en la que los vencía, también venció al alemán. Federer estaba a un paso de pisar la final en Australia.

Luego de vencer a su compatriota y amigo, Stan Wawrinka, Roger aseguró su pase a la final. Otra final más de Grand Slam, la número 28. En este tipo de torneos, nadie tiene más finales ni más títulos que él. Después de estar inactivo durante 6 meses, se creería que Roger, aún siendo él, podría haberse estancado en alguna ronda previa. No era así. ‘Su Majestad’ buscaría su major número 18.

Rafa celebra la victoria (Clive Brunskill/Getty Images)

Del otro lado del cuadro, Rafael Nadal iniciaba con una victoria ante Florian Mayer, y después otra ante el chipriota Marcos Baghdatis. Rafa ganaba y convencía. Después, se involucró en un partido a cinco sets ante el futuro del tenis, Alexander Zverev; el español vino de atrás, ganó los últimos dos sets y avanzó mostrando una vez más que estaba listo para luchar. Después cortó su racha de derrotas ante tenistas dentro del top10 y venció a Gael Monfils para clasificarse a cuartos.

El de Manacor tenía enfrente a Milos Raonic, un saque potente, juego sólido desde el fondo de la pista y el número tres del mundo. Rafa fue inteligente y en sets corridos se clasificó a semifinales, donde aún tenía mucho que mostrar. Nadal volvió a ser protagonista en un partido a cinco sets, esta vez ante Grigor Dimitrov, a quien terminó venciendo para pasar a la final, y ya sabía quién lo esperaba.

Roger y Rafa se vieron por última vez en España, en Manacor. Federer acudió como invitado a la inauguración de la academia de Nadal y ambos realizaron una pequeña recreación con algunos de los pequeños, sosteniendo una raqueta y emulando un partido de dobles. Las leyendas vivientes pensaban que si se volvían a cruzar las caras, tendría que ser en algún tipo de partido de exhibición o con fines benéficos, pues los tiempos en los que jugaban por una corona de Grand Slam habían terminado.

Federer y Nadal jugarán por el título en el Australian Open. Será el Grand Slam 18 para el suizo o el 15 para el español. Roger no ha dejado de soñar desde que inició el torneo y Rafa quiere probar que puede más que los problemas físicos que han caracterizado su carrera, y que lo han privado tantas veces de defender coronas y pelear algunas nuevas. Rafa lidera los enfrentamientos en general, en finales y en Australia, pero aún así es el duelo más atractivo de los últimos años. 

(Getty Images/2008)

El suizo ha probado que su regreso ha sido igual de grande que él. Que tres victorias ante tres tenistas dentro del top10 no caen por casualidad y que tiene hambre de título. Por otro lado, el español no pudo haber tenido una mejor preparación de cara a la final; enfrentó en la semifinal a un búlgaro que con su estilo de juego hacía recordar al Federer que ganaba Wimbledon y reinaba en lo más alto del tenis mundial. 

La elegancia se enfrentará a la lucha; la genialidad competirá ante el corazón y la entrega. Roger Federer jugará contra Rafael Nadal. El mundo del tenis volverá a tener su ‘Clásico’, aquel que definió campeonatos en París y en Londres, que cambió el ranking luego de mucho tiempo. El partido que reinventó el tenis y le dio nuevas caras. Aquel que creó aficionados donde no los había, que así como antes deseaban la derrota del otro, ahora padecen la sensación de verse, quizá por última vez, en un escenario que creían que no volvería.

Australia recibe su recompensa por haber entregado, hace ocho años, la primera versión humana de Roger Federer; por haber hecho a Rafael Nadal tocar el cielo y demostrar finalmente que no era solo un jugador de tierra y que el título en césped no era obra de la suerte. El deporte volverá a enfrentar a dos de sus máximos exponentes. Polos opuestos; un derecho contra un zurdo, el revés de una mano ante el de dos, el rey de la hierba y el rey de la arcilla.

Roger vs. Rafa; Nadal vs. Federer. El enfrentamiento que quizá tenga su última edición y no vuelva más. El partido que el mundo del tenis y del deporte no solo querían ver, sino que también necesitaban.

Foto principal: Getty Images

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