Pocos en el mundo del tenis podían predecir que a estas alturas del Abierto de Australia, que tanto Roger Federer como Rafa Nadal estuvieran en disposición de ganar el primer Grand Slam de la temporada.
Decia Wilander ayer “no necesito ver otra final entre Federer y Nadal, el tenis necesita ver caras nuevas en las finales de los grandes torneos”, que han creado un gran revuelo, pero que vienen a confirmar un gran deseo que ahí, entre los aficionados del tenis, y es poder volver a vivir una final entre los ganadores de 30 Grand Slam.
El suizo empezó a ganar uno de los “Grandes” en 2003 derrotando en Wimblendon al australiano Mark Philippoussis, y el español en 2005 venciendo al argentino Mariano Puerta, por lo que ambos llevan en el circuito más de 14 años, en los que han visto pasar ya tres generaciones de tenistas (Andy Roddick, Iván Ljubicic, Tommy Haas, James Blake, Juan Manuel Del Potro, Andy Murray, Novak Djokovic y actualmente los jóvenes David Goffin o Sacha Zverev), y ninguno de ellos salvo el serbio, se puede decir que se hayan podido acercar a lo conseguido por ellos.
Ambos saben que su retirada del mundo del tenis no está lejos, pero también han aprendido a escuchar a su cuerpo, y supieron parar el año pasado a mitad de temporada, cuando vieron que sus problemas físicos no les dejaban competir al máximo nivel.
Roger se retiró seis meses y ha reconocido que le ha servido para rejuvenecer y sentirse mucho más fresco. Ha preparado la temporada tranquilamente en Dubai, no ha querido jugar ninguno de los torneos de preparación (Brisbane ni Auckland), que hay antes de Australia, y ha llegado al torneo sin ninguna presión de tener que ganarlo. Su victoria ante Nishikori en cinco set da muestar de todo esto.
Rafa también hizo algo parecido, después del US OPEN, decidió parar y recuperarse de sus problemas en la muñeca. Después hemos sabido que ha hecho una dura pretemporada en su Manacor, con sesiones de más de cuatro horas, en las que ha estado trabajando sobre todo su “derecha” para hacerlo más agresiva, y así acortar los puntos y no tener tanto desgaste físico en los partidos. También ha llegado a Australia muy fresco, aunque si ha jugado al contrario del suizo, un torneo de exhibición en Abu Dhabi y el ATP 250 en Brisbane. Igualmente ha llegado sin la presión de tener que ganar sí o si, y a raíz que ha ido ganando partidos se ha ido creciendo, clave su victoria sobre el alemana Sacha Zverev.
Por tanto, si Milos Raonic o Stan Wawrinka no se lo impiden, estamos ante una posibilidad real de poder volver a disfrutar de una final de Grand Slam, entre estos dos hombres que ya han hecho historia en el mundo del tenis, que no se conforman con ello, y que quieren seguir haciéndola.
Imagen:
pueden seguirme en Twitter @chiquisuper, y sigan toda la información y actualidad deportiva en @Sextoanillo, en www.facebook.com/Sextoanillo o en nuestro Instagram
