Que el Barcelona no ganase esta noche en Anoeta podía entrar dentro de lo previsible, ya que es algo que viene repitiéndose de manera sorprendente durante los últimos años, pero lo que nadie podía prever era un Barça tan flojo, sobretodo porque se presentaba en San Sebastián con siete puntos de desventaja con respecto al Real Madrid, y a sólo una semana del clásico del fútbol español. Pero, contra todo pronóstico, el equipo blaugrana se vio superado desde el primer minuto por una Real Sociedad que, además de mucha más actitud que su rival, mostró durante todo el partido un mayor control del juego, haciéndose dueño del balón desde el inicio.
Transcurría la primera parte marcada por una fuerte presión a la defensa azulgrana por parte de los jugadores de la Real y las ocasiones para el equipo de Eusebio se repetían insistentemente, sin que sus delanteros consiguiesen alojar el balón en la portería de Ter Stegen, y esa era la mejor noticia para el conjunto catalán, que a pesar de verse desarbolado durante toda la primera parte iba conseguir llegar al descanso con el empate a cero en el marcador.
Tal era el dominio del equipo donostiarra, durante el primer periodo del encuentro, que el Barcelona no piso el área de Rulli hasta el minuto 41, cuando en un arranque de orgullo Luis Suárez probó suerte disparando sobre la portería realista en un chut que se iba a ir fuera, sin poner en peligro la integridad de la portería local.
Se podría intuir que el actual campeón del campeonato liguero intentaría saltar al campo en la segunda parte con una cara bien distinta a la mostrada durante el periodo inicial, pero nada más lejos de la realidad, ya que, en vez de cambiar la dinámica, el partido iba a continuar por los mismos derroteros y con el acoso de la Real. Y tanto fue así que, en el minuto 52, Mascherano iba a realizar un mal control del balón dentro del área permitiendo que Vela, que sin duda fue el mejor del partido, disparase al cuerpo de Ter Stegen, quien iba a rechazar la pelota que llegaría a la cabeza de William José que,sin oposición, acabaría rematando al fondo de las redes ante la impotencia de un mermado Piqué que poco pudo hacer para evitar el gol.
Adelantarse en el marcado no hizo que la Real cambiase su dibujo sobre el campo ni su intención de seguir acechando el área rival, pero toda la parroquia txuri-urdin temía que la incuestionable calidad del Barcelona apareciese en cualquier momento y pudiese dar la vuelta a un partido que, hasta ese instante, había sido placido para el equipo vasco. Y ese momento no tardó en llegar ya que, apenas seis minutos después de la consecución del gol donostiarra, y tras una recuperación de balón y un veloz contraataque conducido por Neymar, éste iba a dar un pase hacia atrás a Messi quien, con su eficacia habitual, y a pesar de la oposición de tres defensas y el portero, iba a colocar, con un certero disparo, el balón junto al poste derecho de la portería de Rulli, sin que nada pudiese hacer el buen guardameta argentino para evitar el tanto azulgrana.
Sorprendentemente, y en contra de lo que cabía esperar, el gol del Barcelona no iba a cambiar nada la configuración del partido, ya que las mejores ocasiones de la Real iban a llegar en el último tramo de la segunda parte, y así en el minuto 76 y después de un potente disparo de Carlos Vela al larguero, Juanmi, que acaba de saltar al campo poco minutos antes, iba a introducir el balón en la portería rival, consiguiendo un gol legal que no acabaría subiendo al marcador, ya que el arbitro asistente de Gil Manzano consideró erróneamente que el jugador malagueño estaba en fuera de juego.
A pesar de esa desafortunada jugada, tiene la actual Real Sociedad una mentalidad tan fuerte que no se vio afectada por ello y, pocos minutos después, volvería Vela a estrellar un balón en el poste tras un gran lanzamiento con su zurda, dejando claro nuevamente el gran estado de forma en que se encuentra el jugador mexicano.
El Barça iba a sacar fuerzas de flaqueza y en los últimos minutos del encuentro apunto estuvo de hacer buena, una vez más, la tan manida máxima de que «quien perdona acaba perdiendo», y primero fue Denis Suárez, que saltó al campo al inicio del segundo tiempo como revulsivo, quien obligó a Iñigo Martínez a sacar el balón bajo los palos, a pesar de estar en posición de fuera de juego, no señalada por el colegiado. Y posteriormente sería Mascherano quien iba a rematar de cabeza un balón que saldría desviado por poco.
Pero para acabar el partido como empezó, y tal como se desarrolló durante la mayor parte del mismo, iba a ser la Real quien iba a disponer de las últimas ocasiones de gol en los pies del «pirata» Granero, que sustituyó a Oyarzabal en los últimos minutos, y que, hasta en tres ocasiones, pudo disparar a portería a escasos metros del portero alemán, sin conseguir que ninguno de sus tres disparos fueran entre los tres palos de la meta contraria.
Y con el empate final acabó el partido y la afición donostiarra se quedó con la sensación de haber perdido una buena ocasión para haber derrotado al Barcelona, pero la afición culé se quedó con una peor sensación, la de ver cómo por séptimo año consecutivo el estadio de Anoeta se convertía en un bastión inexpugnable para su equipo, y es que lo que empezó como una anécdota, ya va por su séptima entrega, y lo peor para el equipo barcelonista es que no se sabe cuando acabará.
Ficha técnica:
1 – Real Sociedad: Rulli, Carlos Martínez, Raúl Navas, Iñigo Martínez, Yuri, Illarramendi, Zurutuza, Xabi Prieto (Canales min.71), Oyarzabal (Granero min.84), Vela y Willian José (Juanmi, min. 74)
1 – Futbol Club Barcelona: Ter Stegen, Sergi Roberto, Mascherano, Piqué, Jordi Alba, Rakitic (Denis Suárez, min. 46), Busquets, André Gomes, Messi, Luis Suárez y Neymar.
Goles: 1-0, min. 52: William José. 1-1, min. 58: Messi.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño).
Amonestaciones: Carlos Martínez, Zurutuza, Ter Stegen, Mascherano, Denis Suárez y Jordi Alba
Incidencias:
28.000 espectadores en el estadio de Anoeta (San Sebastián)
Fotos: www.lavanguardia.com
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