Hoy en día nadie duda de la gran repercusión que tiene la práctica del ejercicio físico sobre la calidad de vida, lo que realizado de forma regular y sistemática es clave en el desarrollo y recuperación de la salud; pero también en el bienestar mental, la autoestima, el desarrollo de relaciones sociales y un largo etcétera. Para atender a la creciente demanda de personas con ganas de ponerse en forma, se han creado en los últimos años multitud de métodos para su práctica, muchos de ellos a través de marcas consolidadas. Ante estas nuevas o renovadas tendencias, la elección sobre qué tipo de actividad física realizar puede verse influenciada.
Seguro que has escuchado hablar de bastantes de estas modas, siendo algunas de las más famosas el CrossFit o los trajes integrales de electroestimulación, de creciente comercialización, que suelen ser vendidos como la panacea, prometiendo grandes resultados en poco tiempo; sin embargo, existe un gran debate en torno a la seguridad de estos métodos. Respecto al primer caso, ya existen estudios que relacionan su “popularización indiscriminada” con un “incremento proporcional de lesiones asociadas” (Hak et al. 2013; Fisher et al., 2014; Weisenthal et al., 2014). En cuanto al segundo ejemplo, también llamado electrofitness o biotrajes, la conclusión alcanzada por una revisión sobre la literatura científica existente determina que “la relación entre riesgo asumido y beneficio aportado hace que sean más recomendables otros medios de entrenamiento”, y además, por el hecho de que es relativamente reciente, “los efectos colaterales sobre la salud todavía se desconocen” (Posicionamiento de la National Strength and Conditioning Association – Spain. Entrenamiento con Electroestimulación de cuerpo completo).
También hay otras prácticas, podríamos decir que milenarias, como el yoga o el running (de toda la vida “correr”), que ahora se han popularizado y están en pleno apogeo, siendo muchas veces por esta razón elegidas para comenzar un programa de entrenamiento. Como ejercicio físico que es, su principio activo es beneficioso para la salud, pero hay que tener en cuenta las particularidades y necesidades propias de cada persona, las cuales quizá el deporte de moda no logre satisfacer o incluso no sea lo más adecuado para ese individuo.
Entonces, ¿qué hacer para ponerse en forma? Lo primero, aplicar el sentido común: plantearse la práctica deportiva como un estilo de vida saludable y no como un atajo para alcanzar objetivos rápidos. Los mejores resultados llegan cuando se comienza progresivamente. Por ejemplo, si se empieza de cero, es preferible ponerse en forma para correr que correr para ponerse en forma. Esto se puede lograr con un plan de acondicionamiento físico general, en el que se trabaje la fuerza (pesas, ejercicios con el peso corporal…) y una buena base cardiovascular (antes de correr, prueba con caminar rápido, subir escaleras o cuestas, etc.); así prevendrás lesiones futuras y mejorarás sin molestias.
En resumen, la importancia del ejercicio físico es vital para la salud y calidad de vida de las personas, pero todas las propuestas deben ser tamizadas, individualizadas y adaptadas a cada persona, para alcanzar así sus objetivos de salud y/o de rendimiento con la máxima eficacia y seguridad posible. Para ello, es importante contar con un profesional de las Ciencias del Deporte cualificado, de manera que nos guíe en la elección del tipo de actividad física a realizar, antes de dejarnos llevar por las tendencias deportivas. Al fin y al cabo, la salud debería estar exenta de modas.
Bibliografía:
- Peña, G., Heredia, J. R., Aguilera, J. CrossFit e incidencia de lesiones. Instituto Internacional de Ciencias Ejercicio Físico y Salud (IICEFS).
- Herrero, A. J. et al. Posicionamiento de la National Strength and Conditioning Association – Spain. Entrenamiento con Electroestimulación de cuerpo completo. Andaluza de Medicina del Deporte. 2015.
Fuente imagen destacada: www.estilorx.com
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