Todos recordamos aquella pasada temporada en la que acabábamos de ascender de Segunda División B a la categoría de plata, como aquel niño al que le llega el momento de ir al “cole de los mayores”. Y lo recordamos, sobre todo los seguidores del Nàstic, con nostalgia y felicidad, al ver que tras un duro pero maravilloso año casi ascendemos a la Liga Santander. No obstante, también lo recordamos con impotencia, porque el inicio de temporada que está viviendo el club tarraconense es totalmente opuesto al año anterior.
Los grana empezaron la liga con tres empates consecutivos. Evidentemente queriamos conseguir los tres primeros puntos lo antes posible, pero como solo llevábamos tres jornadas y tampoco habíamos perdido, nadie se preocupaba. En los siguientes encuentros todo fue de mal en peor: empates y derrotas, así hasta la duodécima jornada. Doce partidos había jugado ya el Gimnàstic y disponía de tan solo 7 puntos en la clasificación, sin conocer aún la victoria. Los nervios se notaban en cada partido, tanto por parte de la afición como por parte de los jugadores. Los fichajes, que no fueron pocos, se empezaron a criticar ya que se demostraba jornada tras jornada que no daban sus frutos. Y lo que era peor, que los jugadores que ya estaban el año anterior habían pegado un bajón de forma escalofriante. Un ejemplo es la línea defensiva: Mossa, Xavi Molina, Suzuki y Gerard Valentín, todos ellos clave en el pasado año pero que hasta hace dos semanas parecían otros.
Pero desde el día 6 de este mes de noviembre los aires se han calmado en Tarragona, y es que el Nàstic consiguió su primera victoria ese domingo en Miranda de Ebro y sumó tres puntos por segunda vez consecutiva este pasado sábado en el Nou Estadi frente el Getafe. Evidentemente, no debemos pensar que a partir de ahora todo irá como la seda, pero si es verdad que estos dos partidos seguidos ganando por la mínima han traído la tranquilidad a la ciudad catalana y lo más importante, que motiva y anima a los jugadores para que sigan dejándose la piel en el campo en los próximos encuentros.
Álex López, delantero en el que muy poca gente creía unos meses atrás está demostrando que se merece la titularidad partido tras partido, luchando en ataque como un verdadero romano de Tarraco. Jean Luc, con su explosividad, rompe el partido cada semana entrando desde el banquillo y ayudando al equipo a arreglar el partido si es necesario. Y finalmente Juan Muñiz, probablemente el mejor lanzador de faltas de la Liga 123, con 4 goles (3 de ellos de libre directo), es el pichichi del equipo. Ellos, entre otros, son los que están tirando del equipo cuando éste más lo necesita y esperemos que esta buena racha que hemos iniciado no se quede en dos tristes victorias en medio de un mar de derrotas.
Este domingo hay derbi en Tarragona. Será un partido difícil en el que el Reus, jugando como local, no le pondrá las cosas fáciles al equipo de Vicente Moreno. A malas, a provocar faltas cercanas al área y que Muñiz haga su faena. Por lo menos, ya divisamos la luz al final del túnel.
Foto: fetatarragona.cat
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