ATP Tenis

El último guerrero

Roberto Bautista derrota a Djokovic (6-4 y 6-4) y se cuela por primera vez en su carrera en la final de un M1000

No es Ferrer, tampoco Nadal. Es Roberto Bautista. No ocupa grandes portadas. Dicen que es introvertido, silencioso, de los que ve en el trabajo y el esfuerzo la única forma de conseguir el éxito. Incansable. El tenista español más destacado y regular de esta temporada.

A las puertas de su primera final de M1000, ha completado una de las hazañas más importantes de su carrera. En qué momento y en qué lugar. Hoy iba a ser su día, el día que el tenis le tenía guardado. Delante, nada más y nada menos que Novak Djokovic, al que nunca había sido capaz de vencer en los ¿? Enfrentamientos previos.

El castellonense saltó a pista con su atrevimiento habitual, sin complejos, con las ideas claras, sin importar lo que había al otro lado de la red. Su estrategia era clara: apoyarse en su saque y su derecha e impedir que Djokovic marcase el ritmo del encuentro.

Los primeros compases del encuentro iban por el lado correcto, el marcado en la hoja. Djokovic se movía en el filo hilo del acierto y el error y tenía algunos contratiempos con su servicio. Su lenguaje corporal confirmaba la incomodidad que le ha venido persiguiendo a lo largo de todo el torneo, hablando con su box en muchos puntos. Sonriente pero inquieto. Bautista, por su parte, mantenía la concentración. Con el 4-4 en el marcador y tras una pequeña disputa con Carlos Bernardes salva la primera oportunidad de rotura con un passing tras una ¿volea? de revés del serbio. Sin inmutarse, clava dos derechas y consigue mantenerse por delante en el set. Llega entonces su oportunidad, al resto, donde se siente cómodo, no tan presionado. Y cierra. Cierra el set. La raqueta del número 1, hecha añicos, lo terminaba pagando.

Más dudas para Djokovic. Más pendiente de lo que concierne fuera de la pista, alejado de ella. Encima Bernardes ayudaba poco. Si en el set anterior corregía al español, ahora le iba a tocar con el serbio.

Más seguridad para Bautista. Clavaba sus pies, apretaba los dientes y levantaba un par de 0-30 con su saque. Además, afianzaba tres cuartos de partido con un break a favor y ponía el 4-2. Nunca había estado tan cerca. El momento más complicado, el de cerrar el partido ante un número 1 que estaba tocado pero no hundido. Porque al serbio no se le gana tan fácil. Bautista perdía entonces por primera vez su servicio, tocaba volver al punto de partida. Pero volvía a romper. Volvía a recuperarlo Djokovic. La muñeca del español se encogía cuando sacaba para colarse en la final. De haber necesitado un tercer set podríamos estar hablando de otro escenario.

Sin embargo, Roberto Bautista no se vendría abajo. Sabía que estaba ante la oportunidad de su vida. No la podía desaprovechar. No la iba a desaprovechar. Porque nunca se rinde. Punto de partido al resto. Y passing de derecha con Djokovic subiendo a la red. Qué punto para firmar su primera final de M1000, la que el destino le tenía guardada desde hace dos años.

Pocos lo merecen más que él. Pocos honran el deporte como él.

Foto: AS

Síguenos en @gotzema1 y siga toda la información y actualidad deportiva en @SextoAnillo, en http://www.facebook.com/sextoanillo o en nuestro Instagram: sextoanillo.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *