Te conocí de casualidad, viendo vídeos tuyos, me empezaste a gustar, te fui viendo cada vez más, todos los días, sin saltarme uno. Empecé a ver partidos tuyos, a dormirme pronto, a levantarme a las cuatro de la mañana teniendo clase a las nueve, pero me daba igual, quería verte, disfrutar contigo y sufrir contigo.
Veníamos de ganar el anillo en 2015. Las expectativas eran altas para 2016, rompimos todos los récords posibles, 73 victorias de 82, consiguiendo un récord insuperable en la NBA, y superando las 72 victorias de los Bulls de Jordan y Pippen.
Vi cómo Stephen Curry hacía historia cada noche, metiendo 402 triples en una temporada y superando su propio récord por más de 140 triples…
Vi cómo alcanzabas el éxito, cómo la gente se subía al carro, cómo entrabas a Playoffs con el objetivo de repetir título, cómo Curry se convertía en el único MVP unánime de la historia: ni Jordan, ni LeBron, ni Kobe, ni Magic, ni Shaq, solo tú… Stephen.
Llegasteis a las Finales, cuando la gente dejaba de confiar en vosotros, por ir perdiendo 3-1. Yo os apoyé, confié en vosotros y remontasteis, poniendo el 3-4 y llegando a la final de la NBA, contra Cleveland… otra vez.
Perdisteis, sí, os remontaron, sí, mucha gente os criticó, pero yo no lo hice, seguí creyendo en vosotros pese a la derrota.
Se ha ido gente importante y han venido nuevas personas, pero yo, pase lo que pase, ganéis o no, siempre voy a estar con vosotros.
Gracias por este año, gracias por hacerme feliz noche a noche en el 2016, muchas gracias.
Os quiero, y nunca os voy a dejar de querer.
Gracias por todo, Warriors.
Carta realizada por: @AlberGSW33
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