Los Seattle Seahawks viajan a Atlanta como sembrado número 3 tras derrotar a Detroit, para enfrentarse a los Falcons, número 2 de la NFC.
Quién les iba a decir a estos dos conjuntos que se volverían a ver las caras en el playoff divisional tras su encuentro en temporada regular. Pues su camino se vuelve a cruzar y conviene hacer algo de memoria, pues aquel partido fue en campo de Seattle y los Seahawks ganaron en un final muy apretado por un justo 26-24.
El antecedente habla por si solo, pero está muy bien justificado. El camino de los Seahawks este año ha sido muy irregular, debido sobre todo a sus importantes bajas en defensa, Earl Thomas era el jefe indiscutible de esa secundaria con permiso de Richard Sherman, pero también en ataque (Lockette fue el último en caer). El caso es que un equipo como los Seahawks no ha sido capaz de encontrar ese ritmo constante de juego de otras temporadas. Pero en el partido de Wild Card ya demostraron que llegan mejor de lo que se presumía, y debido en muy buena parte, a la fulgurante recuperación de su running back, Thomas Rawls, el corredor de segundo año demostró que tras varias lesiones llega en un buen momento y es fundamental para aliviar a su director de orquesta, Rusell Wilson.
Y es que al bueno de Wilson le han llovido golpes desde todos los flancos esta temporada, debido en gran medida a la débil actuación de su línea de ataque en cuanto a protección para el pase se refiere. Wilson no tiene casi nada de tiempo para lanzar y cuando trata de escaparse es demasiado tarde. Ahí Rawls será clave y si logran alternar la doble amenaza de carrera, pues el propio Russell es una baza en ese sentido, con la buena improvisación que tiene ante jugadas rotas, podremos ver cosas interesantes en el ataque de Seattle.
Pero ojo, que los Falcons tienen armas para contrarrestar lo expuesto en el párrafo anterior. Si bien Atlanta no puede presumir de números generales en defensa, cuenta en sus filas con el líder en sacks de 2016, Vic Beasley. La extraordinaria temporada del jugador defensivo de Atlanta en un cuerpo de defensa que no ha destacado en líneas globales es más que meritoria. Y si sumamos el factor Beasley y su magnífico speed rush a la floja onfensive line (OL) de Seattle, esto puede resultar letal para los pases de Wilson. Beasley ataca al quarterback desde cualquier lado, a campo abierto, por lo que las jugadas rotas que tanto le gusta improvisar a Wilson pueden ser su presa favorita.
Pero no sólo de Beasley vive la defensa de Atlanta, Grady Jarrett, Deion Jones y el rookie Keanu Neal serán buenas armas para frenar a Thomas Rawls y lograr minimizar la carrera de Seattle. Donde más sufrirán los Falcons sin duda es en las jugadas de pase, si Wilson logra buscar su sitio en el pocket para lanzar y encontrar a Doug Baldwin o Jimmy Graham entre otros, puede que encuentre el punto débil y sea una de las claves del encuentro. La baja de Trufant es demasiado importante para Atlanta en este último aspecto.
Por el contrario si decíamos que la defensa de los Falcons no podía presumir de números globales, no es el caso de su ataque, uno de los mas anotadores de toda la liga. Por tierra Devonta Freeman y Tyler Coleman se complementan a la perfección y son toda una amenaza para el férreo box de los Seahawks, ni que decir de su cuerpo aéreo de receptores, Julio Jones, Mohamed Sanu y Taylor Gabriel son una conexión de banda ancha con su quarterback Matt Ryan, el apodado “hombre de hielo”, por su sangre fría a la hora de armar el brazo ante la presión rival.
En definitiva nos encontramos ante un choque muy igualado, puesto que ambos equipos tienen puntos donde hacer daño al rival, aquel que logré potenciarlos sin dejar de lado sus debilidades puede que se lleve el gato al agua. En cualquier caso disfrutaremos a buen seguro de un extraordinario partido de playoffs divisional.
(Fuente de la foto principal: ajc.com)
Adrián Gaspar
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