Rafa Nadal y Marc López han derrotado a la pareja india para colocar a nuestro país en el Grupo Mundial de la Copa Davis después de un partido frenético en el que no faltó absolutamente nada. El resultado fue de 6-4 6-7(7) 4-6 4-6.
No se presentaba nada fácil una eliminatoria ante un país del que no se tenían demasiadas estadísticas sobre él. La India posee ciertos focos económicos muy desarrollados, sin embargo, en el deporte no es que destaque por encima de los demás, ya que, generalmente, su cultura no se ha especializado en ello.
Así pues, se podía prever una simple eliminatoria como la que los españoles solían ostentar hace varios años. Pero no, nada de esto iba a ser tan fácil como muchos pensaban, y mucho menos tan extraño como parece que se tornó hoy por momentos.
Saketh Myneni, un tenista nacido en 1987, formaba pareja con un señor llamado Leander Paes, que había venido al mundo en 1973. Efectivamente, un señor de 43 años formaba pareja con un chico de 29 e iban a conseguir destronar a los mismísimos campeones olímpicos. Todo un sueño para cualquier aspirante a este gran trono que solo el tenis puede ofrecer.
El primer susto llegó cuando parecía que estábamos completamente asentados. Los nuestros pudieron hacerse con una ventaja de 1-4 en el primer parcial, uno que no debería haber tenido más dueño que el que ostentó desde primera hora. Por desgracia, bajaron los brazos los dos chicos que más alegrías dieron hace un mes al deporte de raqueta, dejándose un total de 5 juegos consecutivos que servían para regalarles a los indios el primer set.
No era real esta visión que estaba teniendo lugar al otro lado del mundo. Nadie podía visualizar que tal cosa estuviese sucediendo de tal forma.
Cinco juegos cedidos de forma espontánea, casi como si no hubiese rival en pista fomentaron el que la maquinaria siguiese y se calentase para ponerse a punto. Paes se adueñó de una red que envolvió como si de un animal marino con tentáculos se tratase. Nadie pasaba aquel muro infranqueable que pronto se colocó con ventaja.
Los asiáticos quebraron en el 2-1 gracias a una bola perdida fuera de la pista que Nadal no calculó adecuadamente. A partir de entonces, lo único que nos quedó fue ir a remolque e intentar solventar este tropiezo de dimensiones descabelladas.
Afortunadamente, llegó un pequeño resquicio, un break que podía darnos el oxígeno que necesitábamos en esos instantes, aquel del 5-4. Myneni erró de manera estrepitosa una volea franca para dar un poco de aire a los nuestros y el marcador pudo situarse en un cinco iguales muy, muy jugoso. Nos hicimos con el 5-6 y las esperanzas volvieron de la nada para forzar la tercera y definitiva manga.
Acto seguido, surgió un Tie-Break totalmente necesario en el que se tomó la ventaja desde primera hora y terminó por solventarse por 7-2, una ventaja sencilla que nos otorgaba la segunda manga y el placer de luchar por el encuentro en la cuarta.
Y así fue. Nuestros campeones dieron todo lo que tenían y consiguieron dejar atrás a un Myneni que iba apagándose por momentos. Paes no era capaz de cargar con el peso del partido a sus espaldas, así pues, todo se volvió oscuro para el recinto indio; más aún cuando cayó de nuestro lado la gran ventaja del 4-6 en el tercero, esa que ya era definitiva.
Muy a pesar de que los locales apretasen con todo, Rafa y Marc no iban a prestar atención alguna. Muy a pesar de la humedad, de los nervios y de la presión, estos dos profesionales iban a seguir ejerciendo su oficio: el de ganar. Nadie podía parar ahora a estos señores capaces de darle la vuelta a todo un infierno indio que les había superado durante casi dos parciales. Ahora no.
Tal que así, los nuestros consiguieron sellar el cuarto set de forma impresionante y con a misma garra que les caracteriza en cada cara a cara. Porque puede que no sean los mejores de la historia, pero sí historia viva y con un compromiso que pocos tienen con su país. Es eso lo que los hizo grandes y lo que los llevó a conquistar nuestra particular gloria.
Sí, en efecto, España vuelve al lugar del que nunca debió partir. Don Manolo Santana, esperemos no haberle causado excesivas molestias con estos años tan sumamente complicados para esta Armada que pocas veces se marcha. Para esta Armada que si lo hace, siempre, siempre vuelve.
Imagen: www.tenis.as.com.
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