Dice Tebas que interesa que Barça y Madrid estén ahí arriba siempre, para el beneficio de esta liga (omitiendo tácitamente que equipos como Sevilla, Athletic, Valencia o Atlético, han de, por su parte, ocupar los puestos de perritos falderos de los dos más grandes). Y tiene toda la razón, y es que si aceptamos el fútbol moderno como un sistema de índole capitalista, resultará que a mayor desigualdad, mayor acumulación de poder por parte de la élite; así pues, ¿ustedes quieren una liga más igualitaria? Despídanse de tener a los mejores equipos del mundo. ¿Quieren tener a los más punteros en su competición? Pues van a tener que decir “adiós” a la equidad entre clubes.
Con un sistema basado en la máxima obtención de beneficio, no es probable reunir a 20 grandes conjuntos en un sólo país. Pero tampoco es imposible, mas esa condición sólo podría cumplirse a costa de que otras ligas bajasen el nivel.
En el fútbol capitalista unos acumulan y otros ven disminuidas sus rentas. El dinero ni se crea ni se destruye; en el caso del mundo del fútbol, el capital creciente tan sólo viene de multinacionales interesadas y de recortes cada día más severas en las divisiones inferiores; y este nuevo dinero invertido va a parar a las arcas de los más grandes, porque en un pasado no interesaba poner la pasta en un club/proyecto que no fuese a jugar ni en 2a división; no interesa ahora hacerlo en un club/proyecto que no vaya a jugar en 1a división; como tampoco en un futuro interesará depositar nuestra renta en aquellos que no opten a disputar la Liga de Campeones de Europa.
Y aquí se cifra buena parte de la perdición a la que nos ha traído el fútbol moderno. No podemos esperar demasiado de un sistema que nos presenta como sorpresones protagonistas a equipos como el Leicester por el simple hecho de tener menos dinero que sus rivales, mientras en las demás competiciones del mundo siguen ganando los mismos de siempre. Eso es explicitar que el capital es el que manda aquí; es llamarnos tontos a la cara por seguir sirviendo a una empresa mafiosa confesa sin obtener nada a cambio. Porque si busca el aficionado pasión, compromiso y sentimiento en los jugadores de su amado equipo, tiene la posibilidad de encontrarlo, pero siempre con el mismo coste: despedirse del reconocimiento, del éxito, de los triunfos… Salvo sorpresas excepcionales, que ya se encargan los medios de comunicación de hacerles el suficiente eco como para que los veamos como algo rutinario, véanse: Mirandés, Leicester, Estrella Roja… etc.; hay de promedio un ejemplo por año entre el listado de campeonatos importantes; pero son puras casualidades, y lo que no es pura casualidad es que estas escuadras no se mantengan en la jet-set.
En toda la historia de La Liga española, tan sólo 5 equipos han conseguido más de 2 veces el título de campeón, entre los cuales no se incluye el Sevilla que, sin embargo, siempre se las apaña para estar bien arriba (fíjense en que los 6 principales equipos de España se encuentran en las 5 comunidades autónomas de mayor PIB nominal).
Así que, si el fútbol es pasión, entrega, sentimiento y deportividad (como predican los mismos anuncios que te incitan a que consumas los productos de la élite), ¿por qué vamos a seguir apoyando a unos piltrafas que no hacen más que enriquecerse en un espectáculo amañado y engaña-bobos, no muy distante de la droga o el sexo telefónico? Y hasta se van destapando los tapujos, como bien se puede ver cuando el señor Tebas nos echa descaradamente el humo a la cara con sus declaraciones, mas la burbuja sigue creciendo.
En fin, el opio siempre está a disposición del pueblo, y uno se lo toma cuando y donde quiere. Que reviva el fútbol.
Foto vía: www.elplural.com
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