El Cornellà ha completado una primera vuelta con un balance curioso para la que ha sido su identidad en los dos años y medio que lleva militando en la Segunda B. Los de Jordi Roger han perdido en esta primera manga de la temporada 2016/2017 su poderío como locales, al menos en lo que hace a puntos. Sin embargo, se han convertido en un equipo revoltoso como visitante colocándose como el tercer equipo que más puntos ha sumado fuera de casa del Grupo III.
La Unió Esportiva Cornellà es séptima tras un último mes sin conocer la victoria. El balance de cuatro puntos de los últimos quince posibles ha hecho que el cuarto puesto se aleje a seis puntos. Precisamente los verdes se encontraban empatados a puntos con la última plaza de play-off hace tan solo tres jornadas. Ahora, el séptimo puesto que ocupa le sirve para formar parte del grupo de equipos de media tabla alta donde también se encuentran Villarreal B -próximo rival de los de Roger-, Atlético Balares y CD Ebro.

El Grupo III es el más competido de la Segunda B y eso hace que el Cornellà tras una pobre racha se encuentre a la misma distancia en cuanto a puntos de los puestos descenso que de los de ascenso. El hecho es que de décimo puesto para abajo todos los equipos están metidos en la pelea por la permanencia. Los puestos a medio camino entre el pozo y la cabeza corresponden por tanto al grupo en el que se encuentran los verdes.
La primera vuelta ha dejado luces y sombras a los del Baix Llobregat. El rendimiento fuera de casa con la victoria en el Mini Estadi y el empate en Alcoy es una de las cosas a destacar positivamente. La conservación de un bloque defensivo fuerte es otra de las luces. Salvo en el partido del Gavà en casa, donde encajaron un 0-4, los de Jordi Roger han recibido muy pocos goles y han conseguido sacar muchos puntos gracias a la defensa. El míster ha sido capaz de mantener uno de los estandartes de su identidad, cosa que no siempre es fácil.

Los problemas han venido de cara a la portería contraria. El Cornellà ha terminado la primera vuelta con un pobre balance de un gol por partido. De hecho, para lo que es la media tabla se encuentra en el promedio, el problema es que para estar en la parte de arriba se necesitan muchos más goles. De hecho, todos los equipos por delante del Cornellà en la tabla llevan siete goles más como mínimo. Para alcanzar el que debe ser su objetivo, los de Jordi Roger necesitan mucho más gol.
El equipo goza de ocasiones pero le cuesta materializarlas y la mina que siempre le supuso el balón parado ha reducido su efectividad notablemente. Enric lleva la mitad de los goles del equipo -9 de los 19- y pese a que el resto de goles están muy repartidos el bagaje es muy pobre, sobretodo a nivel de delanteros. Ahmed siendo uno de los menos habituales en el once inicial es el segundo goleador del equipo con dos tantos. El pobre rendimiento de Abraham y Puerto es quizás lo que más se está notando; llevan un único gol cada uno. El ataque del Cornellà depende demasiado de Enric y se acaba volviendo previsible. Cabe recordar que Jordi Roger, pase lo que pase, juega siempre con dos puntas y los acompañantes de Enric no están dando la talla.

El entrenador del Cornellà, Jordi Roger, ha utilizado dos variantes del 4-4-2 para combinar: la primera y más típica con una línea de cuatro en el centro del campo y la otra con un rombo dando pie a un media punta con más libertad de movimiento. El objetivo según el propio Roger era convertirse en un equipo «más imprevisible en ataque». Por el momento no ha tenido demasiado efecto pues el ataque del Cornellà sigue limitado a dos aspectos que hace muy bien pero que no siempre funcionan: la presión alta y la segunda jugada tras balón aéreo; ambas con mucha velocidad. Los verdes necesitan perfeccionar y rodar ambos sistemas y tener más gol de sus segundos puntas para poder soñar en el play-off.
Foto: David Riol
Síganme en @davidriol4 y sigan toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo