Crónicas

Día gris y partido de todos los colores en La Rosaleda

Málaga se despertó en la matinal del sábado con lluvias torrenciales de agua y goles en un partido que como siempre en La Rosaleda se complicó más de la cuenta y que el Málaga tuvo que recurrir a la épica y la pegada para poder sacarlo adelante ante un Deportivo completamente resignado a su propio infortunio.

Había caído la más grande de las trombas en la ciudad de Málaga el día anterior y todavía seguía lloviendo. Eso no impidió que los aficionados malaguistas acudieran a La Rosaleda a experimentar su nueva cita con las remontadas y las emociones fuertes que tan habituales se están convirtiendo esta temporada. Y en esta ocasión, para desgracia de los que padezcan problemas cardíacos, no iban a ser para menos. Al igual que ocurrió hace unas semanas ante otro rival de la parte baja de la tabla como fue el Sporting, el partido fue un auténtico carrusel de idas y venidas en el marcador en el que el Málaga subió incluso la apuesta con un final épico de partido cuando toda La Rosaleda se veía resignada a ver escapar unos tres puntos que habían estado prácticamente en la mano y finalmente se quedaron en casa.

Pero para resignación, la del Deportivo de la Coruña, que un partido más se ve abocado a irse de vacío cuando quizás había hecho méritos para conseguir algo más. Enfrente tenía a un Málaga que llegaba con sensaciones triunfales tras haber conseguido un más que meritorio empate en el Camp Nou y acompañado de su buena racha de triunfos en La Rosaleda, que contrastaba con el pobre bagaje deportivista fuera de casa y la mala racha de resultados en general. A pesar de estos contrastes, el Deportivo llegó a ponerse por delante en el marcador e incluso levantar un partido que parecía perdido tras la enésima remontada del Málaga en casa, pero al final obtuvo el final más cruel a los méritos del que posiblemente fue su mejor partido de la temporada, o al menos fuera de Riazor.

Lo cierto es que, dado el día y las condiciones climatológicas cualquiera le podría haber dicho al equipo gallego que realmente estaba jugando de nuevo un partido en Riazor, sólo que sin su público. Las lluvias torrenciales del día anterior y que tenían su continuidad en unas precipitaciones algo más moderadas pero constantes durante todo el transcurso del encuentro, y quizás eso hizo que el Deportivo se sintiera algo más cómodo en este tipo de encuentro que el conjunto malaguista que, como ya viene siendo costumbre, volvió a empezar un partido en su propia casa por detrás en el marcador.

Apenas se llevaba un par de minutos cuando Ricca cometió penalti sobre Bruno Gama en una internada en el área de este último y Celso Borges lo aprovecharía para poner el 0-1 para su equipo. El Málaga, que venía de aguantar 90 minutos a cero en el Camp Nou, volvía a las andadas en su casa y avecinaba un pronóstico de idas y venidas en el marcador con un espectáculo a prueba de bombas para los espectadores ávidos de partidos con disputas y goles. Y así sería ciertamente. Pero antes de que todo eso llegara, pudimos ver un Deportivo que se sentía cómodo en el césped y que lo intentó en un par de ocasiones más, especialmente con una de Florin Andone que se fue fuera por muy poco.

A los 20 minutos, el partido volvería a igualarse paradójicamente de la misma forma que se desniveló, con otro penalti. Este, todavía más claro que el que había concedido la ventaja deportivista, fue cometido casualmente por el materializador de dicho tanto desde los once metros, Celso Borges, que sujetó con un agarrón a Michael Santos y permitió que el uruguayo pudiera estrenar en Málaga la faceta por la que el delantero charrúa era especialmente conocido en su Uruguay natal. Todo un especialista desde el punto de penalti, ajustó el lanzamiento donde no podía llegar Tyton, que adivinó la intención y el lado pero no fue suficiente para atajarlo. Era el empate a uno y el encuentro volvía a empezar tras neutralizarse ambos tantos conseguidos de idéntica forma.

La posesión seguía en manos del conjunto coruñés, que no se vio especialmente condicionado por la igualada y lo intentó con algunas ocasiones en los que apenas pudo inquietar la puerta de Kameni, siendo la más cercana a lograrlo un lanzamiento lejano de Guilherme. El centrocampista brasileño del Deportivo estuvo especialmente activo y también fue objeto de una falta por parte de un Ignacio Camacho que nuevamente volvió a ser una sombra de lo que acostumbraba el eje de la zaga malaguista. Fajr colgó esta y otra ocasión más que llegó por falta de Chory Castro sobre Bruno Gama, sin éxito en ambas ocasiones. Tampoco lo tuvo Florin Andone en una ocasión en la que se quedaba solo delante de Kameni y que fue providencialmente desbaratada por Mikel Villanueva.

Mucho más acierto tuvo Sandro Ramírez en la ocasión de falta directa que tuvo a cinco minutos del descanso. Ubicada en una posición bastante propicia en el borde del área, el canario trazó una parábola perfecta al balón, que se coló de manera limpia e inapelable por toda la escuadra derecha de la portería de Tyton, donde es imposible que ningún portero llegue. El meta polaco del equipo coruñés sólo pudo hacer la estatua para contemplar desde su privilegiada posición la auténtica obra de arte que acababa de trazar el delantero exbarcelonista del Málaga, que suma su sexto tanto en lo que va de curso y empieza a acaparar los focos que no pudo llegar a tener en su etapa barcelonista.

Con este gol de tan bella factura y un lanzamiento lejano de Bruno Gama que salió desviado, se llegaba al descanso con un resultado de 2-1 y los seguidores malaguistas que habían decidido darse cita en La Rosaleda a pesar de las inclemencias de la lluvia se las prometían muy felices porque el Málaga había logrado remontar el resultado adverso inicial más pronto de lo que solía acostumbrar en partidos anteriores, en los cuales dicha tarea solía culminarse en la segunda parte. El Deportivo se iba al descanso reviviendo sus viejos fantasmas, dado que había llevado un mayor peso en el juego y en ocasiones en la primera parte, pero el Málaga hizo gala de la mayor calidad y efectividad de sus efectivos para cambiar el signo del partido y conseguir la victoria momentánea.

A la vuelta de vestuarios, las cosas estaban a punto de ponerse más complicadas si cabe para los visitantes. Chory Castro y Juanpi lo intentaron en una doble ocasión, y concretamente el venezolano, que pasó a jugar al centro tras comenzar el partido en el flanco derecho, lo seguiría intentando con una vaselina que salió desviada y posteriormente con una acción personal en la que le faltó el disparo y que tuvo como consecuencia la salida del partido que hasta ese momento había marcado el golazo del partido, Sandro, que con unas molestias tuvo que dejar su sitio en el campo en favor del canterano marroquí En-Nesyri. Parecía que el Málaga despertaba y se hacía con el lógico control del juego que hasta ahora había estado en manos de su oponente.

A los diez minutos del segundo tiempo, llegaba lo que parecía ser el gol que dejaba el partido encarrilado los malaguistas. O eso pensaban en aquel momento. Rosales llegó por la banda derecha y le puso un centro a Michael Santos, que con un tiro al primer toque y en semifallo la puso por encima de un Tyton que sólo podía contemplar impotente como los delanteros rivales le estaban marcando todos los goles con lanzamientos sumamente precisos y ajustados a los cuales no podía llegar por mucho que se esforzara. El delantero uruguayo, que marcaba su segundo tanto del partido y el tercero de la temporada, se reivindicaba así tras un inicio aciago de temporada en el que llegó a estar totalmente defenestrado por un Juande Ramos que consideraba que no estaba adaptado al fútbol español.

Pasados unos cinco minutos de resaca tras semejante mazazo en los que el Málaga tuvo la posibilidad de aumentar la renta, el equipo coruñés no se resignó a dar el partido por perdido e intentó la complicada tesitura de llevarse algo positivo de La Rosaleda. Como ya lo había hecho en la primera parte, volvió a asumir el control del juego ante un Málaga que pecó de desconectar del partido de manera precipitada. El equipo coruñés sacó a Fajr del campo y dio entrada a Carles Gil. Con este cambio y un reordenamiento táctico, el equipo de Gaizka Garitano llevó peligro a la puerta de Kameni en varias ocasiones, especialmente a través de internadas por las bandas, que obligaron al meta camerunés a volver a lucirse para atajar sendas ocasiones de Marlos Moreno y Andone.

Se veía venir que la cómoda victoria podía peligrar para un confiado Málaga y en el minuto 72 llegó el tanto que volvió a meter al Deportivo en el partido. Un centro desde la derecha de Carles Gil, que acababa de salir al campo, conectó con la cabeza de Florín Andone, marcado por un Miguel Torres que poco pudo hacer por impedir que el rumano batiese a Kameni a bocajarro. El 3-2 trajo los nervios a la parroquia malaguista y Juande Ramos decidió sacar al bigoleador del encuentro, Michael Santos, sustituyéndole por el joven canterano Ontiveros, con instrucciones precisas acerca de contener las acometidas del equipo deportivista y tratar de sorprenderles a la contra.

Apenas cinco minutos después y tras un lance en el que el árbitro amonestó a Juanpi con tarjeta amarilla, el Deportivo volvió a intentarlo con otro testarazo, esta vez de Celso Borges, que atrapó de manera segura Kameni. Más problemas tuvo para atajar otra oportunidad casi consecutiva a tiro de Andone. El acoso y derribo del Deportivo estaba cerca de encontrar frutos ante una zaga malaguista que no podía hacer otra cosa que contener y esperar, quizás preguntándose cómo podía ser que justo una semana fueran capaces de contener a un todopoderoso Barcelona de manera más efectiva que como lo estaban haciendo ahora con un Deportivo que era un auténtico puñal de medio campo para arriba.

Al final, y quizás de la manera más inverosímil e inesperada, el conjunto coruñés acabó encontrando premio a tanta insistencia y tesitura. Tras un par de escarceos y saques de esquina que le costaron otra amonestación a un prácticamente desaparecido Camacho, Juanfran logró sorprender a Kameni con el saque rápido de una falta que no pudo asegurar el portero camerunés en su intento de hacerse con el balón. Quizás por estar más resbaladizo de la cuenta o quizás por pura mala suerte, el esférico se le escapó al meta y semejante regaló lo aprovechó Celso Borges para marcar su segundo tanto de la tarde mientras la defensa malaguista en pleno permanecía estática y cariacontecida ante lo que había ocurrido.

Quedaban diez minutos y para el Málaga era difícil de digerir la situación. Había logrado remontar en la primera parte un partido que se le había puesto en contra nada más empezar, y cuando parecía que lo tenía más de cara en la segunda parte, estaba a punto de volver a dejarlo escapar tras conceder una remontada rival. Los fantasmas de fragilidad defensiva albiceleste que tanto azotaron al equipo de Juande Ramos en jornadas anteriores volvían a surgir y además de la manera más dolorosa. Es entonces cuando Gaizka Garitano, aparentemente satisfecho con la igualada, decide que ya es suficiente y vuelve a echar a su equipo atrás para amarrar la renta que tanto había costado conseguir.

Esto lo aprovechó el Málaga en los diez minutos que le quedaban para intentar la épica. Juande decidió dar entrada a Duda sustituyendo a un algo discreto Pablo Fornals y buscando que la veteranía del portugués, o quizás algún posible lanzamiento de falta directa, pudiera recuperar los puntos que estaban a punto de volar de La Rosaleda. No fue él sin embargo quien lo conseguiría, sino quizás el menos veterano de todos los que se encontraban en el campo. Tras un intento de Luisinho en el que el Deportivo pudo incluso llevarse la victoria, el marbellí Ontiveros estaba a punto de devolver a los coruñeses a su aciaga a la par que dura realidad.

Corría el segundo minuto del descuento cuando Chory Castro, desde la banda, vio solo a Ontiveros y decidió pasarle el balón. El canterano, en una jugada mágica desde el inicio, se desbarató de la marca de dos jugadores del Deportivo que se le acercaron mientras intentaba acercarse a las inmediaciones del área. Visto que no podría atravesar la muralla plantada por el Deportivo, se sacó de la chistera un zapatazo a la escuadra ante el que, de nuevo, Tyton no pudo hacer nada salvo estirarse en vano, y el delirio explotó en La Rosaleda ante la épica del extraordinario tanto, digno de ser marcado por cualquier balón de oro, y que sobre la bocina dejaba los tres puntos en casa cuando nadie los esperaba ya, mientras que el Deportivo se llevó una bofetada no menos diferente a la que tuvo que sufrir en la jornada anterior en Riazor frente al Sevilla.

Siete goles que no estuvieron a destiempo en el contexto de un escenario lluvioso y que especialmente en el caso del Málaga fueron todos de impecable factura, le dieron al conjunto malaguista su quinta victoria de la temporada y la quinta conseguida de manera consecutiva en La Rosaleda, igualando la racha que años atrás consiguió Manuel Pellegrini, ubicando a los malaguistas en una posición bastante holgada en la tabla con miras europeas a la vista. El Deportivo, por su parte, volvió a perder otro encuentro y sigue con su racha de partidos sin ganar que le ven abocado a estar cada vez más cerca de los puestos europeos. Una cosa quedó clara desde luego en este día gris en la capital costasoleña, y es que, como pudimos ver en La Rosaleda, no siempre puede llover a gusto de todos.

Imagen: LaLiga

Ficha técnica:

Málaga C.F.: Kameni, Rosales, Miguel Torres, Mikel Villanueva, Ricca, Camacho, Pablo Fornals (Duda, m. 87), Juanpi, Chory Castro, Sandro (En-Nesyri, m. 54) y Michael Santos (Ontiveros, m. 73).

R.C. Deportivo de La Coruña: Tyton, Juanfran, Albentosa, Sidnei, Luisinho, Celso Borges, Guilherme, Bruno Gama, Fajr (Carles Gil, m. 68), Marlos Moreno (Mosquera, m. 90) y Florin Andone.

Goles: 0-1: Celso Borges (m. 4, p.). 1-1: Michael Santos (m. 21, p.). 2-1: Sandro (m. 40). 3-1: Michael Santos (m. 56). 3-2: Florin Andone (m. 72). 3-3: Celso Borges (m. 81). 4-3: Ontiveros (m. 92).

Árbitro: Vicandi Garrido del colegio vasco. Amonestó con tarjeta amarilla a los malaguistas Juanpi (m. 76), Camacho (m. 78) y Ontiveros (m. 92) y al deportivista Luisinho (m. 10).

Incidencias: Partido de la jornada 13 de la Liga Santander de Primera División celebrado en el estadio La Rosaleda con una asistencia de 12.679 espectadores. La intensa jornada de lluvia en Málaga propició la entrada más baja de la temporada en el estadio malaguista.

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