Lo que era un secreto a voces se materializa, el Real Betis ha hecho oficial la destitución de su entrenador, Gustavo Poyet, como técnico del primer equipo. Apenas cinco meses ha durado el uruguayo al frente del banquillo verdiblanco, llegando a la jornada 11 sin haber demostrado nada de lo que presumió durante su presentación. Enésimo proyecto roto para los de Heliópolis, que deberá remendar con un nuevo míster que de la vuelta a la mala situación del equipo (14ª posición) pero sobre a todo al preocupante nivel de una plantilla que aspira a más.
Gustavo Poyet llegó de la mano de Miguel Torrecilla como la apuesta en el banquillo de un nuevo e ilusionante proyecto donde el Betis, por primera vez en muchos años, se podía permitir el lujo de gastar una buena cantidad de dinero. Fichajes, inicio de pretemporada, primeros discursos… Todo parecía ir sobre ruedas. En el tramo final de la preparación llegaron las primeras dudas, con jugadores que contaban menos de lo esperado y resultados que no acompañaban.
La jornada inaugural de liga fue el primer gran revés para Gustavo Poyet y su equipo técnico, una derrota por 6-2 en Barcelona desplegando un juego paupérrimo y una intensidad nula. El rumbo parecía enderezarse tras sumar una victoria en el último minuto en Mestalla, pero un empate en casa contra el Granada y la derrota en el derbi frente al Sevilla encendieron las luces de alarma. El equipo no tenía clara la idea de juego y los resultados no estaban acompañando. La victoria en la jornada 6 frente al Málaga fue un espejismo, y el equipo terminó de caerse en San Sebastián para no volver a levantarse.
Una sonrojante derrota frente al Madrid en el Villamarín hizo explotar definitivamente a la afición contra el club. Poyet salvó el cuello en Pamplona gracias a un gol desde 40 metros de Felipe Gutiérrez, pero las derrotas frente a Espanyol en casa y Villarreal han terminado con otro proyecto verdiblanco más. Las palabras se quedaron en eso, palabras. Y en lo deportivo los hechos hasta ahora son escasos. Con una plantilla a la que se presupone más nivel, el equipo no ha dado la talla prácticamente en ningún momento de la presente temporada.
Con la marcha de Poyet se cierra una etapa pero debe abrirse otra, y las decisiones que tome Torrecilla junto a sus técnicos serán cruciales para el devenir del club. El objetivo, encontrar un entrenador que saque el potencial de la plantilla y demuestre que, por una vez, un proyecto puede salir adelante en el Betis.
Imagen principal vía marca.com.
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