Previas

‘El otro partido’

El próximo sábado a las 16:15 horas se celebrará en España el mejor partido de fútbol que puede tener lugar en todo el planeta Tierra. Real Madrid y Barcelona, o Barcelona y Real Madrid, como prefieran ordenarlo, se verán las caras para definir quién será el que tome mayor ventaja en La Liga y termine campeón de invierno.

Cuando se habla de un Barcelona – Real Madrid, ciertamente no se habla de un encuentro de fútbol. Este cara a cara no es un simple enfrentamiento entre dos clubes de sobrenombre que se han repartido la mayoría de los títulos en la historia española. No. Esto es algo más, algo mayor, algo que nadie puede describir con palabras, y menos en los tiempos que corren.

Un Barcelona – Real Madrid es poesía, es pintura, es teatro, es novela, es arquitectura; es todo, absolutamente todo lo que se puede imaginar reunido en noventa minutos. Sin embargo, no solo es todo, sino que también puede llegar a alcanzar la escala de no ser nada. Un Barcelona – Real Madrid es una mota de polvo escondida en un garaje abandonado, es una lágrima perdida en la arena, una aguja en un pajar, una gota de agua en el océano si tu equipo acaba derrotado.

Y es que, un Barcelona – Real Madrid puede adoptar demasiadas formas, todas las que uno prefiera darle, pero nunca la que los madridistas le dan. Nunca.

En Madrid este choque no es uno cualquiera. El ‘Clásico‘ se prepara desde el primer día que se da a conocer el calendario. No hay momento en el que un merengue no piense cuándo será el día en el que se tenga que medir a ese temerario rival al que en multitud de ocasiones ha podido derrotar sin problemas. Lejos quedan derrotas sonadas y almacenadas en los anales de la historia; atrás se dejan los gestos inadecuados y las conductas rudas e irresponsables. En este tipo de espectáculos deportivos no hay hueco para nada más que para el disfrute y el deseo de ganar.

Poco importa, pues, la labor realizada frente al hacerlo bien, y todo el madridismo está seguro de que Zidane y los suyos, desde el primero hasta el último, han bordado su papel. Lucas ha revolucionado el sistema, Modric ha cambiado el juego blanco en los últimos meses, y Casemiro ha aportado ese plus de equilibrio que ha llevado al técnico francés a quedar entre los mejores del año con un equipo que destila calidad. Pese a ello, no existe un favorito, sino algún conjunto que, por esfuerzo o fortuna, decanta la balanza a su favor.

En cualquier caso, la verdadera clave de un partido como tal no es el hecho de llegar mejor o peor, sino de resistir dentro de él. De poco sirven las estadísticas que marquen victorias o derrotas a favor de uno u otro. De nada valen los resultados anteriores de ambos conjuntos, porque todo cambia en el transcurso de estos noventa minutos. Y no es, precisamente, la primera vez que alguno de los dos da la sorpresa a los espectadores.

Desgraciadamente, el problema siempre llega cuando el colegiado señala el final. Cada ‘Clásico‘ termina de la misma manera: unos lloran, otros ríen; unos cantan, otros callan; unos celebran, otros agachan su cabeza… Siempre la misma tónica, una que con total seguridad será bien distinta este próximo sábado, ya que de lo que no cabe duda alguna es de que existirá un bloque de futbolistas que se dejarán la piel en el césped. Un bloque de personas dedicadas al deporte que llevarán en su pecho el escudo de mayor valor en la historia de esta disciplina, el del Real Madrid.

Imagen: Fútbol en AS.com.

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