La WWE ha decidido cambiar el devenir de sus estrellas femeninas otorgándoles la posibilidad de pasar a protagonizar enfrentamientos igualmente extremos que las Superstars masculinas. Este hecho junto a muchos otros que vienen sucediendo en los pasados años están conformando un cambio en el deporte, uno cada vez más practicado por las chicas.
En los últimos meses, hasta tres encuentros de máximo riesgo han sido protagonizados por las Divas de la empresa de entretenimiento deportivo de los Estados Unidos. Poco a poco, desde hace cierto tiempo, la evolución de la Diva común ha ido progresando hasta dar lugar a una chica ruda que representa el estilo más agresivo de la lucha. Personajes como Charlotte, Bayley, Sasha Banks, Alexa Bliss o Becky Lynch, son las principales caras de este nuevo movimiento de la multinacional.
Precisamente, este ya ha surgido efecto en una serie de enfrentamientos llamados a terminar con la tradición de que tan solo los hombres pueden luchar en combates extremos. En concreto han destacado tres envites entre chicas de gran calidad como son el protagonizado por Charlotte y Banks en el pasado Hell in a Cell, primer duelo en una jaula de acero entre dos mujeres en el que se pone en juego un campeonato del mundo; el de Nikki Bella ante Carmella en un No Disqualification Match en el que se vieron volar objetos de todo tipo; y el, probablemente más impactante, de Bliss frente a Lynch por el título de la categoría femenina de Raw en el primer Table’s Match en la historia de las Divas.
Todos ellos han dado paso a una nueva era, a una en la que la Diva ha dejado atrás aquella labor de protagonizar caras a cara secundarios en los eventos o ser un componente más del espectáculo. Tal ha sido su repercusión que incluso han conseguido hacer mella en la organización de los eventos, colocándose en varios de los pasados a chicas en su cartelera principal.
Sin embargo, esto no ha sido algo que haya surgido de la nada y que se haya prolongado hasta dimensiones inalcanzables sin motivo alguno, sino que ha sido fruto de un progreso de la mujer en el deporte que se ha visto incrementado durante los últimos tres años. Cada vez son más las chicas dispuestas a darlo todo por llegar a la élite, e incluso las que lo consiguen. Tan solo con comentar que de las 17 medallas de España en Río 2016, 9 fueron de nuestras representantes, incluyendo en ellas hasta cuatro oros, se ve claramente la irrupción de este aspecto en el deporte.
A este hecho es preciso sumarle la labor de otras chicas dignas de mencionar como es el caso de la luchadora de la UFC Ronda Rousey, quien se encargó de crear una liga para ella misma en el deporte más masculino de todos, y que ha sido capaz de tener al mundo en vilo esperando su nuevo combate. Junto a ella, también se sitúan otras grandes deportistas como son Angelique Kerber, capaz de colocar a media Alemania frente al televisor para presenciar su llegada al número uno del mundo tras acabar con la dominante Serena Williams; y Mireia Belmonte, símbolo para nuestro país y capaz de colgarse dos platas y un oro en los pasados Juegos de Río.
En cualquier caso, no solo se debe al hecho de haberse hecho con grandes victorias el que las mujeres acaparen a día de hoy casi el mismo lugar que los chicos, sino también a la forma de trabajar, de desenvolverse, a la manera de reaccionar ante los problemas, ante los insultos, y, sobre todo, ante aquellos que hoy en día aún no toleran el que el deporte femenino se encuentre a la cabeza del masculino.
Y es que, muy probablemente, con el paso de los años, lleguemos incluso a observar variaciones en cuanto a estadísticas de visión y muchos otros cambios, como el aumento de usuarias que accedan a zonas de entrenamiento, gimnasios, estadios de fútbol, etc, que nos hagan finalmente ver que el deporte es igual para todos, independientemente de cuál sea nuestra condición para desarrollarlo.
Imagen: Collage de imágenes de: Wired, Pro Wrestling Evolution, RTVE.es.
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Grande Fran….??