El joven luchador de 25 años se ha hecho con el título de la categoría de Peso Gallo al derrotar por decisión unánime (48-46, 48-47 y 48-46) al invicto en UFC, Dominick Cruz. Garbrandt se lució en un enfrentamiento en el que no faltó nada en su repertorio.
Cody Garbrandt ha mostrado al mundo lo que verdaderamente vale la juventud en cualquiera de los deportes. Y es que, a una edad tan temprana, el profesional ha conseguido plantarse con un 9-0 y derrotar a un peleador que no había sabido lo que se sentía en esos momentos desde 2011. Su dominio, su forma de actuar y su entereza, unidos todos ellos al ‘Trash Talking‘, que deja sin soluciones a sus rivales, hacen de él una estrella que brilla por sí misma.
Pese a que un combate decidido por decisión unánime parezca no tener historia alguna, este la ha tenido en exceso, ya que Cody no ha podido finalizar de forma adecuada a un contrincante al que tenía completamente apagado desde la ronda tres. Hasta en cuatro ocasiones cayó al suelo Cruz a causa de los golpes de Garbrandt, siendo todas ellas en el cuarto asalto.
En cualquier caso, la superioridad no solo se extendió por esta cuarta ronda, sino por todas las demás. Ya desde la primera mostró cuál iba a ser su plan: demorar el Kickboxing y huir de un clinch que no le convenía para nada. Así y siguiendo los pasos dados por su banquillo de mantenerse con esa potencia y sin desgastarse, Cody hizo de Dominick un luchador impreciso con lagunas en sus ataques de boxeo. Los golpes se sucedieron uno tras otro sin cesar, incluyendo algunos de alto nivel que fueron desequilibrando al campeón hasta el punto de temer por su estado físico.
Llegados al tercer round, Garbrandt decidió ponerse manos a la obra y hacer daño a su oponente. Tal fue la fuerza con la que lo hizo, que llegó a abrirle una brecha en el ojo izquierdo. Acto seguido, los vaciles se fueron sucediendo uno tras otro, mostrando así su repertorio de ‘Trash Talking‘ y ridiculizando, aún más si cabía a un campeón que no estaba a la altura. Si bien, Cruz se defendió como pudo, intentando huir de ciertos puntos álgidos como las combinaciones de su rival, sin embargo, nada de ello sirvió para más que para calentar la situación.
Finalmente, la cuarta fue un despliegue de valores de lucha que terminaron por colapsar en la quinta, una en la que la distancia se mantuvo durante los cinco minutos casi al completo. Ambos eran conocedores de lo que iba a suceder, por lo tanto, cedieron a un clinch que será recordado como la caída de Dominick después de tantos años invicto.
Urijah Faber, el único hombre que consiguió derrotarlo y al que él le había privado de ganar el cinturón el pasado de junio en el UFC 199, aplaudía feliz su derrota. Mientras tanto, las puntuaciones iban creando tensión en una grada que se volvió completamente irreconocible al ser coronado Cody nuevo campeón por Dana White. El desfile había terminado, pero las armas de este chico de 25 años se habían quedado puestas sobre la mesa.
Como punto especial a la celebración, el ‘New Champion‘ decidió ceder el puesto de protagonista a un chico que sufría una enfermedad y al que le había prometido salir campeón. Colocándole el título en su cintura y escuchando las palabras de Joe Rogan al entrevistarlo, se puso fin a una media hora que quedará guardada en los anales de la historia para siempre.
Imagen: UFC Action.
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