Opinión Psicología Deportiva

Futbolistas terrenales

Quizás sea por el parón liguero, quizás se deba a la casualidad, tal vez por la ausencia de noticias deportivas relevantes o puede que estemos asistiendo a una progresiva humanización del futbolista.

La primera década de este siglo supuso el endiosamiento mediático de los futbolistas, convirtiéndoles en intocables iconos publicitarios y sociológicos igualando, o incluso superando, la importancia de otras superestrellas del mundo del cine o la música.

Los futbolistas, y algunos entrenadores, pasan a convertirse en productos, marcas registradas, rutilantes estrellas, que además de ser los más destacados en su parcela tienen el foco de atención permanentemente sobre sus cabezas. Su ropa, sus coches, sus peinados, su forma de comportarse dentro y fuera del campo…crean tendencia y miles de jóvenes eligen ese patrón como aspiración e inspiración.

Sin embargo, tras la irrupción de las redes sociales los intocables gladiadores del balón se vuelven más accesibles. Nos acercan a sus familias, a sus realidades fuera del futbol, sus inquietudes…Si bien suelen mantener una pose artificial que les permita mantenerse dentro del patrón establecido.

No cabe duda que hay que mirar a los futbolistas con perspectiva. Tienen derecho a pestañear sin que genere polémica y debate. Deben tener derecho a sentirse miembros de una sociedad que les adora.

He aquí tres ejemplos recientes.

  • Pichu Cuellar, portero del Sporting de Gijón, se enzarza dialécticamente en una rueda de prensa contra un periodista que había juzgado desafortunadamente una acción.
  • Los jugadores del Eibar Sergio Enrich y Luna se ven envueltos en un escándalo sexual con videos X, denuncias, y un desenlace complicado.
  • Bonucci, central de la Juventus, se emociona en una rueda de prensa mientras habla de la grave enfermedad de su hijo pequeño.

Pues sí, los futbolistas son humanos. Los futbolistas se enfadan, como cualquier ser humano. Lloran y ríen como cualquier otra persona. Y cometen errores como cualquier individuo.

Por supuesto que habrá jugadores que sean un ejemplo de civismo y un buen referente para los niños/as. Pero tiene que haber de todo en un colectivo tan heterogéneo. Tramas fiscales, líos amorosos, multas de tráfico, crisis personales, problemas de todo tipo… Reflexión y normalización. Los futbolistas se humanizan. Ya era hora.

Imagen destacada: elmundodeportivo.com

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